Episodit

  • En este último punto del libro, lo que se trata básicamente, es el tema sobre el cambio, el pasar de ser un criatura de Dios a ser hijo de Dios.
    La primera muestra de esto, nos lleva a dos mil años atrás. No todos los hombres son iguales y el convertirse en un hombre nuevo, nos traería como consecuencia perder lo que ahora llamamos “nosotros mismos”. Lo cual sería lo ideal, ya que debemos salir de nosotros y dirigirnos hacia Cristo, para así poder tener “la mente en Cristo”. Cuanto más logremos liberarnos y alejarnos del “nosotros mismos” y permitamos que El se encargue de nosotros, mas nos convertiremos en nosotros mismos.
    Es inútil intentar ser nosotros mismos sin Él.
    No lograremos obtener un autentico ser, si no entregamos nuestro ser a Cristo para que se encargue de el. Para ello, debe haber una autentica entrega del ser y Cristo nos dará ciertamente una autentica personalidad, su personalidad (Perded vuestra vida y la salvareis).
    Busca a ti mismo y a la larga encontrarás solo odio, soledad, desesperación, furia y ruina. Pero buscar a Cristo y lo encontrarás y con Él todo lo demás.

  • Como bien dije en el punto anterior, Dios busca hacernos perfecto a todos y es una de las consecuencias que sufriríamos poniéndonos en sus manos. Por lo tanto aquellos que lo hagan se volverán perfecto en sabiduría, en el amor, en el gozo, en la belleza y en la inmortalidad como lo es El.
    Los buenos sentimientos, las nuevas perspectivas, tener mayores intereses en la religión no significan nada de nada, a menos que lo hagamos llevando a nuestro comportamiento a un nivel mucho mejor del que se encuentra.
    Como en toda religión, existen personas cristianas malas como también existen personas cristianas buenas, lo que no tienen nada que ver con el ser cristiano o no ya que eso depende de la persona y de nadie más.
    Si eres una persona buena, ten cuidado porque se espera mucho de aquellas personas a las que se les da demasiado. Sin embargo, si eres una pobre criatura, lo único que debes hacer es seguir adelante, porque Dios sabe lo que eres, por lo tanto pide que hagas lo que puedas.
    El mero mejoramiento no es la redención. Dios se hizo hombre para convertir a las criaturas en hijos.

  • Puuttuva jakso?

    Paina tästä ja päivitä feedi.

  • Si le das la mano a Nuestro Señor, te tomara el codo. Docenas de personas van a Él para que las sane de un pecado en particular del que se avergüenzan o que les esta dañando la vida cotidiana. Bien, El los sanara, pero no se detendrá ahí. Puede que eso sea todo lo que pedias; pero si una vez renunciaste a Él, te va a dar el tratamiento completo.
    Es por eso que El advirtió a la gente que “calcularan el costo” antes de hacerse cristianos. Si nos ponemos en sus manos, no exponemos a que nos haga perfectos, sin importar el sufrimiento que nos tenga que costar en nuestra vida terrenal. Sin embargo tenemos libre albedrio, por lo que podemos echarlo.
    Este Ayudador que, a la larga, no se satisfará con nada menos que la perfección absoluta, también se sentirá encantado con el primer débil y vacilante esfuerzo que hagas mañana para cumplir el mas simple de los deberes. Todo padre se siente complacido con los primeros pasos de su hijo pequeño. Por lo tanto es fácil complacer a Dios, pero no satisfacerlo.
    La demanda de Dios por la perfección no debe desanimarte de tus intentos por ser bueno, ni siquiera por tus fracasos actuales. Cada vez que caigas, El te volverá a levantar.
    Tenemos que darnos cuenta que Él nos guía a la perfección absoluta. Lo importante es lo que Dios tiene intención de que fuéramos cuando nos creó. El mandamiento “Sed perfectos” quiere decir que Dios va a convertirnos en criaturas que puedan obedecer ese mandamiento. El proceso es largo y en parte muy doloroso, pero eso es lo que nos espera.

  • El camino cristiano es duro y fácil. Cristo nos dice: “Denme todo. No quiero tanto de su tiempo y tanto de su dinero y tanto de su trabajo: los quiero a Ustedes. No he venido a atormentar a su yo natural, sino a matarlo. Ninguna medida a medias sirve. No quiero cortar una rama aquí y otra allá, quiero botar todo el árbol. No quiero taladrar el diente, o ponerle una corona, o detener la carie, sino extraerlo. Entrega todo tu ser natural, todos los deseos que crees inocentes junto con los que piensas malvados, todas tus prendas. Lesa daré un nuevo ser a cambio. De hecho, les daré Mi Propio Ser: mi propia voluntad será la de ustedes”.
    Cristo mismo a veces describe el camino cristiano como muy difícil y otras veces como muy fácil. La cosa más imposible es entregar todo tu yo a Cristo. Pero es mucho más fácil que lo que todos intentamos hacer a cambio. Porque lo que intentamos es permanecer en lo que llamamos “nosotros mismos” y eso es exactamente lo que Cristo nos previno que no podíamos hacer.
    El verdadero problema de la vida cristiana aparece donde la gente usualmente no lo busca. Aparece en el momento mismo en que despiertas cada mañana. Todos tus deseos y esperanzas para el dia se abalanzan sobre ti y tu primera tarea cada mañana es empujarlos atrás.
    Dios se hizo hombre para un único fin, incluso es dudoso que el universo haya sido creado para otro fin que ese.

  • Nosotros no somos Hijos de Dios, cuya voluntad e intereses son los mismos que lo del Padre; somos un manojo de miedos, esperanzas, avaricia, celos y vanidad egoístas, destinados a la muerte. Estamos disfrazados de Cristo por que el nos ordeno que así sea.
    El Cristo en Persona, Hijo de Dios que es hombre y Dios, están realmente de nuestro lado y están ya desde ese momento ayudándonos a transformar nuestro fingimiento en realidad.
    Cristo no actúa en nosotros solamente a través de lo que llamamos “vida religiosa”, sino que lo hace de muchas maneras. Actúa a través de la naturaleza, nuestros cuerpos, de los libros, a veces a través de las experiencias que parecen anti-cristianas.
    Cuando nos transformamos en un nuevo pequeño Cristo, en un ser que, a su humilde manera, tiene la misma vida que Dios, que comparte su poder, gozo, conocimiento y eternidad descubrimos dos cosas más; Nos empezamos a dar cuenta de nuestro estado de pecado y de que Dios es quien hace todo y nosotros permitimos que El lo haga.

  • Dios no engendro numerosos hijos al principio y opto por hacer soldados de juguete que luego llevo a la vida a través de un proceso tan difícil y doloroso, por que no esperaba que la raza humana se alejase de él, como lo hizo hace muchos siglos. De lo contrario, este proceso de ser transformado de criatura en hijo no habría sido difícil ni doloroso. La raza humana pudo hacer esto debido a que El nos dio el libre albedrio con el fin de que podamos amar y conocer la felicidad infinita.
    No debe confundirse la idea de que toda la raza humana es una cosa, con la idea de que las diferencias individuales no importan o que la gente real, de alguna manera son menos importantes que las cosas colectivas como las clases, razas y todo ello.
    El cristianismo piensa en los individuos humanos no como en meros miembros de un grupo o componentes de una lista, sino como en órganos de un cuerpo: diferentes unos de otros y cada uno de ellos contribuyendo con lo que ningún otro podría.

  • El Hijo de Dios se hizo hombre para permitir que los hombres se hicieran hijos de Dios como él. La segunda persona (el Hijo) se hizo humana, naciendo en este mundo como un hombre real, con una altura específica, un pelo de un color, un peso determinado y hablando un idioma. El Ser Eterno, que conoce y creo todo, se hizo no solo un hombre, sino un bebe, y antes de eso un “foetus” adentro del cuerpo de una mujer, que sería como transformarse en una babosa o un cangrejo.
    Esta persona eligió una carrera terrenal que implicaba matar sus deseos humanos a cada momento: pobreza, incomprensión de su propia familia, traición de uno de sus amigos íntimos, la burla y maltrato de la policía, y la muerte por tortura. Sin embargo, luego de haber muerto de esa forma, la criatura humana en El, al estar unida al Hijo divino, volvió a la vida. En Cristo el hombre se levanto nuevamente, no solo el Dios.
    Cada hombre de todo el mundo está sintiendo y respirando en este momento sólo porque Dios “los hace funcionar”. Nosotros ya fuimos “salvados”, no tenemos que intentar escalar a la vida espiritual por nuestros propios esfuerzos. Ésta ya ha descendido a la raza humana. Solo con que nos abramos al único hombre en el que esa vida estaba totalmente presente y que, a pesar de ser Dios, es también un hombre real, Él lo hará por nosotros y en nosotros.

  • Dios es un Ser que contiene tres personas y permanece como un solo ser. La primer persona es llamada el Padres y la segunda es el Hijo, que decimo que fue engendrado por la primera.
    Los cristianos creen que la actividad viviente y dinámica del amor ha tenido lugar en Dios por siempre y ha creado todas las demás cosas, siendo esta la diferencia más importante entre el cristianismo y el resto de las religiones.
    La tercera persona que compone a Dios, se llama Espíritu Santo, el espíritu de Dios, que siempre está actuando a través nuestro y desde adentro. Este espíritu de amor es, desde la eternidad, un amor que se da entre el padre y el hijo.
    Cada uno de nosotros tiene que entrar en el padrón de conducta de la Tripersona, tomar un puesto en esa danza.
    En nuestro estado natural no somos hijos de Dios porque Él nos creó no nos engendro. No poseemos vida ZOE sino BIOS que a su tiempo se agotará y morirá. Si compartimos la vida con Cristo compartiremos una vida engendrada que siempre ha existido y que siempre existirá. Si compartimos esa vida seremos hijos de Dios. Amaremos al Padre como Él le ama y el Espíritu santo se despertará en nosotros. Él vino a este mundo y se hizo hombre para difundir a otros hombres la clase de vida que Él tiene, a través de lo que se llama “buena infección”. Cada cristiano debe convertirse en un pequeño Cristo.

  • Dios no está en el Tiempo. Su vida no consiste de momentos que se siguen unos a otros. Si un millón de personas le están rezando a las diez y media de la noche, El no necesita escucharlas en esos diez minutos, ya que para él son siempre el Presente. El tiene toda la eternidad para escuchar esa fracción de segundos de oraciones que le hacen.
    La naturaleza humana y la experiencia humana de debilidad y sueno e ignorancia, están de alguna manera incluidas en la totalidad de la vida divina de Dios.
    Todos creen en Dios creen que El sabe lo que ustedes y yo vamos a hacer mañana. Pero si Dios previera nuestros actos, sería muy difícil comprender como podríamos ser libres para no hacerlos.
    En ese caso, lo que llamamos “mañana” es visible para El del mismo modo en que lo es lo que llamamos “presente”. Todos los días son “Ahora” para El.

  • En el nivel humano, el cual es considerado un nivele bastante vacio, una persona es un ser y dos personas son distintos, dos seres separados. En el caso del nivel divino seguimos encontrando personalidades, con la diferencia que la encontramos combinadas en nuevas maneras que quien no haya vivido ese nivel, puede imaginar.
    En la dimensión de Dios, podemos encontrar a tres personas que conforman a un solo Ser. Si no podemos imaginar un ser tripersonal.
    Si un cristiano sabe que lo que le está instando a rezar también es Dios, Dios dentro de él. Dios es aquello a lo cual él está rezando, la meta que está intentando alcanzar. Dios es también lo que dentro de él le empuja, la fuerza de motivación. Dios también es el camino hacia la meta. El hombre está siendo captado por la clase de vida más alta, lo que es el ZOE: está siendo atraído hacia Dios, por Dios, mientras que sigue siendo el mismo. Y así es como empezó la teología.
    Cuando se trata de conocer a Dios la iniciativa está de su lado. Si El no se revela no vas a poder encontrarlo nunca. Dios puede mostrarse a si mismo tal como es realmente solo a hombres reales, a hombres que están unidos juntos en sus cuerpos, amándose unos a otros, ayudándose y enseñándose a Dios unos a otros.
    Para aprender hacer de Dios, el único instrumento que se puede utilizar es toda la comunidad cristiana.

  • Teología significa “la ciencia de Dios”, y creo que cualquier persona que desee pensar en Dios querrá tener las más claras y exactas ideas disponibles acerca de Él.
    La teología es como un mapa; el simple aprender y pensar en las doctrinas cristianas, si uno se detiene allí, es menos real y menos emocionante que cualquier otra experiencia. Las doctrinas no son Dios, son tan solo una especie de mapa. Pero ese mapa está basado en la experiencia de cientos de personas que realmente estaban en contacto con Dios. Y si queremos llegar más lejos, tenemos que usar el mapa.
    En otras palabras, la teología es práctica.
    Engendrar es ser el padre de algo de la misma especie que tu, esto se diferencia de crear o hacer, porque al hacer, hacemos algo diferente a nosotros mismos. Por lo tanto lo que Dios engendra es Dios, pero no lo que crea. Es por eso que los hombres no somos Hijos de Dios en el mismo sentido que Cristo lo es. Pueden ser como Dios en ciertos aspectos, pero no son cosas de la misma especie. Son mas como estatuas o retratos pintados de Dios.
    La vida biológica es la que nos viene por naturaleza y que siempre tiende a agotarse y decaer es BIOS. Mientras que la vida espiritual, que está en Dios desde toda la eternidad y que hizo todo el universo natural es Zoe.

  • La fe en un segundo sentido surge luego de que un individuo, o mejor dicho un hombre, han hecho todo lo posible a su alcance por practicar las virtudes cristianas, y ha descubierto su fracaso, y se dio cuenta que si llegara a ponerlas en práctica lo único que estaría haciendo seria devolviéndole a Dios lo que ya es Dios. Lo que en verdad importa a Dios es que seamos criaturas de una cierta calidad.
    Debemos hacer lo que Cristo dice, teniendo fe en el. También debemos hacer las cosas por que El ya ha empezado a salvarnos; no con la esperanza de llegar al Cielo como recompensa de nuestras acciones, sino queriendo comportarnos de una cierta manera porque una cierta visión del Cielo ya está dentro de nosotros.
    La fe en Cristo debe venir inevitablemente de las buenas acciones.

  • Finalmente, la fe es la tercera y última virtud teologal. Esta está compuesta por dos sentidos diferentes uno del otro: Creencia (aceptar o considerar como verdad las doctrinas del cristianismo) y Virtud.
    La fe es considerada el arte de aferrarse a las coas que la razón, nuestra razón, ha aceptado una vez a pesar de los cambios de ánimos que hayamos tenido y es necesario endurecer hábito de la fe. El primer paso a llevar a cabo es reconocer el hecho de que nuestros estados de ánimo cambian siempre nos guste o no. Y el siguiente es asegurarse de que parte de las principales doctrinas del cristianismo son deliberadamente expuestas a nuestra mente todos los días. Se nos tiene que recordar continuamente aquello en lo que creemos.

  • La esperanza es otra de las tres virtudes teologales. Cuando hablamos de ella, nos referimos a una continua expectativa de la vida eterna que el cristiano tiene que hacer. La mayoría de las personas, incluyéndonos, encuentra muy difícil desear el cielo, excepto en que la medida de ese cielo signifique reencontrarnos con nuestros amigos o conocidos muertos. Una razón para esta dificultad es que no hemos sido entrenados; toda nuestra educación tiende a fijar nuestras mentes en este mundo.
    Aquellos que se unen con Dios en la eternidad comparten su esplendor, su poder y su gozo.

  • La caridad es una de las tres virtudes teologales y en cuanto al significado de esta palabra, significa lo que se solía llamar antes “limosna”, dar a los pobres. Caridad en el sentido cristiano, es amor. Un estado de la voluntad; el estado de la voluntad que tenemos naturalmente respecto a nosotros mismos, y que debemos aprender a tener respecto a otras personas.
    La diferencia entre un cristiano y un hombre mundano es que el hombre mundano trata a ciertas personas con bondad por que le gustan; mientras que el cristiano, al intentar tratar a todos bondadosamente, se encuentra cada vez más con que le gustan más y mas personas, incluidas las que no se habría imaginado al comienzo.

  • El vicio del que estoy hablando es el de la Soberbia u Orgullo; y la virtud que opuesta a ese vicio, en la moral cristiana, es llamada Humildad. Fue a través de la soberbia que el demonio llego a ser demonio; la soberbia lleva a todos los demás vicios; es el más completo estado de mente anti-Dios.
    El orgullo es esencialmente competitivo por su naturaleza, mientras que los demás vicios son competitivos por accidente. Es la comparación lo que hace orgulloso a alguien, es el placer de estar por sobre los demás.
    Mientras se es soberbio no se puede conocer a Dios, ya que el hombre soberbio está mirando hacia abajo a las personas y cosas, por lo tanto, mientras uno mira para abajo, no puede ver lo que está por sobre uno.

  • En el oración “Padre Nuestro” podemos encontrar la frase”…perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…” Aquí queda perfectamente claro que si no perdonamos, no seremos perdonados.
    Mi amor a mi mismo me hace pensar que soy agradable, pero creerme agradable no es la razón de que me ame. Así es que amar a mis enemigos aparentemente tampoco significa creerlos agradables. Un buen número de personas imagina que perdonar a nuestros enemigos significa darse cuenta de que no son tan malas personas, cuando es evidente que si lo son. Debo odiar las acciones de un hombre mal (el pecado) pero no al hombre malo (el pecador).
    El hecho de amar a mi enemigo, no significa que no deba castigarlo, ya que al amarme a mí mismo, no significa que no deba someterme a castigo, incluso a la muerte.
    Dios quiere que amemos a todos los seres individuales, como nos amamos a nosotros mismos y de la misma manera que él nos ama a nosotros por el solo hecho de existir. El nos ama porque somos esas cosas llamadas individuos.

  • La idea cristiana del matrimonio se basa en las palabras de Cristo de que un hombre y su esposa deben ser considerados como un solo organismo, porque eso es lo que las palabras “una sola carne” serian en lenguaje moderno.
    La relación sexual fuera del matrimonio es que aquellos que se entregan a ella están tratando de aislar un tipo de unión (la sexual) de todas las otras clases de unión destinadas a darse junto a ella y construir la unión total.
    El cristianismo ensena que el matrimonio es para toda la vida y todo aquel que se ha casado por iglesia, ha realizado la promesa solemne y publica de seguir con su pareja hasta que la muerte los separe. Como dijimos antes, la justicia (una virtud cardinal), incluye el mantener las promesas.
    La idea de que el “estar enamorados” es la única razón para permanecer casados realmente no deja lugar alguno para el matrimonio. Si el amor fuese todo, la promesa no agregaría nada y por lo tanto no se debería hacer.
    El sentimiento de estar enamorado no suele durar. Pero dejar de estar enamorado no implica dejar de amar. El amor no es meramente un sentimiento, es una profunda unidad, mantenida por la voluntad y deliberadamente reforzada por hábito y la gracia que ambos cónyuges piden y reciben de Dios.

  • Nos referimos a la moral cristiana en lo relativo al sexo, lo que llaman “virtud de la castidad”. Esta es la menos popular de las virtudes cristianas y no hay forma de escapar de ella. La norma cristiana es “o en matrimonio”, con completa fidelidad de pareja, o total abstinencia. Esto es tan difícil y tan contrario a nuestros instintos, que obviamente o el cristianismo está mal, o nuestro instinto sexual lo está.
    Siendo cristiano diría que el nuestros instintos se han maleado, ya que la finalidad del sexo es tener hijos y si cada vez que tengamos apetito sexual lo satisfacemos, en menos de 10 años duplicaríamos la población de una pequeña aldea.
    Los anticonceptivos han hecho la permisividad sexual mucho menos costosa al interior del matrimonio y mucho más segura fuera de él de lo que nunca fue, y la opinión pública es menos hostil a las uniones ilícitas, e incluso a la perversión de lo que ha sido desde los tiempos paganos.
    El apetito sexual, como nuestros otros instintos, aumenta cuando nos abrimos a él o cuando no somos capaces de acceder.
    El cristianismo es casi la única religión de la grandes religiones que aprueban completamente el cuerpo, que creen que la materia es buena, que Dios mismo una vez se encarno en un cuerpo humano, que se nos va a dar alguna clase de cuerpo incluso en el cielo y que ese cuerpo va a ser una parte esencial de nuestra felicidad, belleza y nuestra energía. El cristianismo ha glorificado el matrimonio más que ninguna otra religión.
    El sexo tiene todo de que avergonzarse. Ya que no hay de qué avergonzarse por gozar de la comida, pero si lo hay si hago de la comida mi principal interés en la vida.
    Hay tres motivos por los cuales es difícil mantener una completa castidad;
    1-Debido a nuestras naturalezas desviadas, los demonios que nos tientan y toda la propaganda contemporánea dirigida a la lujuria, se combinan para hacernos sentir que los deseos a los cuales estamos resistiendo son tan “naturales”.
    2-Debido a que algunas personas se ven frenadas de intentar en serio la castidad por que la ven imposible.
    3-Debido a que la gente entiende mal lo que la psicología ensena acerca de las “represiones”, queriendo decir, por ejemplo: un deseo o pensamiento reprimido, es uno que ha sido arrojado al subconsciente y ahora puede hacerse presente en la mente solo en una forma disfrazada e irreconocible. Para el paciente, la sexualidad reprimida no parece ser para nada sexualidad.
    Si alguien piensa que los cristianos miran la falta de castidad como el vicio supremo, está completamente equivocado. Los pecados de la carne son los malos pero son los menos malos de todos los pecados.

  • La opción moral implica dos aspectos; el acto de optar y los variados sentimientos, impulsos y otros elementos que su disposición psicológica le presenta, y que son la materia prima de su opción. Esta materia prima puede ser normal (sentimientos comunes en los hombres) o desnaturalizada (originados en cosas que se han desviado del subconsciente).
    El psicoanálisis intenta erradicar los sentimientos anormales, dándole a la persona una mejor materia prima para sus actos de opción. Cada vez que realizamos uno de estos actos de elección, estamos transformando ese yo central en una criatura celestial o infernal. Depende las elecciones llevadas a cabo, progresamos hacia uno u otro lado.
    La dirección correcta nos lleva a la paz y al conocimiento. Cuando una persona se hace mejor, comprende cada vez más claramente el mal que todavía queda en ella y cuando se va haciendo pero, comprende cada vez menos su maldad.
    La gente buena sabe tanto del bien como del mal, mientras que la gente mala no sabe de ninguno de los dos.