Episoder
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Sabemos cuál es la Gran Comisión, de llevar al mundo la verdad de Jesús, de ese Dios amoroso y perdonador. Su inigualable amor y Su promesa de la eternidad a Su lado, pero no estamos desvalidos ni solos. Él nos acompaña y contamos con Su gran poder.
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Con honestidad solo podemos imaginarnos, no tenemos idea de cómo será, el momento en el que estemos frente a Jesús. Como la canción que dice que no tiene idea si quedará de pie o caerá de rodillas, si cantará o quedará sin palabras, qué emoción la esperanza que tenemos de ese día de gozo.
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Manglende episoder?
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Solo imaginar cuánto le habrá dolido a Dios Padre no darle el indulto a Dios Hijo, para que no sufriera la vergonzosa muerte en la cruz por nuestros pecados. Los de toda la humanidad. Él, que no cometió pecado alguno. Es por eso que Lo adoramos tanto.
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Cuando estamos enfocados correctamente en nuestro día, podremos ver las bendiciones de Dios unas tras otras. Un precioso atardecer, el vuelo de un ave, una libélula que se posa en una preciosa flor. Cada detalle los podemos ver como Sus bendiciones.
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Es maravilloso confirmar que nada nos puede separar del amor de Dios. Permanecer dando prioridad a nuestro tiempo con Él nos dará Su paz y el entendimiento de ese amor como ningún otro. Siempre fiel y constante. Disfruta de este episodio.
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La jactancia tiene que ver con el orgullo y Dios nos ha llamado a ser humildes. Por tanto cuidemos nuestra actitud al sentir orgullo por algo. Que no nos jactemos sino de conocerlo.
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Hoy día, para poder conversar con algunas personas, necesitamos pedir cita, hacer reservación. Pero con Dios, tenemos acceso directo y estamos todos invitados a la mesa con Su presencia divina. Eso es maravilloso saberlo.
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Más importante que complacer a todos en nuestro entorno, debe ser para nosotros el agradar a Dios. Sabiendo de Su gran amor y que es nuestro creador, el que nos dio vida, debe nacernos el hacer todo como para Él y de la mejor manera posible.
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Es importante que nunca olvidemos el amor inagotable de Dios. Y la manera como ha cambiado nuestra vida. Vivir alegres y en paz, atrae a otros a saber de Dios. Cuando te pregunten por qué vives tan contento y sin estrés, les hablas de Jesús.
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Una mejor perspectiva ante las cosas que vivimos es proponernos percibir lo bueno en todo. Sabiendo que Dios usa todo lo que vivamos para nuestro bien y Su propósito, debemos tratar por todos los medios de percibir lo bueno.
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Es magnífico saber que Dios nos incluye en Sus festejos, que nos da un lugar en la mesa y nos prepara un sitio donde habitaremos en la eternidad. Es una maravillosa invitación que nos hace y la debemos aceptar con el corazón alegre.
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La condición humana es un tema que se toca en la Biblia claramente. Llegamos al mundo siendo pecadores, por el pecado inicial de Adan y Eva. Pero tenemos la opción de escoger cómo viviremos la vida y buscar el perdón de Dios.
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Es difícil cuando tratamos de hablarles a otros de Jesús y nos tratan como ignorantes o personas débiles que necesitamos de esa creencia para vivir mejor. Es triste ver cuando ellos no tienen nada a qué aferrarse. Sin embargo, los debemos tratar con el amor que Jesús mostró por todos. Y seguir orando por ellos.
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Sin esperanza, no hay ánimo de nada. Nosotros tenemos la esperanza más importante, la que nos quita los miedos y nos afianza la fe. La esperanza de la vida eterna en un lugar paradisíaco, al lado de nuestro Rey y Señor.
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En esta vida tenemos que tomar decisiones importantes, pero nos parece que la decisión más importante tiene que ver con dónde vamos a pasar la eternidad. ¿Ya lo decidiste?
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Nos disgusta reconocer que fallamos, que lo hicimos mal, que herimos a alguien o que resbalamos. No nos gusta reconocer debilidades, pero hacerlo, sobre todo ante Dios, es maravilloso y poderoso. Aquí te diremos por qué.
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Una lección que no debemos olvidar es que tal como llegamos al mundo, sin nada, así mismo nos vamos. Por tanto, aprendamos a valorar lo que es realmente valioso, que en el cielo, lo que es valioso acá, será usado para hacer calles.
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Nos hacemos cristianos, lo decimos porque nos causa felicidad, pero debemos tener muy presente lo que eso significa. Somos Sus representantes y como tales nos debemos comportar.
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Mientras más nos acerquemos a Dios y nos esforcemos por seguir en Sus caminos y por acatar Sus normas, recibiremos Sus bendiciones. Pero eso no significa que lo debemos hacer para recibir esas bendiciones. Lo debemos hacer por amor y admiración absoluta a Dios.
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Tendemos a compararnos a menudo. Nuestra naturaleza es competitiva y nuestra crianza puede afianzarnos mucho más en esa actitud que nos puede exaltar el ego o nos puede bajar la autoestima.
- Vis mere