Episoder

  • Bienvenidos a este episodio, es una continuación del anterior, donde hablamos de la primera infancia y del lugar que tenemos los padres en el crecimiento de nuestros hijos. En esta ocasión, nos adentramos en la edad de la pubertad y adolescencia, poniendo especial atención en tres temas; Sexualidad, consumo de sustancias tóxicas y manejo de dinero.

    Sería genial recibir sus comentarios y ampliar la conversación. También me pueden seguir en redes sociales. Envío un saludo.

    Froylán

  • Gracias por escuchar este episodio, en esta ocasión comento sobre el lugar de un hombre en los primeros momentos de crecimiento de sus hijos, tomar alternativas que faciliten su presencia, distinguir los mitos y las posibilidades para reconocer un estilo de paternidad y sentir la libertad de tener la presencia que venga mejor. Procurando que cada miembro de la familia tenga una muy buena porción de bienestar.

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  • Yo, mi, me conmigo, y la historia de si mismo, el tiempo de construcción que lo precede.

    Uno de los motivos para asistir a terapia es por que las historias que nos han construido ya no acomodan bien, son historias previas que no se han actualizado y en el tiempo actual son causa de malestar. Les comparto una experiencia, en poco tiempo he escuchado sobre el hombre Narcisista, lo reportan como una persona que en su compañía, se genera la sensación de soledad, como metido en una burbuja, ocupado solo por él mismo. Y es así, lo narcisista, es un componente singular, muy íntimo, con mínimas dosis de empatía, les podría decir que es un estado previo a la capacidad de reconocer a todos los otros. Hay circunstancias que facilitan que una persona conserve muchas propiedades de este tiempo y queda una marca en la forma de relacionarse (1). Cuando llega el tiempo de socializar, se muestran rígidos, sin los códigos para descifrar una interacción y disfrutar de un encuentro.

    Qué experiencias podrían empujar el crecimiento y que una persona abandone el tiempo de solo uno y transite a un tiempo compartido. En los primeros años de vida, un pequeño que atraviesa por el tiempo del narcisismo necesita que alguien le lance un salvavidas, que lo auxilie, para poder conectar su mirada con alguien más. Este encuentro, y al ser una experiencia que alivia, se convierte en un dínamo, un generador de interés, se anhela la presencia del otro. Idealmente, esta interacción es recíproca, es un encuentro. A diferencia de una interacción de servicio, con un propósito, sin la necesidad de un componente afectivo.

    Una temporada de “solo uno” que transita a una temporada de “yo y los demás” nos permite abrir las opciones para conmovernos con las historias de los otros.

    Es necesario encontrar un balance, uno que permita continuar con una porción narcisista, ocupado por uno mismo y alternar con una porción de cuidado del otro. En especial cuando ese otro es una persona dependiente, como un hijo o una hija. En un escenario ideal, la fragilidad de un hijo, despierta la ternura de un padre. Podría decir que la cantidad de ternura de un padre, es proporcional a su fortaleza, una vivencia personal de grandeza puede ser una fuente constante de generosidad y cuidados.

    Escucho a padres conmovidos por el crecimiento y logros de sus hijos e hijas. Es indispensable que lo hagamos público, que el cariño por nuestros hijos sea evidente y que a ellos no les queden dudas.
    Iniciamos con una idea de “yo, mi, me, conmigo” y agregamos la idea de “apoyo, compañía y mucho cariño”

  • ¡Yo hago lo que quiero!

    Estimados todos, este es un espacio dedicado a compartir ideas, estos dichos parten de mi experiencia profesional en Psicoterapia, quise hacer un apartado, acercarme más al público masculino, comentando algunos de los temas que hemos abordado y que son icónicos de las circunstancias cotidianas de un hombre. Si esta es la primera vez que escuchas este programa, te sugiero también escuchar el episodio de introducción.
    Un paso previo para poder hacer lo que uno quiere, es dedicar un tiempo para pensar lo que uno quiere, por lo general nos dejamos llevar por la rutina, no porque no sea una buena idea, sino que mantenemos un patrón algo que ha estado funcionando o funcionando de una forma y que posiblemente requiera de una actualización. Para decidir necesitamos de opciones, en la medida que haya más alternativas, entonces podemos hacer una elección. Podemos dedicar un tiempo para distinguir las alternativas, al menos, sus costos y beneficios.
    Una métrica que puede servir para distinguir el momento oportuno para hacer un ajuste, una renovación o reiniciar el sistema, es la relación que tenemos con otros, pero en especial con nuestros hijos. Ellos o ellas, tienen una velocidad distinta, si ponemos atención, podemos ver sus cambios y la necesidad de actualizar la forma de estar juntos. Es mucho más evidente cuando hay bebés en casa, nadie como ellos para demostrar que se necesita estar haciendo cambios constantes, en muchos sentidos, pero también en la forma de relacionarnos, en un momento están lactando y cuando menos lo pensamos ya están con vaso y cuchara. Prácticamente todos los días hay una novedad, es en este sentido que se hacen indispensables los ajustes, para atender sus nuevas habilidades y también la forma de convivencia y de relación.
    Una relación se construye a partir de la convivencia, de los espacios comunes, las experiencias son unidades que se suman para hacer un acumulado, lo que caracteriza la forma de estar juntos. Como papás, establecemos un tiempo, lugar y forma que caracteriza el vínculo con los hijos, podría ser muy presente y cercano o lejano y a distancia o con cualquier otra fórmula, pero hay una relación llena de eventos que la han hecho posible.
    Una forma de convivencia, una que he visto en consulta, es un tipo de relación que se interrumpe por un tercero, es decir, en una relación que idealmente es entre dos, aparecen mas personajes, quienes influyen en la relación.
    Este tercero, puede ser otra persona, pero también puede ser una idea, un perjuicio. Con frecuencia, cuando este tercero es una persona, es alguien que tiene indicaciones sobre el tema, que impone su agenda en esta relación en la que inicialmente no estaba incluida. Cuando es una idea, es un mandato, una persistencia, que se actualiza en el tiempo de la relación, cuando tiene su origen en un tiempo pasado.
    He escuchado ocasiones donde la relación padre / hijo está regulada por la mamá, marcando los temas y el tiempo para que se tenga una conversación. Un clásico tienes que hablar con tu hijo y decirle … un tema impuesto. Claro que es conveniente hacer equipo en familia y poner en la mesa los temas pendientes, en el conocimiento que cada persona podrá tener al menos una perspectiva y una alternativa. Aún todas las opiniones, cuando el momento es de papá e hijo, pues es el momento de ellos, no por excluir otros personajes, sino que todos tendrían su tiempo y que yo hable por una persona, no necesariamente estoy diciendo sus palabras o pensamientos, sino mi propia versión, lo que creo se diría. Con esto en mente, cuando hay un encuentro entre padre e hijo, el resultado será la mezcla de las ideas de estas dos personas y en el caso que se requiera un tercero, pues ya sucederá, cuando este tercero tenga presencia. Con la intención de privilegiar el vínculo que está sucediendo, sin excluir nada o a nadie, sino dando importancia a momento presente. Esto facilita un encuentro más franco, espontáneo, donde se habla en primera persona.

    La versión “culpemos a la mamá” es más sencilla de comentar, pero hay un tercero que es un poco mas complicado de atrapar, es un personaje etéreo, con menos sustancia, pero con mucho mas peso. Son las ideas que nos han acompañado en el recorrido de convertirnos en personas y en papás. Son experiencias de nuestra prehistoria, que podrían permanecer en la sombra o podrían estar más iluminadas, pero están presentes en el tipo de vínculo que establecemos con los otros. Distinguirlas, materializarlas, nos permiten aumentar un grado, el control que tengamos de nosotros mismos y de los vínculos con los otros, en especial con nuestros hijos.
    Hacer lo que yo quiero, tiene la condición de saber lo que quiero y de saber porque lo quiero y con quién quiero hacerlo. Lo que es bueno para mí, sin duda también es bueno para quienes viven conmigo.
    En el siguiente programa, hablamos sobre este hombre prehistórico.

    Agradezco su atención, su tiempo y si les viene bien, me gustaría saber de ustedes, hagan sus comentarios en el mismo PodCast, en Spotify y Youtube hay una espacio para ello, también síganme en Instagram en el perfil personal o en el de Ágora.CPC.

    Estén pendientes de los siguientes episodios.

    Envío un saludo y hasta pronto.

  • ¡Tú tranquilo!
    Estimados todos, este es un espacio dedicado a compartir ideas, estos dichos parten de mi experiencia profesional en Psicoterapia, quise hacer un apartado, acercarme más al público masculino, comentando algunos de los temas que hemos abordado y que son icónicos de las circunstancias cotidianas de un hombre.
    Estas frases que les voy a compartir, las escucho repetidas veces en el consultorio, son dichos que por medio de la repetición se trasmiten como una demanda, una solicitud para que así sea, eventualmente podemos convencernos y obedecer una idea que escuché tantas veces que me convenzo de que es una verdad. Estas frases no necesariamente son pronunciadas por una mujer, sino por cualquier persona, todos somos un representante de los ideales de la sociedad.
    El título de “tu tranquilo” lo seleccioné por que incluye una idea recurrente, representa una demanda incansable para los hombres, se nos pide serenidad y soluciones, calma y eficiencia, aparenta una fórmula para no pensarlo tanto, sino para terminar con el pendiente, sin los pasos previos, sin la planeación necesaria, posponiendo el tiempo para pensarlo.
    Inicio con una viñeta, un momento que ilustra lo que les quiero seguir compartiendo.
    Es una vivencia que aparece por toda la piel, como estar sumergido, ahogándonos en miedo. En un inicio es una comezón, una molestia, que como en otras ocasiones puede ser ignorada y nos convencemos que es pasajero. Al tiempo, volvemos a sentirlo, ahora con una dósis de desesperación y buscamos alternativas para volver a estar cómodos. En imágenes de un paciente, él se refería a un enjambre de insectos, hasta llegaba a manotearlos, espantarlos, alejándolos con sus manos. No funcionaba, al contrario, se repetía con más frecuencia. Cuando aparecían esos episodios, causaban molestia y no podía reportar lo que le pasaba, éste jóven no tenía la costumbre de comunicar sus sensaciones o emociones. Se quedó con la idea de aguantar, de aprender a vivir con un enjambre.
    En ese tiempo ya consumía algunas drogas, unas legales y otras no, había experimentado una sensación de calma, de tranquilidad. Era esperable que asociara estas dos vivencias, un evento que causaba molestia y una sustancia que generaba calma. Éste jóven, tenía a su familia cerca, su soledad la vivía acompañado, pero no había ejercitado su capacidad para reconocer sus carencias, sus necesidades y pedir ayuda. Ante la eficiencia del remedio, se fue instalando la costumbre del consumo, ajustando la dosis para suspender el dolor, al menos por un tiempo.
    Como hombres estamos marcados para ser fuertes, estoicos, soportar las desgracias de pié. Con esta idea, se pierden las opciones de fragilidad, de dolor y se aleja la oportunidad para pedir ayuda. En esta lógica se instala muy bien el consumo de sustancias, tomar algo de afuera para ocultar el malestar.
    Otra alternativa es distinguir las ideas que prevalecen en nuestra persona, reconocer nuestro grado de fortaleza y debilidad, lograr experimentar ambas sensaciones y todas las que se encuentran en el medio. Se escucha que son excluyentes, si tengo miedo no tengo fortaleza, pero hay momentos y personas que nos hacen sentir débiles y fuertes al mismo tiempo.
    El consumo de sustancias ayuda a posponer el malestar, es efectivo para transitar un momento incómodo o doloroso, pero lo que generó malestar se quedará esperando a que pase el efecto. La vivencia de dolor, es una señal de alerta, hay algo en el ambiente que necesita atención, es necesario reconocer el malestar, en su momento, recuperar la fortaleza, buscar ayuda y transitar por esa circunstancia.
    Es de mucha ayuda que ampliemos nuestro vocabulario, que utilicemos más palabras para comunicar con mas precisión lo que estamos viviendo, las reacciones que estamos experimentando, con un fin de comunicación con otro u otra, o solo para nosotros mismos.
    Agradezco su atención, su tiempo y si les viene bien, me gustaría saber de ustedes, hagan sus comentarios.
    Estén pendientes de los siguientes episodios.
    Envío un saludo y hasta pronto.

    Agrego una pequeña nota, quiero decir que las conductas compulsivas, las adicciones y la coodependencia, tienen tantas explicaciones como personas que las padecen. Su tratamiento es un proceso complejo, que la fuerza de voluntad ayuda y mucho, pero no es suficiente para lograr un alivio más duradero. La psicoterapia es uno de los apoyos necesarias para recuperar la salud. Para librar una adicción se requiere del apoyo familiar y profesional. Cierro la nota

    ¡Tu tranquilo! pero solo si quieres estar tranquilo, sino, ¡no!

  • Introducción
    Estimados todos, este es un espacio dedicado a compartir ideas, estos dichos parten de mi experiencia profesional en Psicoterapia, quise hacer un apartado, acercarme más al público de hombres, comentando algunos de los temas que hemos abordado y que son icónicos de las circunstancias cotidianas de un hombre.
    Cuando me refiero a un hombre, lo entiendo en al menos estas dimensiones; lo biológico, los social y lo psicológico, tres circunstancias en permanente cambio. Estos componentes mantienen una presión y configuran un tiempo y forma en el crecimiento de las personas. Los equilibrios entre estas tres determinan un tipo de persona, un tipo de hombre.
    Estas son algunas de las ideas que caricaturizan el crecimiento de un hombre y son íconos en su crecimiento.
    De lado de los reclamos, estas son algunas de las demandas más cotidianas.
    Tienen un pensamiento concreto, con ideas limitadas y persistentes o solo una idea a la vez. Por sí fuera poco, una severa dificultad para comunicarlo, con vocabulario limitado, balbuceos repetitivos que no trasmiten lo que quiere comunicar. Por eso, necesitan un traductor, alguien que le organice y ayude a sumar una idea a la otra para poder nombrarlo. Ideas simples, que solo cuentan para sí mismo, incluso en aspectos sexuales y genitales. En contraste, una necesidad permanente de alguien, una persona que lo organice, emocione y empuje a dirigirse en el camino debido.

    De lado de los halagos, estos son algunos de los reconocimientos.
    Ser una persona estable y confiable, con un plan de crecimiento personal y familiar. Con suficiente experiencia para resolver complicaciones cotidianas, mantener una autoridad y liderazgo sólido, para coordinar esfuerzos familiares y económicos que sirvan de soporte para el bienestar personal y de sus dependientes. En la sexualidad y la genitalidad, se espera un todo poderoso, conocedor y experimentado amante, siempre potente, eficiente y disponible. Trabajador abnegado que tiene como prioridad el sustento familiar. Con iniciativa para solucionar eventualidades, asumiendo liderazgo y compromiso.

    Como lo mencionaba, estas lineas son una caricatura de una serie de exigencias, con las que un hombre se enfrenta para configurar la versión de sí mismo. Son ideas polarizadas, dibujos en blanco y negro, con la posibilidad de distinguir múltiples tonos de grises. Quiero señalar puntos, para reconocer influencias, que son condiciones necesarias, aunque no determinantes en la construcción de un hombre.

    ¿Cómo usar este podcast? Es una transmisión de ideas, propuestas, imágenes, experiencias, que surgen de la práctica profesional en psicoterapia, con propuestas de rutas, caminos recorridos junto con algunos mis pacientes, señalamos puntos que pueden ser referencias para quien está transitando por un tiempo parecido.
    Apostando por la libertad de cada persona para elegir sus opciones. Elegir sus batallas y el tiempo oportuno para enfrentarlas o evitarlas, resolverlas, posponerlas, perderlas u olvidarlas.
    Es imposible suplir un proceso de psicoterapia, porque las personas nos construimos en conjunto, en presencia de otros. Un profesional, un psicoanalista, pone en juego lo inconsciente, una parte de nosotros mismos, tan íntima, tan parte del cotidiano que no se distingue con facilidad. Como el oxigeno en el aire, sabemos que lo respiramos, es tan común que no siempre recordamos que ahí está.
    Al estilo de Bob Dylan ¿Cuántos caminos se deben ser recorridos para que alguien pueda ser nombrado como Hombre? … la respuesta queda en el aire

  • Reunión tres: Cuidar y proteger Hemos estado comentando sobre el ambiente seguro, el que ofrece la familia, junto con la rutina, una que sirva a todos en casa. También comenté sobre la necesidad del niño, de ser acompañado, acompañada, al menos por una persona, y que le quiera mucho. Son elementos básicos para el crecimiento y la convivencia.

    En la publicación anterior, apareció el tema de la figura de autoridad, esta función mayormente se asocia a la función paterna, aunque es necesario que la ejerzan todas las personas que están al cuidado de un menor. La idea de la autoridad, necesita ser un sinónimo de cuidado y protección, que también incluye una dosis de imposición y rigidez.

    Un tipo de autoridad, genera un tipo de clima. Una autoridad inflexible, facilita que haya mas rivalidad y obediencia. Una autoridad más flexible, facilita más autonomía y fraternidad. Independiente mente del estilo, es mucho mejor que las figuras de autoridad sean persona cercanas, atentas de las necesidades de todos, incluidas las propias. En lo personal, recomendaría una autoridad, parecida a una dictadura, pero muy generosa en los cuidados y en su presencia. Seguimos hablando de primera infancia, porque esta fórmula, la de la dictadura, no funciona, para nada, en la pubertad y menos en la adolescencia.
    Podríamos dedicar el año completo intentando explicar las variantes en los estilos de autoridad y no sería suficiente. Ejercerla es una habilidad que requiere de paciencia, frescura, actualizaciones constantes y ya lo decíamos, mucho cariño.

  • En las reuniones anteriores, comentamos sobre la familia, los primeros roles necesarios y la importancia de las rutinas en el primer tiempo de un o una bebé.

    También, comentamos sobre los primeros meses en casa, cuando ya se han construido vínculos entre papás e hijos y la rutina ha ayudado a moderar el ritmo de la familia y el bienestar, de forma equitativa, está bien repartido.

    Ahora toca hablar de una nueva, novedad.

    Cuando el desarrollo del bebé ha transcurrido de forma ordinaria; ha gateado, está logrando mayor balance y puede caminar con mas equilibrio, podemos presumir que también su pensamiento se ha hecho mas complejo, lo distinguimos porque sigue algunas instrucciones, juega y podemos tener mayor comunicación. Este combo, de mayor independencia motriz y un pensamiento más elaborado, gusta tanto, como asusta. Es la temporada de caídas, derrames, porcelanas rotas y berrinches, la palabra “no” es la favorita y se repite sin pausa.

    Están experimentando su voluntad y la posibilidad de hacer lo que él o ella quiere. Tienen el gusto de hacer cosas por si solo, explorar espacios, buscar compañía y ayuda y cuando algo no le parece, puede negarse y sino es suficiente, otro berrinche.

    En este momento de crecimiento, es necesario buscar un nuevo balance, adaptar los espacios de casa, que sigan siendo seguros pero ahora para un pequeño que camina. Además, encontrar equilibrio entre lo que quiere hacer y lo que mamá o papá quieren que haga. Entre su voluntad y la voluntad del otro. Consideren que sigue siendo una relación dispar, mayormente los papás ganan, en especial porque buscan la seguridad del niño o niña. Es un momento clave para establecer límites y que la autoridad sea una figura que garantiza el cuidado y la protección, lejos de una figura impositiva y caprichosa.

    En el siguiente encuentro, hablaremos de la construcción de vínculos afectivos en casa y fuera de ella.


  • Sesión uno

    Ser papá o mamá, es una labor que no termina, que no se puede dar por hecho, los hijos representan muchas cosas para nosotros, entre ellas, ideal y mayormente un placer. El placer de compartir espacios y experiencias, de sentir su presencia y disfrutar la compañía, de colaborar, de hacer equipo y decorar la casa donde vivimos juntos, de la mejor forma posible, para lograr tiempos de convivencia llenos de satisfacciones.

    Lo más íntimo, lo más nuevo.

    La función paterna y la función materna. Mas que un rol de genero, son dos funciones que tienen una inclinación, la materna, se inclina más a lo estable, lo rutinario, lo que ofrece un primer punto de partida. Y la función paterna se inclina más a las novedades, a las variaciones que amplían el primer punto de partida. Estas funciones son complementarias, lo estable es indispensable y lo nuevo permite el crecimiento. Es como tener el mapa y caminar la ruta.

    Que te sea de utilidad, para alguna duda o cometario, escríbeme un email, a [email protected].