Episodes

  • En los primeros meses de 2020, un misterioso individuo mantuvo en vilo a los habitantes de las comarcas de los Serranos y de la Foia de Buñol, en el interior de Valencia. Ocupaba casas, hacía acopio de víveres y robaba vehículos a punta de escopeta.

    Por su habilidad en camuflarse y desaparecer por los bosques y montes de la zona, los medios de comunicación lo bautizaron como el Rambo de Requena. Y el Rambo hizo honor a su apodo burlando una y otra vez los controles de la Guardia Civil.

    Cuando el Gobierno español decretó el estado de alarma para contener la espiral de contagios provocados por el virus covid-19, las fuerzas del orden concentraron sus esfuerzos en garantizar la aplicación de las medidas extraordinarias que se decretaron y relajaron la persecución del fugitivo.
    Las apariciones esporádicas del Rambo de Requena se mantuvieron en plena pandemia y cada vez fueron más agresivas. En la aldea de Ahillas, llegó a disparar a bocajarro al viticultor Juan José Martínez, a quien le intentaba robar su coche.

    La víctima, sin embargo, no sufrió ni un rasguño. En una casa ocupada por el Rambo se descubrió que vaciaba meticulosamente los perdigones de los cartuchos que cargaba en su arma. En realidad sus disparos eran de fogueo.

  • En los primeros meses de 2020, un ladrón armado con una escopeta tuvo en vilo a las aldeas y pedanías de las comarcas rurales de la provincia de Valencia. Por su vestimenta paramilitar y por su habilidad para esconderse en los montes se le conoció como El Rambo de Requena.
    Este Rambo ocupaba casas aisladas, generalmente segundas residencias temporalmente deshabitadas, vaciaba los frigoríficos, usaba las duchas y los dormitorios de las casas e intentaba rehuir cualquier contacto con los habitantes, a excepción de cuando necesitaba desplazarse. Entonces, robaba coches a punta de escopeta.
    La Guardia Civil organizó un ambicioso despliegue para localizarlo y detenerlo. Se usaron drones y hasta un helicóptero para intentar dar con él, temiendo que la actividad de ese bandido fuera a más.
    El estado de alarma decretado por el Gobierno ante la pandemia provocada por el virus covid-19, dificultó aún más si cabe la búsqueda del fugitivo.

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  • A pesar de los años transcurridos, y de que Serafín Cervilla, condenado por la violación y asesinato de su novia Marina Ruíz en 1999, goza ya de régimen penitenciario abierto, su defensa mantiene su inocencia todavía.

    Antonio Zamora, el letrado que le representó ante el Tribunal Supremo, apunta en Dossier Negro que una persona corpulenta, conocido de la familia de la víctima, pudo tener relación con el crimen. Se queja de que los Mossos d’Esquadra no investigaron esta teoría a fondo.

  • Marina Ruíz García apareció muerta sobre las vías del tren en 1999 en la localidad leridana de Cervera. En la autopsia, además de unas infames heridas internas causadas por la introducción de una barra de hierro, se descubrió que presentaba un mordisco profundo en uno de sus senos. Agotadas otras vías de investigación, los Mossos buscaron quién pudiera relacionar las marcas del pecho con la boca de algún sospechoso. Entonces fue cuando los investigadores quisieron que Serafín Cervilla Valle, el novio de la víctima –en la lista de posibles autores de la muerte de Marina- se dejara sacar un molde de su particular boca y él accedió sin problemas. Los forenses concluyeron que el autor del mordisco era Cervilla. Y no solo eso. Los peritos dijeron, además, que se había dado inmediatamente antes o después de la muerte de la joven. Fue la huella que delató al autor.

  • Una joven trabajadora del polígono industrial de Cervera apareció muerta en las vías del tren y lo que parecía un suicidio acabó convertido en un atroz crimen.

    El 15 de febrero de 1999, el día siguiente al de San Valentín, apareció sobre las vías del tren el cadáver semidesnudo de la joven de 24 años Marina Ruíz García, vecina de la localidad leridana de Cervera, donde se produjo el hallazgo. Aunque inicialmente los forenses tomaron el caso como un suicidio, tras la autopsia quedó claro que aquella muerte tenía un origen criminal. Además, la víctima parecía haber sido violada con una barra de hierro.

    Los Mossos, que desde un primer momento desconfiaron de una escena del crimen que nunca les pareció la de un suicidio, elaboraron sus hipótesis e hicieron su lista de sospechosos. Uno de ellos era el novio de la fallecida, Serafín Cervilla Valle, que acabaría detenido, acusado y condenado por asesinato y violación.

    Hoy, tras 25 años de los hechos y con autorización para ir a la cárcel sólo a dormir, Cervilla y sus abogados proclaman su inocencia como si todavía estuviéramos en 1999.

  • Aunque Manuel Delgado Villegas, también llamado el Arropiero, se inculpó de hasta 48 crímenes cometidos durante diez años a lo largo de la costa mediterránea, el fiscal Alejandro del Toro solo consideró que estaban suficientemente probados siete de ellos. Sin embargo, al principal asesino en serie de la historia criminal española nunca se le juzgó.
    El caso del Arropiero está plagado de errores y descuidos que pusieron en jaque a la judicatura española. En cuanto fue detenido y se le detectaron multitud de disfunciones mentales fue ingresado en el Centro Psiquiátrico de Carabanchel, donde fue sometido a electroshocks para atenuar su agresividad y donde cayó en el olvido.
    La Ley de Amnistía de 1977 llevó a reabrir su expediente y se descubrió que el interno, en los seis años que estuvo encerrado, nunca dispuso de abogado y, para más inri, se había extraviado su sumario.
    Se nombró a Juan Antonio Roqueta como letrado del preso, se halló el sumario extraviado y se cerró definitivamente su caso al ser declarado enfermo mental. Fue una decisión personal del fiscal Del Toro, que renunció a pedir para Manuel Delgado una sentencia de pena de muerte.
    El Arropiero murió el 2 de febrero de 1998 sin haber pisado jamás una cárcel.

  • El 18 de enero de 1971 la policía del Puerto de Santa María (Cádiz) detuvo a Manuel Delgado Villegas, de 28 años, como principal sospechoso de la desaparición de su novia, Antonia Rodríguez Relinque. Ante el estupor de los funcionarios, el detenido confesó con todo detalle el asesinato de la Toñi, pero también se inculpó de la muerte de Francisco Marín, cuyo cuerpo fue hallado sin vida dos semanas antes. Y no se detuvo ahí. Aseguró haber cometido hasta 48 asesinatos de 1960 a 1970.

    El Arropiero, como era también conocido el detenido por dedicarse a la venta ambulante de caramelos de arrope, se convertía así en el asesino en serie más importante de la historia del crimen en España. Los análisis psiquiátricos a los que fue sometido detectaron que Delgado padecía todo tipo de disfunciones, incluida una anomalía genética (el cromosoma XYY) que lo impelía a una agresividad extrema.

    Manuel Delgado, junto al inspector Salvador Ortega Mallén y dos policías más recorrieron la costa mediterránea para confirmar los homicidios. Se hallaron pruebas suficientes en siete de los casos, en un viaje plagado de anécdotas y de un sorprendente buen humor.

    El Arropiero ingresó en el Centro Psiquiátrico de Carabanchel sin ser juzgado. Y allí quedó, sometido a electroshocks y olvidado, hasta que la Ley de Amnistía de 1977 obligó a revisar su caso.

  • El asesino de Miguel Ángel Domínguez y de su hija María, de ocho años, que fueron apuñalados mortalmente en Almonte (Huelva) en abril de 2013, sigue en libertad. La justicia lo sigue buscando después de que el principal sospechoso y acusado de la matanza fuera absuelto. Primero, fue un jurado popular el que le declaró no culpable. Después, vinieron el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y, más tarde aún, el Tribunal Supremo, que confirmaron el veredicto. Cuentan que Francisco Medina, que pasó casi cuatro años en prisión preventiva como único imputado por el doble crimen de Almonte, ha recuperado su vida tras estas resoluciones judiciales favorables y permanece en Almonte. A pesar de que la legalidad está a su favor, todavía hay quien sospecha de él, del que fuera amante de Marianela Olmedo, la esposa y madre de los asesinados. Medina es un hombre libre y ya no se puede actuar contra él. Dado que no hay autor conocido de los hechos a ojos de la justicia, el caso sigue abierto. Los familiares de las víctimas están casi agotados.

  • En septiembre de 2017, se vio el juicio por el doble crimen de Almonte en la Audiencia Provincial de Huelva. Las partes ya conocían la reconstrucción de los hechos acecidos cuatro años antes en un piso de la avenida de los Reyes de la población onubense. La escena informaba de una sangrienta secuencia de persistentes puñaladas que padecieron Miguel Ángel Domínguez y su hija de ocho años, María. Tanto el padre como la niña trataron de protegerse mutuamente mientras se sucedían las envestidas del criminal. La pequeña, en vez de tratar de huir, acudió a la cocina a buscar un pequeño cuchillo para ayudar a su padre en vano. Marianela Olmedo era la madre de la niña y todavía la esposa de Miguel Ángel, aunque solo un par de semanas antes de los asesinatos se fue a vivir con un nuevo amor, Francisco Medina. Fue justamente aquel hombre el detenido como sospechoso por la Guardia Civil y el hombre que acabó sentado en el banquillo de los acusados. ¿Qué hacía el ADN de Medina en varias toallas que el criminal había usado en el piso de las víctimas para limpiar el cuchillo y asearse? La discusión sobre la huella genética inundó las largas semanas que duró el juicio.

  • La Virgen del Rocío, cada siete años, pasa nueve meses seguidos en Almonte y no en su santuario habitual de la aldea que le da nombre. Su vuelta al poblado del Rocío se convierte en una enorme celebración en la que se mezcla la devoción y la fiesta. Fue en ese contexto de algarabía en el que en la primavera de 2013 se produjo un brutal crimen.

    Miguel Ángel Domínguez, de 39 años, y su hija María, de ocho, fueron insistentemente apuñalados hasta la muerte en su domicilio de la avenida de los Reyes de Almonte. La esposa del fallecido y madre de la niña, Marianela Olmedo, había dejado el domicilio familiar hacía un par de semanas para irse a vivir con el hombre que era su nuevo amor: Francisco Medina, un hombre devoto de la Virgen del Rocío, de la Blanca Paloma, y que solía llevarla a cuestas durante los ritos y procesiones.

    La Guardia Civil pasó más de un año investigando y descartando a sospechosos hasta que sus pesquisas se centraron en Francisco Medina, el hombre que consolaba a la viuda y madre devastada por el dolor que, en algún momento, también estuvo en el punto de mira de los responsables del caso.

  • El ciudadano belga Dave Verbist confesó a un amigo de copas que fue él quien mató a la joven danesa Anne Strande en su apartamento de Madrid y le prendió fuego posteriormente para borrar sus huellas. También se declaró culpable del asesinato y posterior descuartizamiento de Montse Méndez, pocos meses antes en Girona. La sorprendente declaración fue puesta de inmediato en conocimiento de la policía, que procedió a su detención.

    Sin la autoinculpación, difícilmente se habrían resuelto dos casos registrados en octubre de 2013 y junio de 2014 de los que ni los Mossos d’Esquadra ni la Policía Nacional tenían hilo alguno del que tirar.

    Una vez en dependencias judiciales, todos los que trataron a Dave Verbist coincidieron en señalar la frialdad de su carácter. Llamó poderosamente la atención que en los dos asesinatos contó con el fiel encubrimiento de un amigo cercano: Doramas en Girona y Rafa en Madrid.

  • Montserrat Méndez, de 40 años, vecina de Girona, desapareció sin dejar rastro el 23 de octubre de 2013. Ninguna de las pistas seguidas por los Mossos d’Esquadra permitió resolver el enigma y tras meses de búsquedas infructuosas el archivo se quedó en el cajón de los casos pendientes.

    Anne Strande, una danesa que hacía apenas un par de semanas que vivía en Madrid, apareció carbonizada entre las cenizas del incendio que arrasó su apartamento el 13 de junio de 2014. La Policía Nacional no encontró tampoco un hilo del que tirar para encontrar a quien mató a la chica y prendió fuego a la vivienda para borrar sus huellas.

    Eran dos casos sin aparente solución. Les separaban seis meses en el tiempo y 700 kilómetros de distancia. Pero un golpe de fortuna dio un giro inesperado a ambos acontecimientos.

  • Montserrat Méndez desapareció sin dejar rastro el 23 de octubre de 2013, después de tomar unas copas en la zona de bares de Can Gibert del Pla. Nadie vio nada. Ninguna de las pistas seguidas por los Mossos d'Esquadra dio ningún resultado.

    Meses después, el 13 de junio de 2014, entre las cenizas de un incendio en un apartamento cercano a la Puerta del Sol, se descubrió el cadáver de la danesa Anne Strande. Tampoco la Policía Nacional consiguió encontrar ninguna pista para dar con el culpable del crimen.

    Probablemente ambos sucesos estaban destinados al cajón de los casos sin resolver. Sin embargo, una dosis de fortuna dio un giro sorprendente a las pesquisas policiales.

  • El marido de la joven Romina Celeste, desaparecida en Lanzarote la Nochevieja de 2018, estuvo cuatro años en prisión acusado de la muerte de su esposa. Quedó libre en enero de 2023 sin que se hubiera celebrado todavía el juicio. Su excarcelación provocó las quejas de las acusaciones y desencadenó una enorme polémica, máxime porque Raúl Díaz Chacón había admitido que quemó el cadáver de Romina en una barbacoa, aunque negaba con insistencia que la hubiera matado.

    Finalmente, en junio de 2023, se abrió juicio en la Audiencia Provincial de Las Palmas contra el principal sospechoso de la muerte de la joven paraguaya de cuyo cuerpo tan solo se recuperó un trozo de pulmón de una playa. Un resto que acabaría por perderse para desolación de la madre de la fallecida.

    El inicio del juicio deparó una novedad muy relevante, que cambio el signo de las vistas.

  • La joven Romina Celeste vino a España en 2010 desde su Paraguay natal para prosperar y formar una familia, un proyecto con el que soñaba desde adolescente. Dejó con la abuela al hijo que ya había tenido con 18 años e inició un viaje intercontinental que terminó en Alcobendas. Pero las cosas no salieron como imaginó. Una relación de la que nació su segundo hijo tampoco sirvió para colmar sus esperanzas. Al poco, aquel noviazgo se rompió.

    Fue tras aquella separación, e iniciando un periodo durante el que empezó a coquetear con la prostitución, que conoció a un ingeniero de Endesa con el que creyó que por fin podría fundar un hogar. Hicieron planes para irse a vivir a Lanzarote y casarse, y aunque tales objetivos se cumplieron, Raúl Díaz Chacón no aceptó a sus hijos y eso lastró el nuevo matrimonio que, por otro lado, garantizaba los papeles de extranjería que Romina tanto necesitaba.

    Tras varios episodios de malos tratos, un amago de suicidio y un rosario de desavenencias, Romina desapareció la Nochevieja de 2018. La Guardia Civil inició una investigación que acabaría con la detención de Raúl Díaz.

  • La adolescencia es una etapa efervescente, impulsiva, contradictoria. Por lo general, chicos y chicas desarrollan rápidamente un cuerpo adulto mientras van madurando su carácter a un ritmo menos acelerado. El cóctel de la desafiante y desenfadada energía juvenil con un marco familiar y social difícil puede generar graves comportamientos que acaben de forma violenta.

    El periodista e historiador César Alcalá y la psiquiatra forense Blanca Navarro han establecido un abanico de caracteres que explican los diferentes tipos de menores criminales en el libro "Perfiles psiquiátricos de niños asesinos". En la primera entrega contamos desde los casos protagonizados por pequeños con problemas neurobiológicos hasta la incidencia de un entorno social negativo en su carácter.

    En este capítulo profundizamos en la violencia de género entre adolescentes, el comportamiento de las bandas juveniles organizadas y los crímenes que llevan a cabo los lobos solitarios resentidos y aislados.

  • No hay una respuesta contundente para determinar si el ser humano es bueno o malo por naturaleza y menos cuando se trata de comprender por qué un niño puede llegar cometer un asesinato. ¿La maldad es congénita? ¿O son responsables los padres, el entorno social y el nivel económico?

    El periodista e historiador César Alcalá y la psiquiatra forense Blanca Navarro han establecido en su libro "Perfiles psiquiátricos de niños asesinos" un abanico de modelos homicidas infantiles que contempla desde la enfermedad neurobiológica hasta la incidencia de un entorno social negativo.

    Cada uno de los perfiles que señalan está ilustrado con ejemplos reales de crímenes atroces cuya autoría corresponde a un ser del que se espera que sea inocente e inofensivo. Relacionar una muerte con un menor siempre resulta chocante y suponer que lleva la semilla del mal de nacimiento, estremecedor.

  • Desaparecer sin dejar rastro deja un enorme vacío en las personas que te quieren. Marta Calvo rompió el contacto con su familia un 7 de noviembre de 2019. Sin nuevos mensajes de WhatsApp y con un teléfono que acabó desconectado, su madre se fue desesperando. Lo último que le dijo Marta fue que había quedado con un cliente de una página de contactos y que estaría fuera toda la noche.

    Con el paso de las horas y los días, la madre decidió acudir al punto de la última localización GPS que la propia Marta le envió. Pero el joven que atendió a la puerta de esa dirección dijo no saber nada de la chica; que desconocía de qué le estaba hablando.

    La desaparición de Marta no fue voluntaria y mientras su madre, pese al paso del tiempo, albergaba la esperanza de recuperarla, la realidad era que su hija querida había caído en las garras de un asesino en serie que atacaba a prostitutas: Jorge Ignacio Palma.

    En la crónica negra desembocan todos los ríos de la pasión: el deseo, la avaricia, los celos, la ira, el odio, el amor, la codicia, la ambición... No hay historias solo de buenos y malos. Hay relatos llenos de matices, de medias verdades, de fortalezas y de debilidades, de inocencia y de crueldad.

  • Hasta la Guerra Civil española fue habitual ver largas colas de tísicos, anémicos y tuberculosos ante los mataderos para conseguir llenar sus cuencos con la sangre de los animales sacrificados, convencidos de que beberla les curaría de sus males. Esa misma superchería sin fundamento provocó que enfermos adinerados contrataran sicarios para que les subministraran sangre de niño, mucho más "eficaz", según sus creencias. Eran vampiros, bebedores de sangre que pretendían alargar su vida... a cambio de otra vida.

    En la crónica negra desembocan todos los ríos de la pasión: el deseo, la avaricia, los celos, la ira, el odio, el amor, la codicia, la ambición... No hay historias solo de buenos y malos. Hay relatos llenos de matices, de medias verdades, de fortalezas y de debilidades, de inocencia y de crueldad.

  • Juan Carlos Aguilar regentaba un gimnasio en Bilbao al que llamó 'Océano de la tranquilidad' y cuya actividad estaba envuelta en espiritualidad y misticismo que el maestro inyectaba gracias a que, decía, había sido instruido en templo Shaolín de China. Sin embargo, el experto en artes marciales estaba obsesionado con el dolor y la muerte hasta el punto que quiso quitar la vida a una persona con sus propias manos. Era la culminación de un proceso criminal que no se detendría salvo que la justicia lo impidiera.

    En la crónica negra desembocan todos los ríos de la pasión: el deseo, la avaricia, los celos, la ira, el odio, el amor, la codicia, la ambición... No hay historias solo de buenos y malos. Hay relatos llenos de matices, de medias verdades, de fortalezas y de debilidades, de inocencia y de crueldad.