Episodes
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“Remigia, regreso pasado mañana, te dejo dinero para la comida”, firma Julián.En la mesa del comedor, junto a un billete de 20 pesos, la mujer encontró un trozo de empaque de harina con el puño y letra de su esposo. En el momento que tomó el billete en sus manos, llegaron Anita, Tavito y Javier , se pararon junto a ella y al unísono suplicaron: tenemos hambre mamá.
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¡Dientón, Dientón, no seas bizcocho, dame el papelito que escribiste para la Chiquis!- la maestra apenas había salido de la puerta y ya iniciaba el enlace entre ambas aulas para que el Dientón pudiera comunicarse efectivamente con la Chiquis, su enamorada...
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Episodes manquant?
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Ya se están poniendo prietas las botellas!- decía Amalia entre dientes mientras las tomaba, para sacudirlas, desde la parte más alta del estante de madera color verde -Qué se me hace que mejor las voy a mover de lugar para ver si así llaman más la atención de la clientela-
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Amaaaá, creo que voy a vomitar- y como si se tratara de la peste negra, Adelaida jaloneó a Joselino desde la cocina, atravesaron el corredor, pasaron por la sala y lo sacó a la calle ¡A mí no me vienes con cosas! ¡Crúzate la calle y vomitas del otro lado de la banqueta, en el baldío
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La Jesús del Retacado salió muy espichadita junto a la Delia por un costado de la iglesia para acortar camino y no encontrarse con las celadoras mitoteras que a toda costa querían cambiarles los días en que les tocaba abrir, limpiar, celar y cerrar el templo de San Pedro Apóstol.
-Pásale comadre, aquí tengo en el patio lo que le voy a dar- dijjo Delia, mientras la Jesús miró al suelo recién regado... -
¡Catalina, te vas a resbalar, deja ahí mujer!-
-¡No estés neceando viejo, me gusta mucho estar aquí!- contestó la susodicha mientra zambullía los pies hinchados en el zoquete para atravesar un bordo de tierra deshecho por la lluvia -¡Agárrame de la mano, cabezón, y deja de estarme criticando!- Catalina levantó sus enaguas y tomada de la mano de su esposo dio un gran salto... -
El 14 de febrero, en la Capital del Mundo, desaparecían las baterías de radios y lámparas, y si no había las suficientes, las pedían fiadas contraesquina de la plaza, en la tienda de Manuel Cruz -Ya van a tener bochinche baquetones- decía entredientes mientras anotaba en el libro de contabilidad que atesoraba debajo del mostrador verde de madera...
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¡Habla chamaco del demonio!-
-Ya le dije oiga, yo no sé nada-
Un soldado desenfundó el revólver, se aseguró que el tambor tuviera las 6 balas y puso el cañón sobre la sien -Dime chamaco, ¿dónde está Luis y tu papá? ¡Dime o te vas a morir!- -
¡Ya te dije, es un lugar sagrado!--¡Ay no me vengas con esas cosas!--Pues mira, tú sabes, si quieres recuperar la fe, tienes que ir-La calle era larga y oscura, a lo lejos entre un par de arboles tintineaba una lámpara que sobrevivía para iluminar el templo que Luisito me había recomendado con desmedida contundencia.
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¡Los dos se van al orfanato, ya dije, los dos!-
-Pero nooo, papaaá, noooo-
-¡Y se van lejos, no los quiero aquí!-
Ese mismo día, los pequeños Luciano y Óscar, de 4 y 5 años, partieron de Ciudad Obregón rumbo a Nogales. -
¡Córrele Noé, ya lo están armando!-
-Pitaaaaa, veeeeen, ¡ya van a empezar!
-A la bestiaaaa, miraaaa…-
-¡Este va ser enormeee!- -
¡Se va caer el chamaco pendejo!- gritó la vecina de enseguida mientras alimentaba a los cerdos que retozaban en el charco de lodo –Comadree, se le va ir de hocico el chamaco- exclamó nuevamente.
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Mira qué pípirisnais la Julia-
-¿A poco no van a dar barbacoa con frijoles?-
-Nomás se casan en la ciudad y pierden las tradiciones-
En todas las mesas llegaban platos hondos llenos de un menjurje verde que la mayoría veía con rareza. -
¡Está loca la vieja!-
-¿Qué te dijo Ramiro?-
-Dice la mujer que quiere 500 panes para mañana-
-Y se le ocurre pedirlos a las 6 de la tarde, pues- -
Ñaaaaaa ñaaaaaaa ñañaaaaaa
-Miraaa Esther, es pequeñito-
-¡Ay pedacito de cielo cabes en una cajita de zapatos, te vamos a poner Felipe-
-Te diremos Lipito, por chiquito-
Cuando salieron del sanatorio, Esther y Genaro llegaron directo a casa y buscaron una vieja caja de zapatos que resguardaba estambres, hilos e hilazas, aventaron todo en la cama y metieron a Lipito... -
Ya está cerrada con tres candadooooos y remachada la puer...-
-Han de pensar que estando encerradaaaaaa- continuó cantando Micaela mientras subía el volumen; tomó el palo del trapeador como micrófono mientras lo deslizaba por cada rincón del piso de cemento pulido cuyo tono verdoso marcaba las miles de trapeadas con aceite de lámpara que había recibido por décadas… -
Riiiiiing riiiiiing
-Bueno, ¿quién habla?-
-Ayyy mijito soy yooo, ¿qué andas haciendo?-
-Aquí doblando ropa-
-Deja eso ahí, ponte guapo y vente rapidito a la IV Zona Militar, diles que eres invitado a la cena del comandante, das tu nombre y te dejarán entrar- -
¡Chicoooo! ¡Chico, Francisco, Pancho… Hijo de tu chingada madre! ¡Ven para acá chamaco!
- Ay amá, ando jugando a la roñaaa-
-Ahorita sigues jugando a la roña, pero antes ve con la Rita, la Aurelia, la Águeda, también con mi comadre Cagüina y diles que a la 1 en punto traigan una jarilla medianona- -
¡Ve nomás, hasta los calzones se le están saliendo del carro!-
-Nooo, sí que estuvo bueno el “guamazo”-
-Ay, pobreees mujereees, miraa, son de Sonor -
¡A ver quítate chamaco, me ando orinando-
-¡Espérate Concha, aún no se para el camión!-
-¡No me retobes que soy una persona mayor y hazte a un lado!- - Montre plus