エピソード
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エピソードを見逃しましたか?
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La idea 💡 que va a cambiar tu vida para siempre
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Todo lo que deseas
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Hoy te cuento una experiencia que me mostró la gracia Divina. La vida quiere para ti más de lo que le pides. Espero lo disfrutes tanto como yo al platicarte.
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Lección. 11
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Subcapitulos del 1 al 4.
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Capítulos del 1 al 4
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Durante estos días te voy a acompañar con audios para que tu poder de manifestar se eleve a su máximo. Comenzamos.
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LECCIÓN 9
No veo nada tal como es ahora.
Esta idea es, obviamente, la consecuencia lógica de las dos anteriores. Pero si bien es posible que la puedas aceptar intelectualmente, es muy probable que todavía no signifique nada para ti. De todas formas, el entendimiento no es necesario a estas alturas. De hecho, reconocer que no entiendes es un requisito previo para erradicar tus falsas ideas. Estos ejercicios tienen que ver con la práctica, no con el entendimiento. No necesitas practicar lo que ya entiendes. Sería bastante redundante, por cierto, tener como meta el entendimiento y al mismo tiempo asumir que ya lo has alcanzado.
A la mente no entrenada le resulta difícil creer que lo que aparentemente contempla realmente no está ahí. Esta idea puede producir gran inquietud, y toparse con gran resistencia, la cual puede manifestarse de muchas maneras. No obstante, eso no excluye el que la apliques. Esto es lo único que se requiere para estos ejercicios o para cualesquiera otros. Cada pequeño paso despejará la obscuridad un poco más, y el entendimiento finalmente llegará para iluminar cada rincón de la mente que haya sido despejada de los escombros que la enturbiaban.
Estos ejercicios, para los que tres o cuatro sesiones de práctica son suficientes, consisten en que mires a tu alrededor y apliques la idea de hoy a cualquier cosa que veas, sin olvidarte de la necesidad de aplicarla imparcialmente, y la regla esencial de no excluir nada. Por ejemplo:
No veo esta máquina de escribir tal como es ahora.
No veo este teléfono tal como es ahora.
No veo este brazo tal como es ahora.
Empieza con aquellas cosas que estén más cerca de ti, y luego extiende tu campo visual:
No veo ese perchero tal como es ahora.
No veo esa puerta tal como es ahora.
No veo esa cara tal como es ahora.
Hay que subrayar nuevamente, que si bien no debes intentar incluirlo todo, tampoco debes excluir nada en particular. Asegúrate de ser honesto contigo mismo al hacer esta distinción. Es posible que te sientas tentado de enmascararla. -
LECCIÓN 7
Sólo veo el pasado.
Esta idea resulta muy difícil de creer al principio. Sin embargo, es la razón fundamental de todas las anteriores. Es la razón por la que nada de lo que ves significa nada. Es la razón por la que le has dado a todo lo que ves todo el significado que tiene para ti. Es la razón por la que no entiendes nada de lo que ves. Es la razón por la que tus pensamientos no significan nada y por lo que son como las cosas que ves. Es la razón por la que nunca estás disgustado por la razón que crees. Es la razón por la que estás disgustado porque ves algo que no está ahí.
Cambiar las viejas ideas que se tienen acerca del tiempo es muy difícil porque todo lo que crees está arraigado en el tiempo, y depende de que no aprendas estas nuevas ideas acerca de él. Sin embargo, ésa es precisamente la razón por la que necesitas nuevas ideas acerca del tiempo. Esta primera idea acerca de él no es realmente tan extraña como pueda parecer en un principio.
Observa una taza, por ejemplo. ¿Estás realmente viendo la taza, o simplemente revisando tus experiencias previas de haber levantado una taza, de haber tenido sed, de haber bebido de ella, de haber sentido su borde rozar tus labios, de haber desayunado, y así sucesivamente? ¿Y no están acaso tus apreciaciones estéticas con respecto a la taza basadas asimismo en experiencias pasadas? ¿De qué otra manera, si no, sabrías que esa clase de taza se rompe si la dejas caer? ¿Qué sabes acerca de esa taza sino lo que aprendiste en el pasado? No tendrías idea de lo que es si no fuera por ese aprendizaje previo. ¿Estás, entonces, viéndola realmente?
Mira a tu alrededor. Esto se aplica igualmente a cualquier cosa que veas. Reconoce esto al aplicar la idea de hoy indistintamente a cualquier cosa que te llame la atención. Por ejemplo:
Sólo veo el pasado en este lápiz.
Sólo veo el pasado en este zapato.
Sólo veo el pasado en esta mano.
Sólo veo el pasado en ese cuerpo.
Sólo veo el pasado en esa cara.
No te detengas en ninguna cosa en particular, pero recuerda no omitir nada específicamente. Mira brevemente cada objeto, y luego pasa al siguiente. Tres o cuatro sesiones de práctica, cada una de un minuto más o menos de duración, bastarán. -
LECCIÓN 353
Mis ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un sólo propósito: estar al servicio de Cristo a fin de que Él pueda utilizarlos para bendecir al mundo con milagros.
Padre, hoy le entrego a Cristo todo lo que es mío para que Él lo utilice de la manera que sea más beneficiosa para el propósito que comparto con Él. Nada es exclusivamente mío, pues Él y yo nos hemos unido en un propósito común. De este modo, el aprendizaje casi ha llegado a su señalado final. Por un tiempo colaboraré con Él en el logro de Su propósito. Luego me fundiré en mi Identidad y reconoceré que Cristo no es sino mi Ser. -
LECCIÓN 350
Los milagros reflejan el eterno Amor de Dios. Ofrecerlos es recordarlo a Él, y mediante Su recuerdo, salvar al mundo.
1. Lo que perdonamos se vuelve parte de nosotros, tal como nos percibimos a nosotros mismos. 2Tal como creaste a Tu Hijo, él contiene dentro de sí todas las cosas. 3El que yo Te pueda recordar depende del perdón que le conceda. 4Lo que él es no se ve afectado por sus pensamientos. 5Pero lo que contempla es el resultado directo de ellos. 6Así pues, Padre mío, quiero dirigirme a Ti. 7Sólo Tu recuerdo me liberará. 8Y sólo perdonando puedo aprender a dejar que Tu recuerdo vuelva a mí y a ofrecérselo al mundo con agradecimiento.
2. Y a medida que hagamos acopio de Sus milagros, estaremos en verdad agradecidos. 2Pues conforme Lo recordemos, Su Hijo nos será restituido en la realidad del Amor -
LECCIÓN 349
Hoy dejo que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mí, y que, en lugar de juzgarlas, les conceda a cada una un milagro de amor.
Así quiero liberar todas las cosas que veo, concediéndoles la libertad que busco. De esta manera, obedezco la ley del amor, dando lo que quiero encontrar y hacer mío. Ello se me dará, porque lo he elegido como el regalo que quiero dar. Padre, Tus regalos son míos. Cada regalo que acepto me concede un milagro que puedo dar. Y al dar tal como quiero recibir, comprendo que Tus milagros de curación me pertenecen.
Nuestro Padre conoce nuestras necesidades, y nos concede la gracia para satisfacerlas todas. Y así, confiamos en que Él nos enviará milagros para bendecir al mundo y sanar nuestras mentes según regresamos a Él. -
LECCIÓN 348
Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues Tú me rodeas. Y Tu gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba.
Padre, déjame recordar que Tú estás aquí y que no estoy solo. Pues estoy rodeado de un Amor imperecedero. No hay razón para nada, excepto para la paz y alegría perfectas que comparto Contigo. ¿Qué necesidad tengo de ira o de temor cuando lo único que me rodea es la seguridad perfecta? ¿Cómo puedo sentir miedo cuando la eterna promesa que me hiciste jamás se aparta de mí? Estoy rodeado de perfecta impecabilidad. ¿Qué puedo temer, cuando la santidad en la que Tú me creaste es tan perfecta como la Tuya Propia?
La gracia de Dios nos basta para hacer todo lo que Él quiere que hagamos. Y eso es lo único que elegimos como nuestra voluntad, así como la Suya - もっと表示する