De acuerdo con la sabiduría de la Kabbaláh la realidad consiste de dos fuerzas o cualidades: el deseo de recibir y el deseo de otorgar o de dar. Ya que el deseo de otorgar desea dar, crea un deseo de recibir. De ahí que su nombre más comúnmente usado sea “el Creador”.
Por lo tanto la creación entera, incluyéndonos nosotros, implica las manifestaciones de ese deseo de recibir.
Utilizando la Kabbaláh podemos trabajar con las fuerzas fundamentales de la realidad (recepción y otorgamiento) en beneficio propio. No sólo nos enseña el diseño de la creación, sino cómo podemos volvernos diseñadores, tan omnipotentes y omniscientes como el Diseñador original de la realidad.