El callejón de los gallos ciegos se cocina como un caldo de pollo: se echan unos años de escucha de podcasting, un poco de indignación político-social, unas hierbas tecnológicas, una cucharada de humor, y listo.
El callejón de los gallos ciegos se cocina como un caldo de pollo: se echan unos años de escucha de podcasting, un poco de indignación político-social, unas hierbas tecnológicas, una cucharada de humor, y listo.