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Todo hombre que niega la Persona o alguno de los oficios de Cristo es anticristo; y al negar al Hijo, niega también al Padre, y no tiene parte en su favor porque rechaza su gran salvación. Que esta profecía la aparición de seductores en el mundo cristiano nos resguarde de ser seducidos. La Iglesia no sabe bien quiénes son sus miembros verdaderos, ni quienes no lo son, pero así se prueba a los verdaderos cristianos que se hacen más vigilantes y humildes. Los verdaderos cristianos son los ungidos, como su nombre lo expresa: son los ungidos por el Espíritu Santo con gracia, con dones y privilegios espirituales. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Todo hombre que niega la Persona o alguno de los oficios de Cristo es anticristo; y al negar al Hijo, niega también al Padre, y no tiene parte en su favor porque rechaza su gran salvación. Que esta profecía la aparición de seductores en el mundo cristiano nos resguarde de ser seducidos. La Iglesia no sabe bien quiénes son sus miembros verdaderos, ni quienes no lo son, pero así se prueba a los verdaderos cristianos que se hacen más vigilantes y humildes. Los verdaderos cristianos son los ungidos, como su nombre lo expresa: son los ungidos por el Espíritu Santo con gracia, con dones y privilegios espirituales. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Cristo eleva las expectativas de sus discípulos a algo que está más allá de lo que pensaban que era su mayor dicha. Ahora su tiempo era poco, por tanto, les habló largamente. Cuando lleguemos a enfermarnos, y a morirnos, podemos ser incapaces de hablar mucho a quienes nos rodeen: el consejo bueno que tengamos que dar, démoslo mientras estamos sanos. Fíjese en la perspectiva de un conflicto inminente que tenía Cristo, no sólo con los hombres, sino con las potestades de las tinieblas. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Cristo promete que seguirá cuidando a sus discípulos. No os dejaré huérfanos o sin padre, porque, aunque os dejo, de todos modos os dejo este consuelo: Vendré a vosotros. Vendré prontamente a vosotros en mi resurrección. Vendré diariamente a vosotros en mi Espíritu; en las señales de su amor y en las visitas de su gracia. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Cristo promete que seguirá cuidando a sus discípulos. No os dejaré huérfanos o sin padre, porque, aunque os dejo, de todos modos os dejo este consuelo: Vendré a vosotros. Vendré prontamente a vosotros en mi resurrección. Vendré diariamente a vosotros en mi Espíritu; en las señales de su amor y en las visitas de su gracia. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Las expresiones usadas, aquí y en otros pasajes, denotan una persona, y el oficio mismo incluye todas las perfecciones divinas.
El don del Espíritu Santo es dado a los discípulos de Cristo, y no al mundo. Este es el favor que Dios da a sus elegidos: como fuente de santidad y dicha, el Espíritu Santo permanecerá con cada creyente para siempre. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Hoy muchos quieren enseñar cosas nuevas, y lo único que Dios quiere es que enseñemos lo antiguo, el mensaje eterno de Dios a través de las páginas de las sagradas Escrituras.
La iglesia debe ser el pueblo de la palabra. somos llamados por Dios a tener como máxima regla de fe y conducta a las Escrituras y solo la Escritura. Amados, la palabra de Dios es suficiente. Hagamos de ella algo relevante en nuestras vidas. | Pr. Rodrigo Cisternas.
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Por Cristo, el Camino, nuestras oraciones van a Dios y sus bendiciones vienen a nosotros; este es el Camino que lleva al reposo, el buen Camino antiguo. Él es la Resurrección y la Vida. Todo el que ve a Cristo por fe, ve al Padre en Él. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Aquí hay tres palabras sobre las cuales puede ponerse todo el énfasis: La palabra turbe . No os deprimáis ni os angustiéis. La palabra corazón . Que su corazón esté guardado con toda confianza en Dios. La palabra vuestro . Por más que el prójimo esté abrumado por las penas de esta época actual, vosotros no estéis así. Los discípulos de Cristo deben mantener su mente en paz, más que el prójimo, cuando todo lo demás está turbado. Se habla de la dicha del cielo como estar en la casa del padre. Hay muchas mansiones, porque hay muchos hijos para ser llevados a la gloria. Las mansiones son viviendas que duran. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Las acciones de nuestro Señor fueron, al tomar el pan y la copa, dar gracias, partir el pan y darlo. Las acciones de los discípulos fueron, tomar el pan y comer, tomar la copa y beber, haciendo ambas cosas en memoria de Cristo. Pero los actos externos no son el todo ni la parte principal de lo que debe hacerse en esta santa ordenanza. Los que participan de ella tienen que tomarlo a Él como su Señor y su Vida, rendirse a Él y vivir para Él. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Debería ser suficiente con recordar que cuando el Señor Jesús instituyó este memorial, Su cuerpo no había sido aún dado, ni Su sangre había sido derramada. Cuando el Señor Jesús dijo: Esto es mi cuerpo, significaba: “Esto es símbolo de mi cuerpo” o “Esto es una imagen de mi cuerpo que es roto por vosotros”. Comer el pan es recordarlo a Él en Su muerte expiatoria por nosotros. Hay una inenarrable ternura en la expresión de nuestro Señor “en memoria de Mí”. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Pedro pasó por alto lo que Cristo dijo sobre el amor fraternal, pero habló de aquello sobre lo cual Cristo los mantuvo ignorantes. Común es tener más celo por saber cosas secretas, que corresponden sólo a Dios, que por cosas reveladas que nos corresponden a nosotros y a nuestros hijos; tener más deseo de satisfacer nuestra curiosidad que dirigir nuestra conciencia; saber qué se hace en el cielo más de lo que debemos hacer para llegar allá. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Los discípulos quedaron estupefactos al ver que Jesús se disponía a lavarles los pies. Sus acciones también sirven como un símbolo de la limpieza espiritual, y un ejemplo supremo de humildad cristiana. Por medio de su acción Jesús enseñó la lección del servicio abnegado que ejemplificó de manera sublime con su muerte en la cruz. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Nuestro Señor Jesús tiene un pueblo en el mundo que es suyo; los compró y pagó caro por ellos, y los puso aparte para sí; ellos se rinden a Él como pueblo peculiar. A los que Cristo ama, los ama hasta lo sumo. Nada puede separar del amor de Cristo al creyente verdadero. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Nuestro Señor proclamó públicamente que todo aquel que creyera en Él, como su discípulo verdadero, no creería sólo en Él, sino en el Padre que le envió. Contemplando en Jesús la gloria del Padre, aprendemos a obedecer, amar y confiar en Él. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Los pecadores son llevados a ver la realidad de las cosas divinas y a tener un cierto conocimiento de ellas; para que se conviertan y se vuelvan verdaderamente del pecado a Cristo, como su Dicha y Porción. Dios los sanará, los justificará y santificará; perdonará sus pecados, que son como heridas sangrantes y mortificará sus corrupciones, que son como enfermedades que acechan. | Pr. Antonio Urrutia V.
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La gente sacó nociones falsas de las Escrituras porque pasaron por alto las profecías que hablan de los sufrimientos y la muerte de Cristo. Nuestro Señor les advirtió que la luz no seguiría con ellos por mucho tiempo más, y les exhortó a caminar en ella antes que la oscuridad los alcanzara. Los que quieren andar en la luz deben creer en ella y seguir las instrucciones de Cristo. Pero los que no tienen fe, no pueden contemplar lo que se presenta en Jesús, levantado en la cruz, y son ajenos a su influencia, como lo da a conocer el Espíritu Santo; hallan miles de objeciones para excusar su incredulidad. | Pr. Antonio Urrutia V.
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Cristo estaba dispuesto a sufrir, pero oró pidiendo que se le salvara de sufrir. La oración pidiendo ser librado de la tribulación puede concordar bien con la paciencia que hay tras ellos, y con el sometimiento a la voluntad de Dios en ellos. Nuestro Señor Jesús decidió satisfacer la honra de Dios injuriado, y lo hizo humillándose a sí mismo. La voz del Padre desde el cielo, que lo había declarado su amado Hijo, en su bautismo y en la transfiguración, se oyó proclamando que había glorificado su nombre que lo volvería a glorificar. | Pr. Antonio Urrutia V.