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Doy gracias al Señor quien nos da esperanza en esta era oscura. Nuestra esperanza es que todo sucederá como esta escrito en el Libro del Apocalipsis, y esperar en fe que toda la Palabra de la profecía será cumplida.
Mucho se ha escrito sobre el Libro del Apocalipsis. Mientras que teorías e interpretaciones abundan por parte de los académicos, aún es difícil encontrar una obra que verdaderamente tenga un acercamiento bíblico. Solo por la gracia de Dios yo, habiendo pasado incontables horas de estudio e investigando sobre la Palabra del Apocalipsis, he podido escribir este libro. Aún mientras escribo en este momento, mi corazón esta lleno de la verdad del Apocalipsis. El Espíritu Santo también me ha llenado mientras preparo mis comentarios y sermones para este libro. -
Para la mayoría de nosotros martirio es una palabra desconocida, pero para aquellos que han crecido en una cultura no-Cristiana es aún más rara. Ciertamente la palabra “martirio” no es una palabra con la cual nos encontramos en nuestra vida diaria; nos sentimos apartados y lejos de ella, ya que es muy surrealista para nosotros imaginarnos nuestro martirio real. A pesar de esto, los capítulos 2 y 3 del Libro del Apocalipsis discuten este martirio, y de su Palabra debemos establecer la fe del martirio en nuestros corazones –esto es, le fe con la cual podemos ser martirizados.
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Durante el periodo de la Primera Iglesia, muchos Cristianos andaban por toda la tierra, buscando un lugar seguro al cual escapar de las manos perseguidoras de las autoridades Romanas. El Imperio Romano continuó con su política de persecución, aún después de la muerte de Nerón, y los Cristianos continuaban desafiando la autoridad de los emperadores subsecuentes. Los primeros santos aceptaron y reconocieron la autoridad mundana de los emperadores Romanos, pero se rehusaron a reconocerla cuando se les pidió que renunciaran a su fe. Debido a que ellos se enfrentaron a la demanda de las autoridades Romanas, los anales de la Primera Iglesia estaban llenos por la persecución y el martirio.
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Este pasaje es la carta del Señor a la Iglesia de Esmirna en Asia Menor, una iglesia que materialmente era pobre, sin embargo espiritualmente enriquecida en fe. Los santos y los siervos de Dios defendieron su fe a pesar de haber sido perseguidos por los Judíos, y aún en sus tribulaciones de muerte, no negaron al Señor y a Su evangelio del agua y el Espíritu. Pelearon y vencieron creyendo en la Palabra de Dios.
El Señor les dijo a los santos de la Iglesia de Esmirna que no tuvieran miedo de los sufrimientos que vendrían, en lugar de eso que fueran fieles hasta la muerte, prometiéndoles la corona de la vida. -
Se dice que entre las siete iglesias en Asia, la Iglesia de Pérgamo tenía algunos miembros que seguían la doctrina de los Nicolaítas. Esta gente estaba consumida por su único deseo de acumular su propia fama y riqueza mundana, y no tenía ningún interés en salvar almas. Particularmente los ministros deben de tener cuidado de no terminar siguiendo estas doctrinas de Balaam. Balaam hizo que los santos adoraran el mundo y los guío a su destrucción.
Dios dio la Palabra de promesa que aquellos que vencieran, Él les daría del maná escondido y una piedra blanca. Puesto de otra manera, esto también quiere decir que los pastores que van tras el mundo terminarán perdiendo su maná. El maná aquí se refiere a “la exquisita Palabra de Dios,” y perder el maná escondido significa perder la voluntad de Dios que está escondida en Su Palabra. -
La Iglesia de Tiatira servía a la obra de Dios con amor, fe y paciencia, y sus obras se eran mejores con el paso del tiempo. Pero al mismo tiempo, era una iglesia que estaba plagada por una profetiza malvada. Puesto de otra manera, su mala acción era que algunos de sus miembros fueron engañados, por esta falsa profetiza que no se arrepentía, a cometer idolatría e inmoralidad sexual. Así el Señor exigió a la Iglesia de Tiatira que se arrepintiera y que se sostuviera de su primera fe hasta el final. El Señor también prometió que aquellos que defendieran su fe hasta el fin, Él les daría poder sobre las naciones y la estrella de la mañana.
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Este pasaje aquí dice: «Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas». Caminar de “blanco” significa que han defendido su fe en la justicia de Dios.
Dios camina con aquellos que han conservado la castidad de su fe. Él nunca los deja solos, sino que siempre está con ellos y los bendice.
Existen los justops sobre esta tierra que caminan con el Espíritu Santo. Dios ha escrito sus nombres en el Libro de la Vida y les ha concedido la vida eterna para siempre. Al vestir a los justos de blanco y estando siempre con ellos, Dios les ha concedido que siempre les sea posible vencer en su lucha en contra de Satanás. -
Dios nos dice aquí que entre las siete iglesias de Asia, la iglesia más elogiada y amada por el Señor era la Iglesia de Filadelfia.
En la era actual, podemos ver que Dios, quien hablo a las siete iglesias en Asia, desea que Sus iglesias sean como la iglesia de Filadelfia, obrar a través de ellas y ser agradado por ellas. Aún en el tiempo actual, las iglesias que son elogiadas por Dios están predicando el evangelio del agua y el Espíritu. -
La fe de la Iglesia de Laodicea era una que merecía ser vomitada por el Señor. Por lo tanto, el Señor aconsejo que comprara de Él oro refinado en fuego para que pudieran ser enriquecidos en su fe. Esta fe tibia también puede hacer su aparición entre los justos de esta era. Debido a que ellos recibieron su fe gratuitamente, no se dan cuenta de cuan preciosa es su fe. Dios habló Su Palabra de reprensión y de consejo a los justos para darles una fe que es como oro refinado en fuego. También podemos descubrir en el pasaje que el Señor quería que todas las siete iglesias en Asia tuvieran lo mismo, una fe. El Señor ordenó a todos aquellos que tuvieran oídos lo que el Espíritu decía a Sus iglesias.
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A través de la Palabra de Apocalipsis 4, podemos descubrir que clase de Dios es nuestro Jesús, y con este conocimiento nuestra fe es fortalecida. Cuando el conocimiento obtenido a través de la Palabra se convierte en fe y es plantada en nuestros corazones, podemos pelear y vencer a Satanás con una fe fortalecida en el Señor cuando el tiempo de regreso este cerca y emerja amenazante el Anticristo.
Estamos alimentando nuestra fe ahora para que podamos prepararnos para las tribulaciones de los primeros tres años y medio de la Gran Tribulación. Si llegamos a este día sin este alimento, ciertamente perderemos nuestra fe. Pero si preparamos una fe sólida, podemos declarar atrevidamente, aún si vamos a morir al siguiente momento, que quien nos ha salvado es Dios y que nosotros somos los hijos de Dios Todopoderoso quien está por encima de Satanás quien no es rival para Él. - Mostrar más