エピソード
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Abrimos nuestro recorrido musical revisitando el catálogo de la etiqueta Gema, fundada en La Habana de 1957 por los hermanos Alvarez Guedes.
Con un concepto de producción renovador, hizo su aparición en el panorama discográfico teniendo al frente del apartado técnico/musical al pianista, compositor, arreglista y líder de orquesta Ernesto Duarte.
En el staff artístico Gema: Rolando Laserie. Nacido el 27 agosto de 1923 en la localidad villareña de Matas, gracias al respaldo del equipo de trabajo encabezado por Guillermo Alvarez Guedes, entró definitivamente con buen pie al mundo del disco imponiendo su peculiar estilo de "guapear" el bolero y la canción.
Contra todo pronóstico y por esos caprichos de la música, la aceptación de su segundo debut con Gema con las bandas de Ernesto Duarte y Bebo Valdés, lo convirtieron de la noche a la mañana en uno de los ídolos victroleros de más pegada en el ambiente.
Luego de haber desarrollado una extensa y sostenida carrera musical en infinidad de escenarios, Rolando Laserie falleció en los Estados Unidos el 22 noviembre de 1998.
El 24 de octubre de 2024 se cumplieron diez años del fallecimiento de la guitarrista y compositora Ela O'Farrill.
Nacida en Santa Clara, Las Villas, el 28 de febrero de 1930, contaba 84 años al morir en México, su segunda patria desde finales de los años 60.
Contemporánea con otras figuras representativas del feeling cubano como Frank Domínguez, Marta Valdés y Nutmidia Vaillant, sus letras, melodías y armonías renovadoras, rompieron moldes formales y estéticos, estableciendo una nueva manera de interpretar la canción y el bolero.
Por esos caprichos del destino y los intangibles hilos de la música, su hermosa canción de amor "Adiós felicidad" se convirtió en el triste leit motiv de quienes, ya en los primeros años 60, se vieron forzados a dejar atrás patria, afectos y familia.
Pretexto inmejorable el recuerdo de sus canciones para que nos acompañen Haydée Milanés, Pancho Céspedes, Pacho Alonso y Freddy.
Aproximadamente desde 1939 sus mecanismos, activados por unos pocos centavos, comenzaron a distinguir la banda sonora de los cubanos en infinidad de establecimientos públicos como bodegas, bares, restaurantes, clubes y cabarets.
Primero rechazadas por los músicos las llamadas "victrolas", con el auge del disco en Cuba, pasaron a ser elemento indisoluble de la maquinaria de difusión.
Panart, primer esfuerzo discográfico fundado en La Habana de 1944 por el ingeniero de sonido Ramón Sabat, estableció un flujo de producción regular posicionando dentro y fuera de la isla, y sobre todo ante los monopolios extranjeros, los cimientos de una industria netamente nacional.
A mediados de los 40 la temática del despecho, el desengaño amoroso y el alcohol fue perfilando, sobre todo en los boleros, una nueva categoría que se impuso a través de las victrolas en los ambientes más populares.
En los bares el pulso victrolero de los años 40 y 50 alcanzó su máximo esplendor. Siguiendo su rastro volvemos a las producciones Panart.
Daniel Santos con el Conjunto "Sonora Matancera"; Fernando Álvarez con el Conjunto Casino; Alberto Ruiz (el formidable sonero y bolerista, fundador del conjunto "Kubavana") y Bienvenido Granda con el conjunto del pianista Yoyo Casteleiro, nos acercan aquellos tiempos donde reinaron los éxitos de victrola.
La presencia ininterrumpida de Omara Portuondo en los escenarios de Cuba y el mundo durante más de siete décadas, la convirtieron en una de las figuras representativas de la música popular.
A propósito del aniversario 94 de "la novia del feeling", aún muy reciente su retiro de los escenarios, nos despedimos con algunos cortes del álbum "Magia negra" editado por la etiqueta Velvet en 1960.
Arreglos y conducción musicales a cargo del pianista y compositor Julio Gutiérrez, marcando el debut como solista de la entonces juvenil intérprete cuando aún completaba las filas del célebre cuarteto vocal de Aida Diestro. -
Comenzamos con la orquesta del percusionista Elio Revé, renovada conceptualmente a finales de los años 60 con los arreglos y las obras de un jóven bajista, el futuro creador de "Van Van": Juan Formell.
Notable la presencia de Elena Burke en el catálogo de la etiqueta estatal Areito de esos años, defendiendo las piezas de Formell.
Con el denominado "changüí 68" el talentoso músico prefiguraba el Songo.
Y muy a propósito de la generación de trovadores que entre los últimos años 80 y primeros 90 oxigenó la banda sonora cubana retomamos la obra del incombustible Alejandro Frómeta.
Integrante de aquella importante cofradía de trovadores del enclave habanero de 13 y 8, Frómeta sigue fiel al riquísimo mundo lírico y armónico que, desde los tiempos de "Superávit" junto a Carlos Santos y el desaparecido Raúl Ciro, lo hizo destacar entre sus contemporáneos.
Con múltiples influencias donde resaltan los aires de la música popular de Brasil y el rock and roll argentino, nos regala "Agujas del alma".
De su álbum "Celular" escogemos "Maldita seas tristeza". En los coros Janet Sierra y Alejandro Gutiérrez. Se sumó además un viejo conocido: el Dr.From.
Escuchamos a uno de los grandes soneros de la primera mitad del siglo XX cubano: Abelardo Barroso.
Reinó durante los años 20 y buena parte de los 30 gracias a sus cualidades vocales y al auge que alcanzaron entonces el son y el danzonete. En los 40 durante la era dorada de los conjuntos, el éxito del danzón de nuevo ritmo, el swing y el bebop, el cantante no tuvo muchas oportunidades de lucimiento.
Sin embargo, por esos caprichos de la música su relativo silencio se rompió en plena década del 50 gracias al apoyo comercial de la etiqueta Puchito de Jesús Goris y la orquesta del percusionista Rolando Valdés.
Bien establecida "la era del cha chá chá" Barroso adaptó su estilo, netamente sonero, a la orquesta tipo charanga.
Un desprendimiento de la importante jazz band "Hermanos Castro" dio lugar en 1939 a la fundación de la orquesta "Habana Riverside". Una década y media después la etiqueta independiente "Puchito" la sumaba a su staff artístico. Dominaban en ambiente musical el chá chá chá y el mambo y la sonoridad de la "Riverside" bajo la batuta del saxofonista Pedro Vila, alcanzaba su máximo esplendor con su cantante estrella: Tito Gómez.
El guitarrista, compositor y arreglista Juanito Márquez colocaba en el repertorio de la "Riverside" algunas de sus obras: "Naricita fria" y "Alma con alma".
Volvemos al recuerdo de aquellos formidables conjuntos cubanos soneros que durante los años 40, 50 y 60 reforzaron la presencia de la música popular cubana en el mundo.
Tres grandes del Son: Arístides Balmaseda, Filiberto y el Chino Lahera con el conjunto "Estrellas de Chocolate", el piano de Columbié y los arreglos y el tres del gran Niño Rivera. -
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"Criolla carabalí", son en clave abakuá original de Guillermo Castillo y grabado por el Sexteto Habanero en Nueva York el 29 de mayo de 1928, abrió hoy los caminos sonoros.
Teniendo en cuenta la época en que se produjo este registro probablemente resultó escandaloso y premonitorio a la vez, reafirmando el carácter netamente popular del Son, así como la mixtura ancestral en la música cubana.
¿Cuánto le debe desde entonces la cultura cubana a esos músicos naturales desdeñados por la academia y que algunos siguen mirando por encima del hombro?
¿Cuánto a aquella humanidad sudorosa que a lo largo de la isla en puertos, campos, talleres, cuarterías y barrios marginales, con sus toques y voces, dotaron al Son de los aderezos elementales?
¿Cuánto le debemos al negro tamborero Chano Pozo, vida y genialidad truncadas por los penosos lastres de la droga y la violencia, frutos amargos de los condicionamientos discriminatorios y clasistas aún latentes en la sociedad cubana?
Chano Pozo antecedió al olvidado Tata Gutiérrez. El viejo cantor y rumbero desde una grabación Panart de los últimos años 40, volvía a los rudimentos de la rumba vinculada al conocimiento del mundo abakuá.
El ayer y hoy de una isla a través de su música popular. El asesinato de José Manuel Carbajal, conocido en el pujante movimiento reguetonero/repartero con el nombre artístico de El Taiger, ha estremecido la opinión publica poniendo el foco nuevamente sobre estos asuntos.
Sus seguidores, dentro y fuera de la isla, le han rendido por estos días el tributo máximo al que podría aspirar un músico de raíz de pueblo.
Nadie sabe si será largamente recordado, teniendo en cuenta que la polarización extrema y las veleidades de las redes sociales en las que últimamente sucumbe el ser humano, agudizan la división, el extremismo y cierta ceguera.
Por ahora El Taiger le sigue poniendo voz al drama de los suyos, que no es poco.
A propósito del 118 aniversario del natalicio del flautista, arreglista y compositor Juan Pablo Miranda, recordaremos a continuación algunas de sus piezas, quien tuvo una especial afinidad con los compositores e intérpretes del movimiento del feeling.
Como breve muestra de ello Vicentico Valdés, José Antonio Méndez (el King), Marta Valdés, Abelardo Barroso y Amelita Frades nos recordarán los boleros: "Algo de ti", "Mil congojas", "Que difícil es", "Es en vano" y "Seguiré sin tí".
El Noneto Cubano de Jazz del trombonista Pucho Escalante nos acerca a la segunda mitad de los años 50, y a la interacción entre músicos, conocida como “descarga”.
Panart, la precursora etiqueta de Ramón Sabat, producía sus notables “Jam Sessions” reuniendo para este propósito a valiosos músicos de la época. Las "descargas" de Panart. En su tiempo apuesta oxigenante donde es un lujo disfrutar del arte del gran Fellove Valdés.
Por su parte en 1960 el sello "Tropicana" de Adolfo Seeman produjo los dos primeros álbumes del Quinteto de Música Moderna con Frank Emilio al piano, Gustavo Tamayo en güiro, Guillermo Barreto en drums, Papito Hernández en contrabajo y Tata Güines en las tumbadoras. Embrión de lo que años después será conocido como “Los Amigos”.
Poco antes la etiqueta Gema de los hermanos Alvarez Guedes, lanzaba su propio "All Stars" con la edición de una serie de “descargas”, incluyendo en las etiquetas de los singles, por primera vez, el crédito a los músicos que habían intervenido en las sesiones de estudio.
Alejandro "El Negro" Vivar (trompeta); Delahoza (trombón); Emilio Peñalver (saxo tenor); Osvaldo Peñalver (Saxo alto); Pedro Jústiz "Peruchín" (piano); Israel "Cachao" López (contrabajo); Tata Güines (tumbadoras); Richard Egües (flauta) y Walfredito de los Reyes (pailas).
Los pioneros del jazz cubano le ponen sabor a la banda sonora final.
Un gusto regresar siempre a la labor del percusionista Walfredito de los Reyes. En 1958, en los salones del “Casino Parisien” del Hotel Nacional, se escuchaba esta formidable banda bajo su conducción. -
A propósito del Cubakústica anterior donde repasamos algo del cancionero mexicano en los repertorios de cantantes y agrupaciones cubanas, comenzamos nuestro recorrido, a la inversa, con el primer charro cantor que tuvo el cine de oro azteca: Tito Guízar.
Con el respaldo de la jazz band "Casino de la Playa", escuchamos su hermosa versión de "La rosa blanca", versos de nuestro apóstol José Martí musicalizados por el maestro Ernesto Lecuona. Grabación habanera para discos RCA Víctor de comienzos de los 50.
Retrocedemos poco más de una década. Los antiguos estudios de la CMQ Radio, entonces recién ubicados en la intersección de Monte y Prado, nos permiten disfrutar del arte del llamado "Tenor de las Américas" Don Pedro Vargas. Se trata del vals canción "Muñeca de cristal ", le acompañó al piano su autor: Ernesto Lecuona.
La cantante veracruzana Toña la Negra acogía el afro de la pianista y compositora cubana Margarita Lecuona: "Babalú". Nuevamente otra conocida etiqueta norteamericana nos devuelve otro clásico cubano.
En pleno tránsito los años 30 la canción "Aquellos ojos verdes", letra del cantante Adolfo Utrera y melodía del pianista Nilo Menéndez, conquistaba los corazones del mundo.
Es la formación original del famosísimo trío "Los Panchos": Gil, Navarro y Avilés, desde el catálogo Columbia de sello rojo.
A continuación dos figuras icónicas de la cultura mexicana. Germán Valdés "Tin Tan" y Jorge Negrete brillaron con igual intensidad en los apartados actoral y musical.
Inolvidables sus presentaciones en Cuba. "La gloria eres tú", el bolero del King: José Antonio Méndez antecede al tango congo de Eliseo Grenet: "Cuba de mi vida".
En tres tiempos un clásico de la música popular.
El Septeto Gloria Cubana –bajo la dirección de Feliciano García- fue una de las primeras agrupaciones que incorporó el piano al formato sonero, ejecutado en este caso por María Teresa Ovando, esposa del músico.
El 5 de diciembre de 1928 el “Gloria Cubana” -con trompeta y piano- grabó “El pelotero”, un son original de su director que por esos raros caprichos de la música popular permanecerá en lo adelante en el repertorio de muchas agrupaciones, dentro y fuera de la isla, con el título de "Pelotero la bola".
Mediando la década del 40 el sonero Alberto Ruiz –con su Conjunto Kubavana- lo adaptó a la guaracha-rumba con el título de “Que se corra la bola”.
A propósito del natalicio 90 de Luis Donald recordaremos el arte de este formidable intérprete.
En dos tiempos recordamos el sentimiento de Luis Donald. En 1959 inició su carrera como solista con el apoyo de las disqueras independientes Neptuno y Puchito.
Música popular, el lenguaje más universal.
En una de las líneas de su original versión de "El Manisero", grabada a comienzos de los años 30 con su banda del Cotton Club, el genial trompetista, cantante y compositor Louis Armstrong se disculpa por su pobre dominio del español pero al mismo tiempo demuestra estar bien informado asegurando que en Cuba la mariguana se conoce como "maní".
Su vínculo con otros músicos de la isla justifica además el inesperado estribillo final cuando le canta a "María".
Del jazz norteamericano de 1931 nos vamos al music hall francés.
Fue el actor, cantante y bailarín Maurice Chevalier uno de sus representantes más sobresalientes.
El mismo año, en su personal estilo, dejaba en discos Víctor el famoso tango congo de Eliseo Grenet: "Mamá Inés".
En la despedida el gran Nat King Cole. Formidable pianista y cantante en su famosa producción habanera "Cole en español" producida por la dupla Capitol - Panart, junto a la orquesta del cabaret Tropicana, a pesar de no poder rebasar las dificultades fonéticas de la palabra "delirio" no dejó pasar la oportunidad y grabó su versión del clásico del maestro César Portillo de la Luz, al piano.
Despedida en chá con Nat King Cole. "El bodeguero", original del flautista, arreglista y compositor Richard Egües. -
Se va Marta y con ella un pedazo inmenso del corazón y el sentimiento de aquel reino indomable y libertario de luces de neón, música, arte y poesía que fue La Habana.
Sus canciones llegaron a este mundo predestinadas a ser asidero espiritual para los habitantes de una nación de la que, poco a poco, lastimosamente, va quedando menos.
Estaba escrito en las estrellas lo perdurable de una obra que marcó un punto de giro hacia la modernidad.
La canción en su guitarra siempre fue algo más: alquimia elevada y exquisita en letras y melodías que hoy sobreviven a la ciudad misma que las vio nacer.
Durísimo golpe a los cimientos de la cultura de todos los cubanos, los de adentro y los que (en cualquier rincón del mundo) le agradeceremos siempre el feeling y la luz trascendentales de sus canciones.
Gracias por siempre Marta. Por el regalo de tu afecto, por la sonrisa, la sabiduría, las memorias y esas canciones/maravillas preservando, de alguna manera, el latido profundo de Cuba. -
Presencia de la canción y el bolero mexicanos en el repertorio de intérpretes y agrupaciones cubanas de los años 40 y 50.
"Miénteme", el exitoso bolero de Chamaco Domínguez que le abrió las puertas del éxito a Olga Guillot en discos "Puchito", lo escuchamos a la manera de Tito Gómez con la jazz band "Riverside".
En 1958, luego de su exitoso debut discográfico como bolerista con el Conjunto Casino, Fernando Álvarez iniciaba su carrera como solista.
Como artista exclusivo de la etiqueta "Gema" entre los diversos acompañamientos que le procuraron los hermanos Alvarez Guedes sobresalió la orquesta del maestro Bebo Valdés.
"Verdad amarga" es un bolero de la compositora y pianista Consuelo Velázquez.
Una excelente combinación de bolero y ranchera nos permite seguir repasando el catálogo "Gema".
Celeste Mendoza con la banda del trombonista Generoso Jiménez grabó una originalísima versión de "Pa qué me sirve la vida". Letra y música de Chucho Monje.
Y del mundo del disco comercial de los 50 pasamos a rastrear el éter radiofónico de los 40. Con su estilo de crooner o cancionero, desde los estudios de la Radio Cadena Suaritos, un bisoño Fernando Albuerne conquistaba a los oyentes con su personal versión de la canción ranchera "Que lindo es Michoacán". Banda sonora de la película del mismo nombre protagonizada en 1943 por el primer charro cantor del cine de oro mexicano: Tito Guízar.
Le acompañaba la orquesta Suaritos Bailable a cargo del maestro Obdulio Morales.
Despide este breve repaso al repertorio azteca a lo cubano: Orestes Macías. "Desfile de éxitos" del año 1960. En su voz y estilo el clásico de Alvaro Carrillo: "Sabor a mi".
El legado de los conjuntos soneros, así como la natural evolución de la música popular, propició la aparición del conjunto "Los Latinos" en la escena bailable cubana.
Fundado el 26 de enero de 1972 por iniciativa del cantante Orlando Reyes junto a los trompetistas del Conjunto "Club": Herminio Salinas y Orlando Garrucho, el repertorio de "Los Latinos" resumía la sonoridad de formaciones madres como el conjunto "Casino", el Conjunto "Rumbavana", el Conjunto de Roberto Faz y el propio Conjunto "Club" creado en la ultra marina localidad de Regla en 1957 por el trompetista, arreglista y compositor Idelfonso Salinas.
Bajo la dirección de Garrucho y con los arreglos del pianista Pepito López no fueron pocos los temas con que, hasta la primera mitad de los años 80, se ganaron el favor del público sus cantantes Marcelino Linares, Ricardito Rivera, Frank Pereira y Aldo Lamas.
En su estilo el típico repertorio de los conjuntos cubanos de guarachas, boleros, sones montunos, y ritmos caribeños como la bomba y la plena boricuas, el merengue dominicano y la cumbia colombiana.
La banda sonora setentera cubana nos brinda el pretexto perfecto para recordar el arte de Miguel Angel Rasalps, notable cantante y compositor conocido desde siempre en el ambiente artístico musical con el sobrenombre de "el Lele".
Primero con "Los Van Van" y luego con "Los Reyes 73", dejó una huella memorable en el catálogo discográfico cubano.
Como parte de esta última agrupación, donde desarrolló aún más sus cualidades como vocalista, lo recordamos.
En los minutos finales volvemos al estilo de los conjuntos soneros.
El Conjunto "Rumbavana" fundado por el percusionista Ricardo Ferro en septiembre de 1956 tuvo en su delantera vocal, desde los primeros años 60, a un gran sonero.
Nos vamos con Raúl Planas, Fernando González, Guido Soto y Orestes Macías, poniéndole sabor al "Rumbavana". Etapa en que la conducción musical corría a cargo del pianista, arreglista y compositor Joseíto González. -
A pesar de que a lo largo de su carrera completó las delanteras vocales de dos jazz bands de importancia como la "Hermanos Castro" y la "Casino de la Playa", podemos asegurar que Felo Martínez fue -esencialmente- un cantante de conjunto.
Superada su etapa trovadoresca como parte del trío Hermanos Díaz, en 1950 participaba en la fundación del conjunto del pianista Luis Santí, fiel seguidor del estilo del Conjunto Casino, completando su trilogía vocal junto a Pitín y Colacho.
La voz de Felo Martínez, aguda, algo nasal y con buena potencia, cualidades típicas del sonero, así como su sentido del ritmo y creatividad para las inspiraciones, demostró ser ideal para el formato que desde los años 40 conquistó los salones bailables.
Los conjuntos que durante los años 50s continuaron su evolución lógica, para 1953 sumaban a las guarachas, montunos, guajiras, guaguancós, congas y boleros, el nuevo ritmo que entonces rescató de la inercia a las orquestas típicas o charangas.
"El peletero", un cha cha chá de Hilario Ariza que nunca fue llevado a las sesiones de estudio del Conjunto Casino, llega desde el estudio teatro de La Onda de la Alegría (Radio Progreso) con fecha marzo de 1956.
Junto a Felo Martínez las voces de Roberto Espí, René del Mar y Fernando Álvarez.
En la memoria: Felo Martínez. Falleció en La Habana el 12 de julio de 1999.
A 25 años de su desaparición física recordamos a este notable cantante, buen amigo y fiel guardian de la memoria de sus compañeros.
Había nacido el 19 de febrero de 1930 en La Habana, la ciudad de sus grandes triunfos.
Y de La Habana nos vamos al Nueva York de los años 40. En la gran ciudad alcanzaba su máximo esplendor el estilo de Panchito Riset.
Su trasiego por innumerables agrupaciones soneras definió ese peculiar sabor interpretativo que lo hizo sobresalir entre sus contemporáneos.
Desde sus antológicas grabaciones como parte del Cuarteto Caney sentó cátedra en el bolero soneado.
Combinación perfecta que le acompañó a lo largo de una extensa trayectoria artística, parte de la cual rememoramos seguidamente.
Nadie como Panchito para ponerle voz y sentimiento al más auténtico son cubano.
Le acompañarán, entre otros, el ciego maravilloso Arsenio Rodríguez, el percusionista Chano Pozo y el cantante y compositor cienfueguero Marcelino Guerra.
Sesiones históricas con el tres de Arsenio marcando el patrón del más recio son montuno.
Músicos cubanos cuyo legado le sigue dando la vuelta al mundo. A propósito de Chano Pozo y su clásico "Manteca" hacemos un alto para recordar al saxofonista baracoense Chombo Silva.
Como un notable instrumentista lo recordó siempre el maestro Leonardo Acosta. Músico influyente, tanto en lo jazzistico como en lo bailable, en aquel incesante movimiento artístico musical de los años 40 y 50, entre otras formaciones integró las bandas del genial Beny Moré y de su colega Emilio Peñalver.
En la memoria de Cubakústica, y en dos tiempos: el feeling de Chombo Silva.
Celeste Mendoza fue sin discusión la reina del guaguancó. A fuerza de talento desde el cuerpo de baile del célebre cabaret "Tropicana", saltó a los primeros planos de la popularidad con el apoyo de la etiqueta independiente Gema, fundada por los hermanos Alvarez Guedes a finales del año 1957.
Temperamental y única en la expresión de géneros como el bolero, la rumba y el guaguancó, contra viento y marea se mantuvo en activo en los escenarios durante poco más de 40 años. -
La voz y el magnetismo escénico de Fernando Collazo lo convirtieron en una de las figuras predilectas del danzonete de los años 30.
El flautista Antonio Arcaño le llamaba jocosamente "el venao" por un extenso prontuario amoroso que, en definitiva, terminó provocando su separación de la orquesta "Maravillas del Siglo" fundada por ambos músicos hacia 1937.
Hoy recordamos algunos de sus éxitos grabados con la orquesta del pianista y compositor Armando Valdespí mediando los años 30.
A pesar de la inestabilidad económica, política y social de esos años, el creciente esplendor de la radio en directo y las grabaciones discograficas reforzaron su popularidad. Todo parecía sonreírle cuando su extensa fama donjuanesca le costó la vida.
Considerado, después de Pablo Quevedo, la voz más hermosa que tuvo el danzonete de los años 30, los ecos de su misterioso suicidio estremecieron los cimientos morales de la sociedad cubana de ese tiempo.
Las especulaciones fueron muchas y variadas, pasando por el agobio de una supuesta impotencia sexual, su relación más o menos oculta con el famoso modisto Bernabeu, hasta la hipótesis de que una mano ajena fue la encargada de "suicidarlo" por tener amores con la esposa de cierto personaje vinculado al poder político.
Lo cierto es que el 16 de octubre de 1939 la música popular cubana perdió a un idolo genuino de pueblo, cuya voz e imagen han trascendido las brumas del tiempo gracias al modesto corto fílmico con sonido: "Maracas y bongó", rodado en 1932 y considerado uno de los primeros de su tipo producido en Cuba.
En la memoria: Fernando Collazo.
Algo de la obra de René Touzet, notable pianista, arreglista, compositor y conductor de orquesta a quien recordaremos en el 108 aniversario de su natalicio. Versátil en cada una de estas facetas en su amplia carpeta autoral sobresalen hermosas canciones y boleros.
Este breve segmento lo inicia la guantanamera Bertha Dupuy. Apoyo orquestal a cargo del maestro Adolfo Guzmán. "Anoche aprendí", letra y música de Touzet.
"La noche de anoche", otro de los clásicos de René Touzet a la manera del chileno Lucho Gatica le da paso a Esther Borja. "No te importe saber", arreglo y conducción orquestales de otro maestro: Roberto Sánchez Ferrer.
Nueva York, la gran ciudad que hizo suya René Touzet, la conquistó Vicentico Valdés a puro bolero. "Por todas mis locuras", acompaña otro gran pianista cubano: René Hernández.
Olga Guillot, uno de los grandes amores del maestro.Su monumental bolero "Me contaron de tí" fue uno de los grandes exitos que la Guillot grabó para la etiqueta "Puchito" en Cuba. Le acompañó la orquesta de Humberto Suárez.
Durante más de 50 años de trayectoria artística su compromiso, fidelidad y entrega a lo más valioso de la cancionistica cubana la han convertido en una de las voces imprescindibles de nuestros escenarios.
El paso de Miriam Ramos por el mundo del disco siempre ha estado vinculado a esa verdad interpretativa que hace trascender a los verdaderos artistas, más allá de modas pasajeras, intereses comerciales o, sencillamente, lo más superficial promovido por algún productor o mecenas.
En la frontera del 2001 al 2002 se gestó este álbum que, con el título de "Obsesión", rindió tributo al gran Beny Moré.
En la despedida dos grandes que se fueron con las botas bien puestas: Rolando Laserie y Cachao López. Legados invaluables representando lo más auténtico de nuestra memoria. -
Con una descarga al estilo de los años dorados de los 50s, años que vivió intensamente, siendo parte de la Orquesta Aragón, el flautista, clarinetista, pianista, arreglista y compositor Richard Egües, recibía el nuevo milenio.
Con varios tracks de la producción "Richard Egües y sus amigos", editada por la etiqueta "Latin World" en 1999, el veterano músico, alquimista del sonido "Aragón" junto a su conductor y violinista Rafael Lay, revisitó ciertos clásicos del repertorio bailable nuestro. Entre estos por supuesto que no podía faltar el universal cha cha chá "El bodeguero".
Junto al maestro Richard Egües se apuntaron a las sesiones de estudio: el violinista Pedro Depestre y Chucho Valdés. Como resultado esta formidable versión del clásico danzón de Felix Reyna: "Angoa".
El 1ro de septiembre de 2006 falleció en La Habana Richard Egües.
A 28 años de su desaparición física, recordamos su trascendental paso por los escenarios de Cuba y el mundo.
A tiempo de bolero continuamos gracias a una de las voces altas e imprescindibles de la música popular cubana: la santiaguera Olga Guillot.
Con una de sus últimas grabaciones recordamos a esta inmensa intérprete que debutó en discos Panart a mediados de los años 40, gracias al apoyo de la pianista, arreglista, compositora y directora coral Isolina Carrillo.
Como parte del Cuarteto "Siboney" de la autora de "Dos Gardenias", comenzó a destacar en las programaciones que promovía, desde RHC Cadena Azul, el guajiro Amado Trinidad Velazco.
Otras importantes emisoras de la época habían incidido también en el despegue de su carrera: la CMQ y la llamada "emisora del pueblo": "Mil Diez".
Legendaria y temperamental, con su voz inalterable y casi 60 años en los escenarios, en pleno auge el boom comercial del "Buenavista Social Club", reclamaba su sitial entre los grandes de Cuba.
"Faltaba yo", álbum producido por Warner Music en 2001, fue la excusa perfecta para que Olga Guillot retomara algunos clásicos de su repertorio.
A pesar de haber encabezado por largos años -junto a Celia Cruz- las listas negras de la censura oficialista, Olga Guillot mantuvo un sitio importante en la memoria afectiva de su gente, representando lo más genuino y auténtico del bolero cubano.
Seguidamente la banda sonora victrolera cubana de la frontera de los años 50 a los 60. Últimos vestigios del pulso victrolero y de la discografia independiente a través de las producciones de la etiqueta Rosy .
En 1959 las grabaciones de José Tejedor, editadas en singles de 45 r.p.m por el sello fundado ese año por Rogelio Martínez (hijo) impulsaban la carrera de este genuino cantor de pueblo.
Tras largos años de duro bregar por las noches habaneras interpretando boleros y canciones junto a su inseparable Luis Oviedo, Tejedor alcanzaba el reconocimiento con el respaldo musical del conjunto dirigido por el pianista, arreglista y compositor Javier Vázquez.
Si a finales de 1952 el conjunto Saratoga estrenaba en su sección de metales la combinación del trombón con dos trompetas, ocho años más tarde el conjunto de Tejedor aportó a esa peculiar sonoridad la utilización del Tres, sin dudarlo un paso de avance en el desarrollo armónico de los conjuntos de sones y una efectiva modalidad tímbrica que matizó la banda sonora de los primeros años sesenta. Del catálogo Rosy a los discos Modiner.
El jazz afrocubano más contemporáneo nos llega desde una producción Bis Music del año 2019.
"Clásicos al Jazz", producción musical a cargo del contrabajista Néstor del Prado. Así revisitó el clásico de Emilio Grenet: "Yambambó".
En la despedida Julito Padrón. Sentimiento, arte y poesía en el sonido de su trompeta. Homenaje a dos grandes compositores de la música popular cubana: Ernesto Grenet, el autor de "Drume negrita" y José Antonio Méndez "el king", "el ronco": "Mi mejor canción". -
Su reinado en las victrolas coincidió con los últimos años 50s. Más de seis décadas después Blanca Rosa Gil continúa siendo una de las voces más hermosas y distintivas del bolero cubano.
Sus primeros singles, producidos por la etiqueta Panart hacia 1957 cristalizaron una creciente popularidad ganada, a puro aplauso, en la pista del "Ali Bar" el famoso local regenteado por Alipio García, ubicado en la periferia citadina.
Para 1960 redoblaba sus éxitos en radio y televisión mientras que sus grabaciones producidas por el sello Modiner asentaban ese estilo tan suyo, entre sentimental y tanguero, acentuado por los arreglos de los pianistas Severino Ramos y Joaquín Mendivel, a cargo también de las conducciones orquestales.
Los ecos de los éxitos de "La muñequita que canta" son parte indisoluble de las memorias de una nación que, negándose a desvanecerse del todo, persiste en la nostalgia de más de una generación de cubanos, dentro y fuera de la isla.
Eliades Ochoa: de Songo la Maya para el mundo. Su temprano vínculo con un instrumento como el tres lo llevó inevitablemente al mundo del son, la guajira, el bolero y la canción trovadoresca.
Su trasiego por el Quinteto "Oriental", el Septeto Típico y el Cuarteto "Patria", así como su similitud vocal con el mítico Guillermo Portabales, han definido su huella en la música popular de los últimos treinta años.
Hoy repasamos algunas de las grabaciones de Eliades Ochoa con el Cuarteto "Patria".
Sin dudas el empuje comercial del proyecto "Buena Vista Social Club" fue decisivo para que su carrera fuese bien reconocida dentro y fuera de la isla. En su voz la obra del genial Antonio Fernández (Ñico Saquito).
José Antonio Méndez: "el King", "el Ronco", a pesar de tener "pegados" en las victrolas de los primerísimos años 50s varios temas de su autoría, decidió probar fortuna en tierras aztecas como lo hicieron otros artistas y músicos cubanos que le antecedieron.
José Antonio, con su habitual humildad, creyó que el representante de la RCA Víctor mexicana Mariano Rivera Conde "lo estaba vacilando" cuando le propuso grabar varios discos con arreglos y respaldo orquestales del tremendo melodista, pianista y compositor Mario Ruiz Armengol.
El sorpresivo éxito que tuvieron estas grabaciones fuera de Cuba validó el estilo interpretativo del King. La calidez de su voz y la sencillez con que "ponía" los temas en el escenario con su guitarra le aseguraron, desde entonces, la fidelidad del público mexicano.
Entre sus trabajos discográficos de los primeros años 60 sobresale una producción en complicidad con los pianistas Frank Emilio Flynn, Rafael Somavilla y el violinista urugüayo Federico Britos.
En los minutos finales algunas de las voces entrañables de la radio cubana.
Los ecos de los veteranos estudios habaneros, aquellos importantes escenarios del éter donde artistas y agrupaciones ofrecieron su arte en directo.
Desde los estudios de la CMQ de Monte y Prado: Gerardo Pedroso, una de las voces olvidadas del danzón. El 21 de agosto de 1948 le acompañó la Orquesta Gris a cargo del maestro Armando Valdés Torres. Así cantó la guaracha de José Claro Fumero: "Bemba colorá".
Los tiempos de gloria de la música popular cubana. Gerardo Pedroso regresa como bolerista. "Mira que eres linda", otro clásico cubano original del maestro Julio Brito.
Sonidos que nos recuerdan la importantísima plaza artística que fue La Habana.
Seguimos viaje ahora a los estudios del guajiro Amado Trinidad Velazco, el mayor competidor de CMQ.
En julio de 1947 en RHC Cadena Azul, bajo el influjo del llamado danzón de nuevo ritmo, la Orquesta Unión interpretaba "Las cosas de Vega", combinación de la pieza de Orestes López con un fragmento de la suite "Cascanueces". La última parada es en los estudios de la Radio Cadena Suaritos ubicados en la calle 25 del Vedado habanero. María Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo cubrieron infinidad de horas en las míticas audiciones del gran Laureano Suárez. -
El catálogo de la etiqueta independiente Velvet del año 1960 nos devuelve la sonoridad de la orquesta del guitarrista, arreglista y compositor holguinero Juanito Márquez.
"Sax cha chá" es el título del álbum donde este importante músico, bien conocido en el ambiente musical desde la década anterior por sus trabajos para diversas agrupaciones habaneras como la "Riverside", reafirmaba su presencia en los escenarios de la capital de la república.
Germán Piferrer, también notable arreglista y conductor de orquesta, le ponía voz y sentimiento a las creaciones de Juanito.
Bola de Nieve se atrevió a hacer en los escenarios de México lo que hasta ese momento sólo hacia en descargas y reducidos círculos de amigos.
Corría 1933 y, desde entonces, no dejó de interpretar canciones de manera muy original.
Hoy las antenas de la CMQ Radio nos acercan algunos fragmentos de aquellos shows en directo donde el Bola derrochaba talento y cubania.
Los olvidados ecos de la fiebre del tango en Cuba nos permiten volver a los estudios de la Radio Cadena Suaritos. En su staff artístico destacaron María Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo. En sus voces "Suena guitarra querida", un estilo campero de Gardel y Razzano, dándole paso a uno de aquellos ídolos que el pueblo cubano recibió con los brazos abiertos bautizándolo además como el "cantor del pueblo": Alberto Gómez. En reciprocidad dejó en discos Víctor el pregón más famoso del mundo: "El Manisero".
Unos minutos para recordar -en tiempo de danzón de nuevo ritmo- a la formidable radiofónica de Antonio Arcaño desde la emisora "Mil Diez". Le seguirá Frank Emilio Flynn con Gustavo Tamayo en güiro recordando las históricas audiciones radiofónicas del Mago de las teclas: Antonio María Romeu.
Los tesoros de la música popular cubana. En la despedida Antonio Machín, el cantante cubano que se hizo indispensable en la banda sonora de los españoles durante más de cuarenta años. -
Durante los primeros minutos del programa sintonizamos la histórica señal de la radio independiente cubana. Música en directo desde el estudio teatro de "La Onda de la Alegría" Radio Progreso devolviéndonos un tiempo único.
El esplendor de una época a través de sus micrófonos registrando los primeros grandes exitos de Benny Moré al frente de su propia banda.
A continuación el jazz cubano más contemporáneo a la manera del pianista Michelle Fragoso. Continuamos reproduciendo algunos cortes del álbum "Rompimiento", producción grabada en La Habana en agosto de 2017.
Formidable travesía discográfica completada por los talentos de Julito Padrón en trompeta; Néstor del Prado en contrabajo; Guillermo del Toro en las tumbadoras y Oliver Valdés en drums, entre otros.
Celio González, con un estilo muy original y un variado repertorio de guarachas, sones montunos y boleros, le puso voz, sabor y sentimiento a la era dorada de los conjuntos soneros. Su paso por diversas agrupaciones de importancia como los conjuntos "Jóvenes del Cayo", "Luis Santí", "Casino" y "Sonora Matancera" dejó una huella memorable.
En la despedida el trovador Frank Delgado. Algunos tracks de su formidable álbum "Más", producción Bis Music del año 2016. -
Ibrahim Ferrer le pone voz y sentimiento a los primeros minutos del programa recordándonos el son montuno de Faustino Oramas "Ay Candela", uno de los temas que mantuvo en su repertorio hasta el final de sus días y que, allá por 1968, alcanzó a grabar con el conjunto "Los Bocucos".
A 19 años de su fallecimiento recordamos a este cantante santiaguero que en 1957 destacaba en la célebre Orquesta Oriental de Electo Rosell "Chepín" grabando para la etiqueta Valle el son montuno: "El platanal de Bartolo", su primer gran éxito.
A pesar de poseer un excelente fraseo, afinación y oído armónico notables, de demostrar también una buena capacidad para la improvisación y dominar géneros tan diversos como el son, el montuno y el bolero, su presencia en el conjunto "Los Bocucos", completando la delantera vocal junto a Carlos Querol, no pasó de garantizarle los coros al gran Pacho Alonso.
Definitivamente Ibrahim Ferrer no era un animal de su tiempo. Por esas ironías del destino tuvieron que pasar más de 25 años para que, desencantado, ya retirado de la música, desaparecidos muchos de sus antiguos compañeros de batalla, sus condiciones como vocalista llegaran a ser valoradas.
En 1997, como parte del proyecto "Buenavista Social Club", junto a otros músicos y cantantes veteranos, sin perder la humildad que siempre lo caracterizó, alcanzó éxito y reconocimiento internacionales.
Buen recuerdo para Ibrahim Ferrer, sin dudas uno de los grandes intérpretes de la música popular cubana.
Más victrolero imposible. Domingo Lugo como parte del Conjunto Club, fundado y dirigido por el trompetista Alfonso Salinas, destacaba en la banda sonora de los últimos años 50 gracias al auge de la industria discográfica independiente.
En las ediciones de los sellos Panart y Fama, su estilo -bastante similar al del veterano Panchito Riset- comenzó a llamar la atención inmerso en un creciente repertorio de boleros de corte victrolero.
Domingo Lugo sobrevivió a duras penas los convulsos años sesenta, etapa difícil donde la férrea política cultural determinó que el bolero de victrola no tuviera cabida posible en la sociedad cubana.
A partir de 1968 sucesivas comisiones artísticas lo "devaluaron" teniendo que sobrevivir ejerciendo diferentes oficios, todos ajenos a la música. Sin embargo, Domingo Lugo alcanzó a tener un segundo aire en 1990.
"La vida es siempre mucho más" tema casi autobiográfico, original de Alberto Vera, dió título a un álbum producido por el sello estatal EGREM donde el cantante, fiel a su estilo, repasó buena parte de su antiguo repertorio. En particular la versión que hizo del bolero “Murmullo” fue bien recibida.
Paradójicamente un bolero enmarcado en la otrora proscrita atmósfera de bares y cantinas, compuesto además por Amaury Pérez Vidal, uno de los representantes de la Nueva Trova de los años 70 el movimiento del que años atrás se había servido la cultura oficial para poner "en jaque" al bolero de victrolas.
Arsenio Rodríguez: en sus creaciones el fuerte caudal afro heredado por línea directa de sus ancestros congos.
Ciego desde muy pequeño, de extracción muy humilde, la música fue su refugio, reflejando en ella todos aquellos cantos, rituales y toques africanos que acompañaron su niñez y adolescencia.
Con su tres, a fuerza de talento y perseverancia, logró imponerse en el difícil y competitivo ambiente de la música popular. Al frente de su agrupación, durante la llamada "era de los conjuntos soneros", estableció uno de los patrones estilísticos más notables de ese formato dejando honda huella en el caudal musical de Cuba y el mundo.
Con algunos clásicos de Arsenio Rodríguez en el repertorio de varias agrupaciones e intérpretes, nos despedimos: Miguelito Valdés, Rolo Martinez con la banda de Ernesto Duarte, Rolando Laserie, Carlos Embale y el Raspa con el septeto Nacional de Ignacio Piñeiro, Merceditas Valdés y Oscar Valdés con Irakere. -
Su excelencia en la flauta y el histórico hábito de bautizar con sobrenombres a los artistas y músicos cubanos, convirtieron a Joaquín Oliveros en "El Jilguero de Centro Habana".
El 27 de julio de 2024 falleció en La Habana este músico que desde muy jóven tuvo como referente fundamental a José Antonio Fajardo.
Aunque no fueron menos importantes para Joaquín los estilos de Antonio Arcaño, Juan Pablo Miranda y Richard Egües, su admiración por el legado de Fajardo, así como su incidencia en la evolución de la música popular cubana, lo vinculó mayormente al formato charanguero. Luego de integrar la orquesta "La Fascinación", en 1962 pasó a la nómina de la "Sensación" de Rolando Valdés.
Notable preámbulo de un extenso peregrinar artístico donde destacarán la orquesta "Melodías del 40", el Grupo de Peruchín, el Grupo de Senén Suárez, el proyecto "Estrellas de Areito", el "remake" discográfico de "Arcaño y sus Maravillas", la orquesta de Enrique Jorrín, "Pancho el Bravo" y la Charanga de Rubalcaba, entre otras tantas formaciones.
Buen recuerdo para Joaquín Oliveros, un singular sinsonte de la música popular cubana cuyo legado, afortunadamente, ha quedado registrado en numerosas producciones discograficas.
En diciembre de 1999 grabó en el histórico estudio-teatro número 2 de la CMQ RadioCentro, rebautizado entonces como "SonoCaribe" por la empresa estatal RTV Comercial, el álbum "De bala", título de uno los grandes éxitos de "Fajardo y sus estrellas" de la década del 50.
Finalizando los años 40 del siglo XX, coincidentes con el poderoso y renovador movimiento del feeling: los talentos de Giraldo Piloto y Alberto Vera confluyeron en el ambiente artístico musical.
Además del altísimo nivel de sus piezas, el esplendor de la industria discográfica independiente de los 50s favoreció su rápida aceptación en los repertorios de los intérpretes y agrupaciones musicales más sobresalientes de esa época.
El quinteto de música moderna del año 1959, con Frank Emilio a la cabeza, nos devuelve el clásico: "Scheherezada cha cha chá".
"Inútil es ya", una canción-fox a la manera de Olga Guillot con la orquesta de Humberto Suárez dará paso a la orquesta "Aragón" y al Conjunto Casino. "Guajira con tumbao" y "Mambo infierno" la visión renovadora y el buen gusto de las creaciones de Piloto y Vera a la hora de abordar géneros tan cubanos como la guajira, el montuno y el mambo.
El cuarteto vocal "Los Zafiros" le cederá el paso al feeling de Moraima Secada y Elena Burke. Otros dos temas míticos de Piloto y Vera. "Perdóname conciencia" y "Duele".
Víctima de un lamentable accidente de aviación el 5 de septiembre de 1967, falleció Giraldo Piloto. Sólo la muerte alcanzó a poner punto final a esta auténtica hermandad familiar y musical que tanto realce dió a la cultura cubana.
Alberto Vera sobrevivió 29 años a su compañero de canciones. Falleció en La Habana el 18 de diciembre de 1996.
Con "Y son así". Con el septeto "Sierra Maestra" despedimos este breve repaso a la obra de Piloto y Vera.
Quedó en la historia de la música popular cubana con el nombre artístico de "Pello el Afrokán".
Pedro Izquierdo, formidable percusionista, rumbero, bailarín y cantante, atado para siempre a los poderosos tambores de nuestra nación, despide el programa con algunos de aquellos toques y cantos con que solían alegrar los desaparecidos carnavales los habitantes de cada barrio habanero con sus típicas comparsas.
"Los Dandys" de Belén, "El Alacrán" del Cerro, "Las jardineras" del barrio de Jesús María y "Los Marqueses" de Atarés, entre otros.
Los ecos de tiempos más felices, colmando de música, bailes, fiesta, alegría y colorido a los hoy destruidos barrios de La Habana. -
El sentimiento del malogrado trovador, guitarrista y compositor yucateco Guty Cárdenas, haciendo dueto con Chalín, uno de sus colegas de trova, nos sirve de pretexto para acercarnos a ciertas letras y melodías con las que se emocionaron nuestros mayores.
"Que lejos estoy", una olvidada y nostálgica canción grabada por Guty, finalizando los años 20 del siglo pasado, le da paso a una hermosa pieza del insigne pianista Ignacio Cervantes.
En su título y sus notas la profunda tristeza del destierro político, tal como lo sufrió el maestro obligado a marchar a los Estados Unidos por sus ideales independentistas: "Adiós a Cuba".
Del destierro forzoso al incesante peregrinar del emigrante. Condiciones marcadas por los malos gobiernos condenando a los cubanos a buscar en otros suelos libertad y mejores horizontes.
Dos joyas de nuestro cancionero vinculadas a la dictadura de Gerardo Machado: "Dime adiós, me voy de Cuba". El italiano Alberto Rabagliatti, la voz de seda de la Lecuona Cuban Boys, nos recuerda esta canción de Armando Oréfiche. Le seguirá Esther Borja con la orquesta de cámara de Madrid bajo la conducción del pianista y compositor Fernando Mulens. "Lamento cubano", pieza que le costó el exilio a su autor: Eliseo Grenet.
A continuación las voces del exilio cubano asentado en el Nueva York de los años 60 y 70. Entre ellas recordaremos al rumbero Virgilio Martí, integrando el formidable Grupo Folklórico y Experimental Nuevayorquino: "Cuba linda".
Con un tema que resultó ser al mismo tiempo poderoso resumen de vida y testamento sonoro, cierra este breve recuento la más universal de las figuras de la música popular cubana: Celia Cruz.
El cancionero cubano generado por las dictaduras.
Un año antes había comenzado a ubicar en la calle San Miguel no.410 el equipamiento indispensable para registrar y prensar sus grabaciones.
En La Habana del año 1944 el ingeniero de sonido Ramón Sabat sentaba -con sus producciones- el primer esfuerzo de discografia independiente en la isla.
Su etiqueta Panart, con una producción sostenida de discos de 78 revoluciones por minuto, muy pronto se convirtió en referente dentro y fuera de Cuba.
Entre las atracciones de su catálogo inicial sobresalía Orlando Guerra, el original "Cascarita", con el respaldo de la orquesta del trompetista Julio Cueva.
La rapidez con que prensaba sus discos le permitió a Sabat desbancar muy pronto al competidores extranjeros de larga permanencia en Cuba, el de mayor peso: RCA Víctor.
El trío "La Rosa" antecede a dos formaciones que distinguieron comercialmente el catálogo Panart de la segunda mitad de los 40: el Conjunto "Sonora Matancera" y el Conjunto "Casino".
La "Sonora Matancera", finalizando los años 40, gracias a la exitosa fórmula vinculada al boricua Daniel Santos, abriría un provechoso capítulo comercial con la etiqueta norteamericana "Seeco" que alcanzó los primeros años 60.
Al cabo de siete años de contrato con RCA Víctor, finalizando 1948, el Conjunto Casino firmaba con Panart. El nuevo acuerdo se mantendría vigente hasta enero de 1956.
Dejamos atrás los años 40 para repasar los singles que reproducían los tocadiscos cubanos en el mismo centro de los años 60 cuando el sello estatal EGREM monopolizaba la grabación y edición musicales.
Los abuelos del rock and roll cubano comenzaban a enfrentar entonces un panorama bien difícil.
La intolerancia de la política cultural impulsada por el nuevo régimen se puso de manifiesto en todos los ámbitos de la sociedad incidiendo lógicamente en el ambiente artístico musical.
Si el feeling, el reconocido movimiento composicional e interpretativo que floreció durante los últimos años 40, corrió mejor suerte al ser "oficialmente" vinculado al blues y a las antiguas luchas de los negros norteamericanos, los rockeros criollos lo tuvieron bien difícil.
Sin embargo Los Bucaneros, Danny Puga, Luisa María Güel y Lita del Real, entre otros, hicieron lo suyo, a pesar de todo, suavizando aquellos difíciles y agitados años. -
El 16 de julio de 2024 se cumplieron 21 años de la desaparición física de Celia Cruz, una de las figuras universales de la música y la cultura cubanas.
Durante la era dorada de la radio independiente con su infinidad de programaciones musicales en directo, sus notables cualidades vocales e interpretativas le abrieron las puertas de las radioemisoras más populares de La Habana de los años 40 y 50, entre ellas: Mil Diez "la emisora del pueblo", Radio Cadena Suaritos, CMQ RadioCentro y "La onda de la alegría" Radio Progreso.
Formidable intérprete brilló tanto en el género afrocubano como en los ritmos eminentemente bailables, llegando a ser reconocida como "La Guarachera de Cuba".
Aunque mantuvo su carrera independiente en infinidad de shows teatrales, radiofónicos y televisivos con igual número de acompañamientos, su vínculo con el conjunto Sonora Matancera marcó discográficamente su carrera durante los años 50 y primeros 60, siendo "artista exclusiva" de la etiqueta norteamericana "Seeco".
En el exilio, a partir de 1960, su voz continuó siendo una extensión espiritual de su tierra en todos los escenarios del mundo.
Celia ya era una leyenda cuando en Nueva York, a comienzos de los años 70s, sumó su talento al sello "Fania" dándole impulso y consistencia a la etiqueta "salsa" bajo la cual continuó interpretando los ritmos cubanos.
Trascendentales en el poderío de su voz: el afro, la conga, el son, la guaracha, la rumba, el bolero, el guaguancó, la guajira y el son montuno.
Unos minutos más junto a nuestra eterna Celia Cruz. La banda sonora de una vida dedicada por entero a la música cubana.
Una familia esencialmente musical conjuntamente con las inspiraciones y "tumbaos" soneros de su padre Nené, pianista de "Chappotín y sus estrellas", marcaron la niñez de Pupy Pedroso llevándolo muy pronto a los escenarios.
Los convulsos años 60 aparejados a los cambios radicales que transformaron todos los ámbitos de la sociedad cubana, y por supuesto el panorama artístico musical, marcharon a la par de sus primeros pasos en la música donde el formato charanguero tuvo mayor incidencia.
En orquestas ya establecidas como "Sensación", el bisoño pianista fue haciéndose un camino hasta llegar a la orquesta "Revé" donde coincide con el joven bajista Juan Formell que con el "changüí 68" prefiguraba la renovación de las charangas.
En 1969, al formar parte de la fundación de "Los Van Van", Pupi tuvo la oportunidad de desarrollar al máximo toda su creatividad musical. Además de pianista destacó en la emblemática banda como arreglista y compositor, siendo en esta última faceta decisiva su labor en la popularidad de los "Van Van" y un paso más en la evolución de la sonoridad y el formato charangueros.
Después de poco más de tres décadas de permanencia en los "Van Van", Pupy sorprendió a los bailadores al fundar en 2001 su propia orquesta dándole otros aires al songo vanvanero, insertándose además en la corriente de la timba.
Con "Pupy y los que Son, Son" completó una trayectoria sostenida en los salones bailables de Cuba y del mundo este músico que falleció el 17 de Julio del 2022, dejándonos un legado importante como muestra fehaciente de la constante evolución de la música popular cubana. Recordamos hoy al Pupy Pedroso vanvanero.
Nos despedimos con otra de las sublimes y ancestrales voces del son cubano: Carlos Embale en tres tiempos hará nuevamente la magia de la buena música.
Le acompañarán el conjunto "Oriental" de Ñico Saquito, el conjunto "Cubason" a cargo del pianista Rubén González y, el eterno septeto "Nacional" del poeta del Son: Ignacio Piñeiro. -
La prehistoria de la discografia y la radio independientes nos permiten recordar los primeros éxitos de Celina González y Reutilio Domínguez.
En 1948 los contrató Laureano Suárez (bien conocido en el ámbito radiofónico como "Suaritos") ansioso siempre por renovar la programación de su emisora.
Una jovencísima Celina conquistó con su voz clara y precisa la radio audiencia de Suaritos con inspiradas décimas y un variado repertorio de rumbas, guajiras, guarachas y cantos vinculados al espiritismo y a la religión afrocubana.
Los días de esplendor de la radio independiente cubana nos devuelven al actor, presentador y humorista Rolando Ochoa.
Las ocurrencias de su simpático personaje "Mongo Meneíto" lo convirtieron alguna vez en el "rey del goce", el "emperador del cariño" en aquella Habana que apenas dormía.
La señal de la veterana CMQ RadioCentro nos permite sintonizar el gran "Show de la Mañana". El 1ro de enero de 1951 lo presentaba Manolo Iglesias.
La música a cargo del Trío Servando Díaz y el Conjunto Casino.
Junto a sus colegas Jesús Alvariño, Julito Díaz, Luis Etchegoyen y Velia Martínez, entre muchos otros, protagonizó infinidad de momentos humorísticos en aquel estelarísimo show de la radio en directo.
Y esta maravillosa máquina del tiempo nos permite retroceder de los años 50 a los 40. La misma señal de la CMQ, esta vez desde su estudio teatro de Monte y Prado.
Buena ocasión para recordar a Natalia Herrera. Su extensa trayectoria como actriz, bailarina y cantante, estuvo vinculada en sus inicios a las presentaciones radiofónicas en directo.
Falleció en La Habana el 3 de julio de 2018. Había nacido el 28 de mayo de 1923.
El auge de las jazz bands en Cuba alcanzó su pico más alto durante los años 40 y 50. A continuación cuatro formaciones de primera línea ocuparán nuestra banda sonora.
Para 1954, cuando figuraba en el staff artístico de la recién fundada etiqueta "Puchito" de Jesús Gorís, la orquesta Hermanos Castro era considerada como una de las más antiguas jazz bands de la isla.
Como "artista Puchito" en el ámbito discográfico apoyó muchos de los grandes éxitos que grabó Olga Guillot para esa etiqueta. "Dos caminos" es un bolero de Francisco Fellove Valdés.
En el oriente cubano, durante los primeros años 30, el violinista Electo Rosell y el pianista Bernardo Chauvín asumían de manera muy original el jazz band. El binomio Chepín-Choven comenzaba su andadura musical.
Para los años 50s, disuelto el dueto, Electo Rosell defendía en los salones bailables la efectiva sonoridad, apoyándose en numerosos danzones y montunos. En las filas de su orquesta "Oriental", un juvenil Ibrahim Ferrer.
Finalizando los años 50s, fuera de Cuba, el saxofonista Mariano Mercerón, otro pionero de las jazz bands orientales, grababa sus discos para la etiqueta RCA Víctor. Un lujo escuchar con la banda del legendario músico al montunero de Cuba: Pío Leyva en su doble faceta de autor e intérprete. "Me voy para Jaronú". Apoyo vocal de Los Roberto.
La orquesta "Riverside", bajo la conducción de Pedro Vila y posteriormente Adolfo Guzmán, produjo sin dudas uno de los sonidos más progresivos entre los jazz bands cubanos. Tito Gómez con su dicción perfecta, voz clara y potente, identificó su estapa de mayor brillo.
Últimos años de la década del 50 y, gracias al auge de la industria del disco, la etiqueta "Momo", Pacho Alonso poniéndole voz y sentimiento a las creaciones de su coterráneo Enrique Bonne.
Sin que ello lastre su originalidad en Cimafunk convergen diferentes corrientes que este intérprete cubano ha adaptado a su singular repertorio con el único fin del disfrute y el baile.
"... soy Cimafunk y lo mío es terapia con "groove". Mezclo la música afrocubana con el funk global, el hip hop, el soul y lo que sea necesario para hacerte bailar...."
Cimafunk ha logrado mantener el complejo equilibrio entre la creatividad y el constante juego con esa variedad de corrientes. -
El jazz cubano más contemporáneo nos permite comenzar el programa acercándonos al mundo creativo de Román Filiú.
Verdadero disfrute revisitar algunos tracks de "Blowing reflections", álbum de lujo gestado en 2006 durante la temporada madrileña de este valioso saxofonista quien hace ya algunos años fijó residencia en los Estados Unidos.
Notable travesía musical -a quinteto- donde le acompañaron: "Melón" Lewis y Pepe Rivero en piano, Carlitos Sarduy en trompeta, el guantanamero Yelsy Heredia en contrabajo y Noah Shaye en drums.
En el quehacer de Román Filiú el eterno mestizaje del swing y el bebop con la síncopa cubana a través de una visión muy personal, asentada a su vez en un riquísimo mundo melódico y armónico.
En su original ejecución transpiran luminosos los espíritus de Charly Parker, Dizzy, Coltrane y Chombo Silva. Román Filiú, sin dudarlo, es uno de los grandes saxofonistas cubanos de las últimas décadas.
Dos tristes notas: la primera nos trae el recuerdo de Efrain Rodríguez Mondéjar, guitarrista y líder del grupo "Los Gafas", fallecido el 30 de junio de 2024.
"Búscame", uno de los primeros grandes exitos de Héctor Téllez de mediados de los años 70s, nos devolverá la sonoridad de esta popular agrupación, fundada en la localidad habanera de Santiago de las Vegas en 1968 y que Efraín, contra viento y marea, mantuvo en activo durante poco más de 55 años.
Eugenio Rodríguez "El Raspa", en innumerables escenarios lo distinguió un timbre vocal agudo y potente, típico de los soneros. Con un sentido melódico y armónico impresionantes, también dominó la guitarra, destacando además como percusionista.
Estas cualidades le permitieron abarcar todo el espectro rítmico cubano, haciendo verdaderas creaciones de sones, guarachas y boleros.
Hasta el final de sus días defendió el auténtico son cubano. Hoy lo recordamos como elemento indispensable en las filas del legendario Septeto "Nacional" de Ignacio Piñeiro, completando la delantera vocal junto al inmenso Carlos Embale.
El Raspa nos dijo adiós el 1ro de julio de 2024.
Gracias a la magia del disco y de esta cápsula del tiempo el violinista urugüayo Federico Britos nos acercará algo de la banda sonora de los años 60. Notable instrumentista, arreglista y compositor vivió en Cuba durante buena parte de esa década.
Junto a su compatriota Federico García Vigil y el contrabajista cubano Mario Lagarde, fundó hacia 1962 "Los Federicos".
Con un repertorio afincado en las melodías de Brasil, endulzó de alguna manera la convulsa madeja sonora de los años 60s.
Otro proyecto notable lo desarrolló hacia 1966 junto a Guillermo Barreto en drums, el contrabajista Orlando "Cachaíto" López, el guitarrista Abelardo Buch y Durán en la flauta.
Con este último proyecto hoy recordamos a Federico Britos.
En la despedida Santiago Feliú. Finalizaban los ochenta y, sumado al naufragio sistémico, los nuevos aires latentes en una generación ansiosa de cambios, estremecían los cimientos de la llamada "nueva trova".
Víctima del desgaste propio de las etiquetas, ya no parecía tan nueva. En vano intento de prolongar el "efecto molde", la oficialidad intentó encapsular el importante cambio generacional en otra etiqueta: "la novisima trova".
En las canciones de Santiago Feliú resonaba, inequívocamente, aquel espíritu incisivo y renovador que incidió en las artes en medio de lo que fue pulsante antesala de los durísimos y definitorios años 90.
Definieron esa franja en transición en la obra del Santi los álbumes: "Para mañana" (1988), "Nauseas de fin de siglo" (1991) y "Futuro inmediato" (1999). -
A propósito del auge de la industria discográfica independiente cubana que en la frontera de los años 50 a los 60 permitió la aparición de numerosos sellos, volvemos a las últimas producciones de la etiqueta Maype.
En su catálogo: la orquesta de Enrique Jorrín.
El próspero negocio de las victrolas fue el punto de partida. A finales de 1959 Arturo Machado y Pepe Fernández fundaron la etiqueta Maype.
Hasta 1963, aproximadamente, en el catálogo de Maype sobresalieron intérpretes y agrupaciones de primera línea.
El conjunto 'Estrellas de Chocolate' antecede a Orlando Contreras con el conjunto de Severino Ramos.
A continuación el combo del pianista Felo Bergaza, la dupla sonera de Miguelito Cuní y Chappottín -sorprendiendo con la sonoridad del combo- y el Conjunto Casino, nos recordarán la importantísima labor que disqueras como 'Maype' realizaron, hasta que les fue posible, defendiendo los últimos atisbos de discografia independiente.
Y a propósito del esplendor de la industria independiente del disco en Cuba un grupo de grabaciones producidas por Gema, la etiqueta fundada en La Habana de 1957 por los hermanos Álvarez Guedes y para 1961 reubicada en Miami, Estados Unidos, nos permite celebrar el centenario del cantante Roberto Ledesma.
Los éxitos de Roberto Ledesma producidos por Gema, con arreglos y respaldos musicales de los pianistas y compositores Pepe Delgado y Ernesto Duarte, indistintamente, marcaron los primeros años del exilio cubano.
En su repertorio de ese tiempo descubrimos piezas de compositores como Rolando Rabí, Trini Márquez, Roberto Angleró y René Touzet. Uno de los boleros de este notable pianista le abrió las puertas del éxito. Su título incluso pasó a convertirse en nombre artístico: el 'romántico primero'.
La fiebre del tango en Cuba tuvo su pico más alto entre los años 30 y 40 del siglo XX, dejando gratísimos recuerdos en la fanaticada.
En los tiempos de esplendor de la radio y la televisión muchos de sus ídolos llegaron a la capital de la república, siendo La Habana, una de las plazas artísticas más relevantes de las Américas.
Las presentaciones habaneras del trío Argentino, completado por Agustín Irusta, Roberto Fugazot y Lucio de Mare al piano, fueron uno de los grandes acontecimientos artísticos del año 1948.
Llevaban diez años separados cuando el genio de la radio independiente cubana Laureano Suárez, logró contratarlos para que volvieran a unirse y se presentaran en su popular emisora. La histórica señal de la Radio Cadena Suaritos nos devuelve parte de aquel repertorio.
Hugo del Carril, otra figura emblemática del tango, nos devuelve a La Habana de 1941 y a la grandísima acogida que tuvieron sus presentaciones en directo, en los estudios de la CMQ de Monte y Prado.
Alberto Castillo, como su compatriota Hugo del Carril, fue un notable cantor y actor. Su arte, precedido por numerosas películas, fue ovacionado por el público cubano allá por el mes de octubre de 1951.
Despide esta cápsula dedicada al tango en Cuba: 'la novia de américa': Libertad Lamarque.
Los aires de cambio que de alguna manera oxigenaron los últimos años 80 incidieron en el ámbito de las artes plásticas, la literatura, el teatro y la música.
Movimiento espiritualmente renovador sacudió de manera singular los cimientos de la llamada 'nueva trova', para entonces ya no tan nueva, dando paso a formas y maneras más alternativas que se hicieron sentir en infinidad de espacios entre los que recordamos 'La Casa del Creador', '13 y 8' y 'La Casona de Línea'.
Este último sitio marcó la feliz confluencia vocal, melódica y armónica de Gema Corredera y Pável Urquiza, resumiendo ambos buena parte del espíritu de ese momento y conectándolo al mismo tiempo, gracias al genio creador de la compositora Marta Valdés, con un movimiento epocal anterior igualmente oxigenante: el 'feeling'.
Con algunos tracks de 'Síntomas de fé', uno de los álbumes joyas de este formidable dúo, nos despedirnos. -
Gracias al empeño de Ramón Sabat y su etiqueta Panart, primer esfuerzo discográfico independiente en Cuba, comenzamos el programa escuchando al gran tresero Isaac Oviedo en su poca conocida faceta de cantante.
Le acompañaban sus antiguos compañeros del Café 'Vista Alegre': Barbarito Diez y Graciano Gómez reviviendo -bajo el nombre de 'Los Gracianos'- en los míticos estudios de San Miguel 410, algo del repertorio con que, a comienzos de los años 30, encantaban a la bohemia habanera.
En el catálogo de la etiqueta Víctor de principios de los años 30 sobresalía el Cuarteto Machín. 'A Baracoa me voy', éxito original de su vocalista principal: Antonio Machín.
'A orillas del Guaso', uno de los maravillosos sones de Matamoros. El inconfundible empaste de Siro Rodríguez, Rafael Cueto y Miguel Matamoros difundido también por la etiqueta Víctor de comienzos de los 30.
Y en el Nueva York del año 1927 el Sexteto 'Nacional' de Ignacio Piñeiro, presentaba sones y credenciales. Un bisoño Abelardo Barroso llega desde una edición de la etiqueta Columbia. 'Cuatro palomas', uno de los clásicos del poeta del son.
Seguimos con el afinque montunero del tresero Arsenio Rodríguez y su conjunto. Una sonoridad que aportó consistencia a la llamada era de los conjuntos soneros de los años 40.
Buena memoria.
La trompeta de Óscar Velazco 'Florecita' nos permite seguir haciendo memoria.
A comienzos del siglo XX el emporio discográfico norteamericano 'Victor Talking Machine' comenzó a sobresalir en el naciente mercado de la música grabada. En su catálogo las ediciones 'Victrola' de etiqueta roja.
Hacia 1939 comenzaron a llegar a Cuba unos novedosos artilugios que muy pronto fueron bautizados con el nombre de la conocida marca.
Sin embargo la novedad tecnológica no fue bien recibida por el sector musical entendiendo que representaría una desleal competencia.
Ubicadas en bares, restaurantes y bodegas de barrio, comenzaron a amplificar la popularidad de intérpretes y agrupaciones.
'Cuánto se debe' es una guaracha de Agustín Ribot que su autor dejó en discos RCA Víctor completando la famosa trilogía vocal del Conjunto Casino junto a Roberto Faz y Roberto Espí.
Volvemos a los 40: la combinación del estilo del boricua Daniel Santos con el respaldo del conjunto 'Sonora Matancera' fue otro acierto comercial de la naciente etiqueta Panart.
'Dos gardenias', clásico original de la pianista y compositora Isolina Carrillo, nos recuerda que fueron los boleros -con su carga de amor, despecho y alcohol- los que verdaderamente conquistaron las victrolas hasta bien entrados los años 60.
Repetimos con el gran Abelardo Barroso, en su segundo aire como parte de la Orquesta Sensación de Rolando Valdés, llega con un bolero del flautista y compositor Juan Pablo Miranda: 'Es en vano'.
La aceptación popular de un repertorio típico de victrolas perfiló además un estilo distintivo que tuvo ídolos sin discusión: Puchito, Meca, Velvet y Modiner: Ñico Membiela.
Rosendo Rosell fue un artista todo terreno. Desde los años 30, a la par del auge de la radio independiente cubana, inició su longeva trayectoria que abarcó también salas teatrales, cine y televisión, como cantante, actor, productor, guionista, director de programas y compositor.
Falleció en Miami -a los 92 años- el 26 de octubre del 2010. Había nacido en Placetas, Las Villas, el 25 de junio de 1918.
Seguidamente: Julio Valdés, la orquesta 'Aragón', la jazz band Hermanos Castro y el Conjunto 'Casino', nos recordarán el arte del multifacético Rosendo Rosell como compositor.
Música Popular Cubana que, majestuosa en su trono, a pesar de todo y de los que continúan pretendiendo desvirtuar la autenticidad de sus raíces y legado con etiquetas netamente comerciales que sólo han logrado empañar la riqueza cultural del Caribe.
En la despedida le damos paso a los grandes de la rumba y el guaguancó. Celeste Mendoza, Carlos Embale y Roberto Maza nos permiten seguir haciendo memoria. - もっと表示する