Episodit
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Trump, Fed, China... son varios los cambios políticos y económicos que se avecinan en los próximos meses. Y estos cambios de senda, especialmente sin uso de señalero, pueden ser peligrosos para la economía y los mercados.
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No hay elementos para pensar que la economía norteamericana vaya a entrar en una recesión en el corto plazo, por lo que las perspectivas de recortes de tasa de interés lucen adecuadas. Las "palomas" deberían volver al nido y estar alertas a que los riesgos puedan no estar en la actividad económica, sino en la inflación.
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Puuttuva jakso?
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La nueva "bazuca" económica china tiene dos problemas: alcance y dirección. Si bien el gobierno ha reconocido la falta de incentivos de los consumidores a gastar más, no se visualiza todavía una solución específica y suficiente para el mercado inmobiliario.
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La Fed se ha puesto en modo de "recalibración" de su política monetaria. Considera que el balance de riesgos ha pasado hoy a la necesidad de preservar la economía de un deterioro del mercado de trabajo, con una inflación que converge a la meta buscada. Pero los próximos movimientos siguen siendo dependientes de los datos, lo que en algún momento puede decepcionar a los agentes de mercado.
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Este setiembre puede dar razón a quienes, sin mucho fundamento, le atribuyen un efecto negativo sobre los mercados. Es que las expectativas sobre la próxima decisión de política monetaria de la Fed han puesto una vara muy alta y es muy probable que lo que se decida y diga resulte decepcionante.
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La economía china no da muestras de recuperación pese a los estímulos oficiales. El gigante asiático constituye el principal factor deflacionario y uno de los pocos justificativos (por no decir "el único") de un próximo recorte en las tasas de interés por parte de la Fed.
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¿Y hablan de recesión? Los datos de ganancias de las empresas del S&P 500 deberían sacar a los pesimistas del tablero, sobre todo cuando las proyecciones indican nuevos récords de resultados para los próximos trimestres.
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El fantasma de la recesión (en Estados Unidos) ha vuelto a rondar. Y algunos en el público (nunca faltan en las películas de terror) se pusieron a chillar. Pero tranquilos: es sólo una película.
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El pronunciado deterioro de las cuentas públicas brasileñas en el último año, sumado a cambios en la conducción del Banco Central que el mercado percibe como más permeables a la influencia del gobierno de Lula, han generado una presión sobre la moneda brasileña, que acumula una devaluación de casi 10% en lo que va del año.
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Pese a las mejoras en la gestión fiscal y monetaria, la economía sigue siendo vulnerable a inconsistencias en el programa económico, enfrentamientos políticos y una situación regional que el gobierno de Lula ha contribuido a enrarecer.
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La movida del presidente Macron de llamar a elecciones parlamentarias anticipadas puede dejar más convulsionada no sólo la política, sino también la economía francesa.
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Pese a que la decisión del Banco Central Europeo de bajar 0,25% sus tasas de referencia parecía inaugurar una nueva era en la política monetaria internacional, todo quedó en agua de borrajas tras el mensaje de la Fed: seguimos "data dependent" y sin compromisos sobre cuándo y cuánto recortar tasas.
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El oro rojo brillará con luz propia en los próximos meses, de la mano de la transición energética.
No es tan clara la perspectiva en el resto de los commodities: tras la fuerte caída de 2022-2023, ha llegado una "volátil estabilidad", valga la contradicción.
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El primer trimestre de 2024 terminó con un balance positivo en materia de resultados de empresas, ratificando la fortaleza de la economía norteamericana y dando sostén a la evolución positiva de la renta variable en los últimos meses.
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¿Es tiempo de alargar duración en los instrumentos de renta fija? Cuidado, porque si bien pueden venir buenas noticias sobre inflación en Estados Unidos en los próximos dos meses, los riesgos a mediano plazo siguen apuntando a una inflación persistente, por encima de los objetivos de la Fed.
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Con resultados aceptables y una política monetaria que aprieta pero no estrangula, las acciones siguen desafiando la gravedad. ¿Por cuánto tiempo?
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Los mercados accionarios han corregido la exagerada caída de dos años atrás. ¿Qué cabe esperar desde ahora?
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Factores de oferta y demanda coadyuvaron al reciente repunte del precio del petróleo. Además, algunos pueden estar presentes de manera duradera.
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Parece contradictorio que con un lenguaje antiinflacionario la política monetaria en EEUU esté resultando, de hecho, expansiva. Pero no hay duda que hay condiciones de abundante liquidez que sostienen valuaciones que, considerando otros factores, pueden tener pies de barro.
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Los problemas del sector inmobiliario chino ponen en duda la reactivación de esa economía en 2024. ¿Deberán los bancos centrales de Occidente lanzar el fuego del que parece carecer este afónico dragón?
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