Эпизоды
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Hoy estaremos leyendo Josué 7 y 8, Lucas 21 y el Salmo 64. Después de la gran victoria en Jericó, Josué 7 comienza con una derrota sorprendente: el pueblo pierde en Hai. La razón no era táctica militar, sino pecado oculto. Un hombre llamado Acán había desobedecido a Dios al tomar lo que estaba consagrado. En Josué 7:12, Dios dice:
"No estaré más con ustedes a menos que destruyan las cosas que tomaron y que estaban apartadas para destrucción" (NTV).
Esto nos enseña que el pecado oculto afecta más que solo al individuo; afecta al cuerpo completo. Pero también vemos la misericordia de Dios: cuando el pecado es tratado, la restauración llega.
En Josué 8, Dios le da a Josué una nueva estrategia y le asegura la victoria. Esta vez, el pueblo obedece, y la ciudad de Hai cae en sus manos. En Josué 8:1, el Señor le dice:
"No tengas miedo ni te desanimes. Toma a todos los soldados y ataca la ciudad de Hai. Yo he entregado al rey de Hai en tus manos" (NTV).
Dios no solo restaura, también renueva el propósito.
Reflexiona: ¿Hay algo oculto que necesita salir a la luz? ¿Estás permitiendo que Dios trate con eso para que puedas avanzar?
En Lucas 21, Jesús habla proféticamente sobre la destrucción del templo, las señales del fin y Su regreso glorioso. Pero lo hace no para infundir miedo, sino para fortalecer la fe y despertar sus corazones. En Lucas 21:13, dice:
"Pero eso les dará la oportunidad de hablarles de mí" (NTV).
Jesús está diciendo: las pruebas no son obstáculos, sino plataformas para dar testimonio. Más adelante, en el verso 19, nos anima con esta declaración:
"Con su perseverancia obtendrán su alma" (NTV).
Y en los últimos versículos, Jesús nos llama a estar alerta y preparados, no distraídos. En Lucas 21:36, dice:
"Estén siempre atentos y oren para que sean suficientemente fuertes para escapar de los horrores que vendrán y para presentarse delante del Hijo del Hombre" (NTV).
Reflexiona: ¿Estás usando las dificultades para hablar de Jesús? ¿Estás viviendo con los ojos abiertos y el corazón preparado para Su regreso?
En Salmo 64, David clama a Dios cuando enemigos conspiran en secreto, lanzando palabras afiladas como flechas. En Salmo 64:2-4, ora:
"Escóndeme de las conspiraciones de los malvados, de esa pandilla de criminales. Afilan su lengua como la espada y lanzan sus palabras como flechas envenenadas" (NTV).
David no busca venganza, sino refugio en Dios. Y Dios responde. En el verso 7, dice:
"Pero Dios les disparará una flecha repentina, y sin aviso serán heridos" (NTV).
El salmo termina con una declaración de confianza: el justo se alegrará en el Señor.
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Hoy estaremos leyendo Josué 5 y 6, Lucas 20 y el Salmo 63. En Josué 5, antes de entrar en la batalla, Dios le pide al pueblo que se consagre. Celebran la Pascua, dejan de comer maná y comen del fruto de la tierra. Y entonces, Josué tiene un encuentro con el comandante del ejército del Señor, quien le recuerda que la batalla es de Dios.
En Josué 6, llega el momento de enfrentar Jericó, una ciudad amurallada e inexpugnable. Pero Dios no da una estrategia militar. Da una instrucción que parece absurda: marchar una vez al día durante seis días, y el séptimo día, siete veces, y luego gritar. En Josué 6:20, dice:
"Cuando el pueblo oyó el sonido de los cuernos de carnero, gritó con todas sus fuerzas. De repente, los muros de Jericó se derrumbaron y el pueblo fue directo al ataque y tomó la ciudad" (NTV).
La enseñanza es clara: cuando obedeces la voz de Dios, aunque no entiendas, Él derriba lo que parecía imposible.
Reflexiona: ¿Estás obedeciendo aunque no tenga sentido? ¿Estás dispuesto a seguir el plan de Dios, aunque no encaje con tu lógica?
En Lucas 20, Jesús enfrenta a líderes religiosos que intentan atraparlo con preguntas difíciles. Le preguntan con qué autoridad hace lo que hace, y Él responde con sabiduría divina. Luego, cuenta la parábola de los labradores malvados, donde revela que aunque muchos rechacen al Hijo, Dios lo ha establecido como la piedra angular.
En Lucas 20:17, Jesús dice:
"La piedra que los constructores rechazaron ahora se ha convertido en la piedra principal" (NTV).
Más adelante, le preguntan si es correcto pagar impuestos a César. Jesús responde con gran sabiduría:
"Den al César lo que pertenece al César, y den a Dios lo que pertenece a Dios" (Lucas 20:25, NTV).
Jesús no solo enseña, Él confronta corazones con verdad, con gracia y con autoridad.
Reflexiona: ¿Estás reconociendo la autoridad de Jesús en tu vida? ¿Estás viviendo con sabiduría y claridad frente a las preguntas y presiones del mundo?
En Salmo 63, David escribe desde el desierto, pero su corazón está lleno de hambre y deseo por Dios. En Salmo 63:1, dice:
"Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua" (NTV).
Aunque está físicamente en un lugar seco, su espíritu está más sediento de Dios que de agua.
Y más adelante, en el verso 3, David declara:
"Tu amor inagotable es mejor que la vida misma; ¡cuánto te alabo!" (NTV).
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Hoy estaremos leyendo Josué 3 y 4, Lucas 19 y el Salmo 62. En Josué 3, el pueblo de Israel llega al río Jordán. Es el umbral hacia la tierra prometida. Pero el río está desbordado. Dios le dice a Josué que los sacerdotes deben entrar al agua con el arca, y entonces Él abrirá camino. En Josué 3:13, leemos:
"Tan pronto como los pies de los sacerdotes que llevan el arca del Señor, el Señor de toda la tierra, toquen el agua del río, éste se abrirá y las aguas se detendrán" (NTV).
Y así sucede. El agua se detiene y el pueblo pasa en seco. Pero el milagro no vino antes del paso de fe, sino al dar el paso.
En Josué 4, Dios les pide tomar doce piedras del Jordán para hacer un monumento. ¿Para qué? En Josué 4:6, Josué dice:
"En el futuro, sus hijos les preguntarán: ‘¿Qué significan estas piedras?’. Entonces ustedes podrán decirles: ‘Nos recuerdan que el Jordán se detuvo frente al arca del pacto del Señor’" (NTV).
Dios quiere que recuerdes Sus milagros, para que nunca olvides que fue Él quien abrió el camino.
Reflexiona: ¿Estás esperando que Dios abra el río, o estás listo para mojarte los pies en obediencia? ¿Qué estás haciendo para recordar y compartir las obras de Dios en tu vida?
En Lucas 19, Jesús entra en Jericó y se encuentra con Zaqueo, un recaudador de impuestos que sube a un árbol para verlo. Jesús le dice en Lucas 19:5:
"Zaqueo, baja enseguida. ¡Hoy debo hospedarme en tu casa!" (NTV).
Zaqueo baja y lo recibe con alegría. Su vida cambia por completo. Y Jesús declara:
"Hoy ha llegado la salvación a esta casa" (Lucas 19:9, NTV).
Luego, Jesús cuenta la parábola de los siervos que reciben recursos y deben producir fruto. El mensaje es claro: cuando Dios confía algo en nuestras manos, espera fidelidad, multiplicación y propósito.
Y al llegar a Jerusalén, Jesús llora por la ciudad. En Lucas 19:44, dice:
"No reconociste el momento en que Dios vino a ti" (NTV).
Jesús no solo busca que lo veamos, sino que respondamos a Su visita con transformación.
Reflexiona: ¿Estás recibiendo a Jesús con un corazón como el de Zaqueo, listo para cambiar? ¿Estás produciendo fruto con lo que Él ha puesto en tus manos? ¿Estás reconociendo Sus visitas diarias a tu vida?
En Salmo 62, David declara su confianza absoluta en Dios. En medio de presiones y ataques, él no pierde el enfoque. En Salmo 62:1, dice:
"Solo en Dios halla descanso mi alma; de Él viene mi salvación" (NTV).
Y en el versículo 6 añade:
"Solo Él es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde jamás seré sacudido" (NTV).
David nos enseña que la estabilidad no está en las circunstancias, sino en Dios. La paz no es la ausencia de problemas, sino la presencia de Dios reinando por encima de ellos.
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Hoy estaremos leyendo Josué 1 y 2, Lucas 18 y el Salmo 61. ¡Te felicito por llegar al dia 90 de La Biblia en Un Año! Hoy comenzamos un nuevo libro de la Biblia: Josué, un libro que marca el paso de la promesa a la posesión, de la espera a la conquista, de la preparación a la acción.
Después de la muerte de Moisés, Dios levanta a Josué como líder para guiar al pueblo hacia la tierra prometida. El libro de Josué es una invitación a confiar en las promesas de Dios, a obedecer Su Palabra con valentía y a creer que con Él podemos conquistar lo que parecía imposible.
Este libro nos hablará de batallas, pero también de fidelidad. Nos mostrará milagros, pero también el precio de la obediencia. Y sobre todo, nos recordará que Dios cumple todo lo que promete, aunque el camino requiera fe, coraje y perseverancia.
En Josué 1:9, Dios le dice al nuevo líder:
"Mi mandato es: sé fuerte y valiente. ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas" (NTV).
Estas palabras siguen siendo actuales. Si tú estás por entrar a una nueva etapa, si enfrentas desafíos o si estás esperando la realización de una promesa, este libro es para ti.
Prepárate para avanzar, para derribar muros con fe, para cruzar ríos con determinación y para ver que cuando Dios va delante, la victoria está asegurada.
En Josué 1, Dios llama a Josué a liderar con fe. Moisés ya no está, pero la promesa de Dios sigue en pie. En Josué 1:5, el Señor le dice:
"Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé." (NTV).
Este versículo no es solo para Josué. Es una palabra para ti hoy, si estás enfrentando una nueva etapa, un reto, una responsabilidad que te asusta. Dios te promete que estará contigo.
En Josué 2, Rahab, una mujer marginada, se convierte en pieza clave en el plan de Dios. Ella protege a los espías y declara una fe valiente:
"Sé que el Señor les ha dado esta tierra" (Josué 2:9, NTV).
Una mujer con pasado, pero con fe, es usada por Dios para proteger a Su pueblo. Dios no mira tu historia, sino tu corazón.
Reflexiona: ¿Estás siendo fuerte y valiente? ¿Estás confiando en Dios incluso si vienes de un pasado complicado como Rahab?
En Lucas 18, Jesús nos enseña que debemos orar siempre, sin desanimarnos. En la parábola de la viuda persistente, vemos que la fe insistente mueve el corazón de Dios. En Lucas 18:7, Jesús pregunta:
"¿Acaso Dios no hará justicia a su pueblo escogido, que clama a Él día y noche?" (NTV).
Jesús también cuenta la historia del fariseo y el recaudador de impuestos. Uno se justificaba a sí mismo; el otro solo decía: “Dios, ten compasión de mí, que soy pecador”. Jesús afirma que ese hombre humilde fue el que salió justificado.
Y luego, cuando los discípulos quieren impedir que los niños se acerquen a Jesús, Él dice en Lucas 18:17:
"Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como un niño, nunca entrará en él" (NTV).
Jesús está buscando oración constante, humildad sincera y una fe simple como la de un niño.
Reflexiona: ¿Estás orando sin rendirte? ¿Estás dependiendo de la gracia de Dios en humildad? ¿O has complicado lo que debería ser una fe sencilla?
En Salmo 61, David clama a Dios desde un lugar de necesidad. En el Salmo 61:2, dice:
"Desde el extremo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmaye. Llévame a la roca que es más alta que yo." (NTV).
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 33 y 34, Lucas 17 y el Salmo 60. En Deuteronomio 33, Moisés pronuncia una bendición sobre cada una de las tribus de Israel antes de su muerte. Reconoce el amor de Dios por Su pueblo y Su protección constante. En Deuteronomio 33:27, Moisés declara:
"El Dios eterno es tu refugio, y sus brazos eternos te sostienen" (NTV).
Qué hermoso saber que no importa lo que enfrentes, debajo de ti siempre están los brazos eternos de tu Padre.
En Deuteronomio 34, Moisés sube al monte Nebo, ve la tierra prometida desde lejos y muere allí, como Dios le había dicho. Aunque no entró físicamente a la tierra, Moisés terminó su carrera con honra. El texto dice que nunca hubo otro profeta como él, con quien el Señor hablara cara a cara.
Esto nos recuerda que lo importante no es cómo comenzamos, sino cómo terminamos: fieles a la voz de Dios, firmes en nuestra misión.
Reflexiona: ¿Estás viviendo hoy con la eternidad en mente, con fidelidad a la misión que Dios te ha confiado?
En Lucas 17, Jesús da varias enseñanzas profundas. Primero, habla sobre el perdón. En Lucas 17:4, dice:
"Aun si esa persona te hace daño siete veces al día y cada vez regresa y te pide perdón, debes perdonarla" (NTV).
Eso nos confronta. Perdonar no es una opción, es una actitud que refleja el corazón del Reino.
Los discípulos responden con una súplica: “¡Auméntanos la fe!”. Y Jesús les contesta que una fe tan pequeña como una semilla puede mover lo imposible. Luego, habla sobre la humildad en el servicio: que cuando hacemos lo que Dios nos pide, no buscamos reconocimiento, sino que decimos, “Solo hicimos lo que debíamos hacer”.
Después, Jesús sana a diez leprosos, pero solo uno regresa a darle gracias. En Lucas 17:17-18, Jesús pregunta:
"¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Ninguno volvió para dar gloria a Dios excepto este extranjero?" (NTV).
Esto nos enseña que la gratitud no solo honra a Dios, sino que completa nuestra restauración.
Reflexiona: ¿Estás caminando en fe, perdonando con libertad y cultivando un corazón agradecido cada día?
En Salmo 60, David escribe desde un lugar de aparente derrota. Comienza reconociendo que el pueblo ha sido rechazado, que hay confusión y fractura. Pero aun así, su mirada no se queda en la circunstancia, sino que se eleva hacia Dios. En Salmo 60:11, clama:
"Ayúdanos contra nuestros enemigos, porque toda ayuda humana es inútil" (NTV).
Y el salmo termina con una afirmación poderosa de confianza:
"Con la ayuda de Dios haremos cosas poderosas, porque Él aplastará a nuestros enemigos" (verso 12, NTV).
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 31 y 32, Lucas 16 y el Salmo 59:9-17. En Deuteronomio 31, Moisés le entrega el liderazgo a Josué, y le asegura que Dios irá delante de él. En Deuteronomio 31:6, dice:
"Así que sé fuerte y valiente. No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, Él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará" (NTV).
Este versículo es una promesa poderosa: aunque haya batallas por delante, Dios sigue siendo nuestra fuerza y compañía.
En Deuteronomio 32, Moisés entona un cántico profético que describe la fidelidad de Dios y la infidelidad de Su pueblo. A pesar de sus fallas, Dios no deja de ser justo, fuerte y compasivo. En Deuteronomio 32:4, Moisés canta:
"Él es la Roca; sus hechos son perfectos. Todo lo que hace es justo e imparcial. Él es Dios fiel, que nunca actúa mal; ¡qué justo y recto es Él!" (NTV).
Este cántico nos recuerda que nuestra seguridad no está en nuestras emociones o logros, sino en el carácter firme y perfecto de Dios.
Reflexiona: ¿Estás enfrentando un nuevo desafío? si es así, ¿Estás descansando en el Dios que no falla?
En Lucas 16, Jesús cuenta dos parábolas muy directas. Primero, la del administrador astuto, quien actúa con inteligencia frente a una crisis inminente. Jesús concluye diciendo en Lucas 16:10:
"Si son fieles en las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes. Pero si son deshonestos en las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más grandes" (NTV).
Esto nos enseña que la fidelidad diaria es clave para vivir con impacto eterno.
Después, Jesús cuenta la historia del rico y Lázaro, donde el primero vivió para sí mismo, ignorando al pobre a su puerta, y termina en tormento eterno. En contraste, Lázaro es consolado. La enseñanza es clara: lo que hacemos con nuestra vida aquí tiene consecuencias eternas.
En Lucas 16:15, Jesús dice:
"Lo que este mundo honra, es detestable a los ojos de Dios" (NTV).
Reflexiona: ¿Estás invirtiendo tu vida en lo eterno o en lo temporal? ¿Estás siendo fiel incluso en lo pequeño?
En la segunda parte del Salmo 59, David continúa clamando a Dios mientras es perseguido injustamente, pero lo hace con fe y alabanza. En Salmo 59:9-10, dice:
"Tú eres mi fortaleza; en ti espero con paciencia, oh Dios. Tú eres mi refugio seguro. En Su amor inagotable, mi Dios estará conmigo" (NTV).
A pesar de los ataques, David no deja que el miedo tome el control. Él canta, adora y espera en Dios.
En el cierre, en Salmo 59:16, afirma con gozo:
"Pero en cuanto a mí, cantaré de tu poder; cada mañana cantaré con alegría acerca de tu amor inagotable" (NTV).
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 29 y 30, Lucas 15 y el Salmo 59:1-8. En Deuteronomio 29, Moisés reúne a todo el pueblo para renovar el pacto con Dios. Les recuerda cómo el Señor los ha guiado, protegido y provisto durante el desierto, y les advierte que el pacto no solo es con los presentes, sino también con sus hijos y generaciones futuras. En Deuteronomio 29:9, dice:
"Por lo tanto, obedezcan cuidadosamente los términos de este pacto para que prosperen en todo lo que hagan"(NTV).
En Deuteronomio 30, Moisés hace un llamado apasionado a elegir la vida. Después de advertir sobre las consecuencias de la desobediencia, les dice en Deuteronomio 30:19-20:
"Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Elige, pues, la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir. Ama al Señor tu Dios, obedécelo y permanece fiel a Él" (NTV).
Esta es una de las declaraciones más poderosas del Antiguo Testamento: Dios pone delante de nosotros el camino del bien y el mal, pero nos invita con amor a elegir la vida.
Reflexiona: ¿Estás eligiendo hoy la vida al obedecer y amar a Dios con todo tu corazón?
En Lucas 15, Jesús cuenta tres parábolas que revelan el corazón del Padre: la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo perdido. Cada historia termina en gozo y celebración cuando lo que estaba perdido es encontrado.
En la parábola del hijo pródigo, el momento clave ocurre cuando el joven, después de malgastar todo, decide volver a casa. En Lucas 15:20, Jesús dice:
"Y mientras todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar, lleno de amor y compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó" (NTV).
Este es el corazón de Dios: un Padre que no rechaza, no humilla, sino que corre a restaurar.
La reacción del hermano mayor también nos confronta. Él se ofende por la gracia del padre. Pero el padre responde en Lucas 15:32:
"Tuvimos que celebrar este día feliz. Pues tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida. Estaba perdido y ahora ha sido encontrado" (NTV).
Dios se goza con cada persona que se arrepiente. No importa cuán lejos te hayas ido, siempre hay gracia en casa del Padre.
Reflexiona: ¿Estás viviendo como el hijo pródigo lejos de casa, como el hermano mayor lleno de juicio, o como el padre que ama y restaura?
En Salmo 59, David clama a Dios por protección frente a enemigos que lo acusan sin razón. En Salmo 59:1-2, ora:
"Rescátame de mis enemigos, oh Dios; protégeme de los que han venido a destruirme. Rescátame de estos criminales; sálvame de estos asesinos" (NTV).
David reconoce la malicia de quienes lo rodean, pero no toma venganza, sino que pone su causa en manos de Dios.
En medio del ataque, David mantiene su confianza. En el versículo 8, declara:
"Pero tú, oh Señor, te ríes de ellos; te burlas de todas las naciones hostiles" (NTV).
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 27 y 28, Lucas 14 y el Salmo 58. En Deuteronomio 27, Moisés instruye al pueblo a escribir la ley sobre piedras cuando crucen el Jordán, y luego pronuncia doce maldiciones para quienes desobedecen al Señor. Es un recordatorio solemne de que la obediencia trae vida, y la desobediencia acarrea consecuencias.
En Deuteronomio 28, se presentan dos caminos claros: las bendiciones que siguen a la obediencia y las maldiciones que siguen a la rebeldía. En Deuteronomio 28:1-2, Dios promete:
"Si obedeces al Señor tu Dios y cumples cuidadosamente todos sus mandatos que te entrego hoy, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las demás naciones del mundo. Todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán si obedeces al Señor tu Dios" (NTV).
Pero también advierte que, si no obedecen, muchas maldiciones caerán sobre ellos. Esta enseñanza no es para atemorizarnos, sino para recordarnos que nuestras decisiones tienen un peso espiritual y eterno.
Reflexiona: ¿Estás eligiendo diariamente el camino de la obediencia a Dios, aun cuando sea desafiante?
En Lucas 14, Jesús enseña sobre la humildad, el servicio desinteresado y el costo de seguirle. En la parábola de la gran cena, muchos invitados ponen excusas para no asistir, y entonces el señor de la casa dice:
"Ve por los caminos y las veredas, y convence a todos los que veas para que vengan, para que la casa esté llena"(Lucas 14:23, NTV).
Jesús nos enseña que el Reino de Dios está abierto a todos, pero requiere una respuesta sincera.
Más adelante, Jesús habla del costo del discipulado. En Lucas 14:27, dice:
"Y si no cargas tu cruz y me sigues, no puedes ser mi discípulo" (NTV).
Seguir a Jesús no es algo superficial, ni temporal; es una decisión de rendición total, de renunciar al ego y vivir para Él.
Reflexiona: ¿Estás cargando tu cruz y siguiendo a Jesús con todo tu corazón, o estás poniendo excusas para postergar tu entrega total?
En Salmo 58, el salmista expresa su frustración por la injusticia de los gobernantes corruptos y clama por la intervención de Dios. Aunque comienza con palabras fuertes, termina con esperanza. En Salmo 58:11, dice:
"Entonces todos dirán: 'Al fin los justos reciben su recompensa; sin duda hay un Dios que juzga con justicia aquí en la tierra'" (NTV).
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 25-26, Lucas 13 y el Salmo 57:1-11. En Deuteronomio 25, Dios establece leyes sobre la justicia y el trato justo entre Su pueblo. En Deuteronomio 25:15, dice:
"Usa pesas y medidas exactas para que disfrutes de una vida larga en la tierra que el Señor tu Dios te da" (NTV).
Dios demanda honestidad y justicia en todas nuestras acciones. Él se preocupa no solo por nuestra relación con Él, sino también por cómo tratamos a los demás.
En Deuteronomio 26, Dios da instrucciones sobre la ofrenda de las primicias, enseñando al pueblo a traer lo mejor de sus cosechas en gratitud. En Deuteronomio 26:10, el pueblo debía declarar:
"Y ahora, oh Señor, te traigo lo primero de la cosecha que me has dado" (NTV).
Esto nos recuerda que todo lo que tenemos proviene de Dios y debemos responder con gratitud y generosidad.
Reflexiona: ¿Estás viviendo con integridad y gratitud, reconociendo que todo lo que tienes proviene de Dios?
En Lucas 13, Jesús habla sobre la urgencia del arrepentimiento. En Lucas 13:3, dice:
"¡No! Y les digo otra vez que, a menos que se arrepientan, también ustedes perecerán" (NTV).
Jesús nos enseña que el arrepentimiento no es opcional, sino necesario para la vida eterna.
Luego, Jesús cuenta la parábola de la higuera estéril, donde un hombre espera fruto de su árbol, pero no encuentra nada. En Lucas 13:8-9, el viñador intercede:
"Señor, dale otra oportunidad. Déjala un año más y daré atención especial y mucho fertilizante. Si el próximo año da higos, bien. Si no, entonces puedes cortarla" (NTV).
Dios es paciente con nosotros, pero también espera que nuestra fe produzca frutos de obediencia y transformación.
Más adelante, Jesús sana a una mujer encorvada en el día de reposo, mostrando que la compasión de Dios es más importante que las reglas humanas.
Finalmente, Jesús lamenta la dureza de corazón de Jerusalén. En Lucas 13:34, dice:
"¡Oh Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos bajo sus alas, pero no me dejaste!" (NTV).
Este pasaje nos muestra el anhelo de Jesús por salvarnos, pero también la necesidad de recibir Su llamado con un corazón dispuesto.
Reflexiona: ¿Estás viviendo un verdadero arrepentimiento y dando fruto espiritual en tu vida?
En Salmo 57, David clama a Dios en medio de la persecución. En Salmo 57:1, dice:
"Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia. En ti busco protección. Me esconderé bajo la sombra de tus alas hasta que haya pasado el peligro" (NTV).
David nos recuerda que Dios es nuestro refugio en los momentos más oscuros.
Más adelante, David proclama alabanza en medio de la prueba. En Salmo 57:7, declara:
"Mi corazón está confiado en ti, oh Dios; mi corazón tiene confianza. Con razón puedo cantar tus alabanzas"(NTV).
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 23-24, Lucas 12:35-59 y el Salmo 56:1-13. En Deuteronomio 23 y 24, Dios establece leyes que reflejan Su justicia y compasión, asegurando que Su pueblo viva con rectitud y cuide de los más vulnerables.
En Deuteronomio 24:14-15, Dios da una instrucción clara sobre el trato a los trabajadores:
"No se aprovechen de los trabajadores asalariados que son pobres y necesitados, ya sean israelitas o extranjeros que viven en sus ciudades. Págueles su salario cada día antes de la puesta del sol, porque son pobres y cuentan con ese dinero. Si no se lo pagan, clamarán al Señor contra ustedes, y ustedes serán culpables de pecado" (NTV).
Dios muestra que la justicia social y el trato digno hacia los demás son esenciales en Su reino.
También manda a recordar la liberación de Egipto y a cuidar de los huérfanos, viudas y extranjeros, recordando a Israel que ellos también fueron oprimidos en el pasado.
Esto nos enseña que nuestra fe no solo se trata de lo que creemos, sino de cómo vivimos y tratamos a los demás.
Reflexiona: ¿Estás viviendo con justicia y compasión en tu trato con los demás?
En Lucas 12, Jesús enseña la importancia de estar preparados para Su regreso. En Lucas 12:35-36, dice:
"Estén vestidos, listos para servir y mantengan las lámparas encendidas, como si esperaran que su amo regresara de la fiesta de bodas. Entonces estarán listos para abrirle la puerta y dejarlo entrar en el momento que llegue y llame" (NTV).
Jesús nos llama a vivir en un estado constante de preparación espiritual, porque no sabemos cuándo regresará.
Más adelante, en Lucas 12:40, Jesús enfatiza:
"Ustedes también deben estar preparados todo el tiempo, porque el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo esperen" (NTV).
Esto nos recuerda que nuestra fe no es solo para los domingos, sino que debemos vivir cada día con expectativa y fidelidad a Dios.
Jesús también advierte sobre la importancia de discernir los tiempos. En Lucas 12:56, dice:
"Hipócritas, saben interpretar el clima en la tierra y en el cielo, pero no saben interpretar los tiempos presentes"(NTV).
Esto nos desafía a no vivir distraídos, sino a estar atentos a lo que Dios está haciendo en nuestras vidas y en el mundo.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 21-22, Lucas 12:1-34 y el Salmo 55:18-23. En Deuteronomio 21 y 22, Dios da instrucciones detalladas sobre la justicia, la compasión y la santidad del pueblo de Israel. En Deuteronomio 21:8, Dios manda a que los ancianos hicieran la siguiente oración:
"Oh Señor, perdona a tu pueblo Israel, a quien redimiste. No culpes a tu pueblo de derramar sangre inocente"(NTV).
Dios deja claro que la justicia y el respeto por la vida son fundamentales en Su reino.
En Deuteronomio 22, Dios ordena actos de compasión y responsabilidad, como ayudar a un vecino con un animal perdido o caído. En Deuteronomio 22:4, dice:
"Si ves que el burro o el buey de tu vecino cayó en el camino, no lo ignores. Ayuda a tu vecino a levantarlo" (NTV).
Esto nos recuerda que la fe no es solo sobre doctrinas, sino sobre cómo vivimos y tratamos a los demás con amor y justicia.
Reflexiona: ¿Estás viviendo con un corazón justo y compasivo, reflejando el carácter de Dios en tu vida diaria?
En Lucas 12, Jesús advierte a Sus discípulos sobre la hipocresía de los fariseos y los llama a vivir en la verdad. En Lucas 12:2-3, dice:
"Se acerca el tiempo en que todo lo que está encubierto será revelado, y todo lo escondido saldrá a la luz. Todo lo que hayan dicho en la oscuridad se oirá a plena luz" (NTV).
Jesús nos recuerda que Dios ve todo, y por eso debemos vivir con integridad.
Más adelante, Jesús enseña sobre el miedo y la confianza en Dios. En Lucas 12:6-7, dice:
"¿No se venden cinco gorriones por dos monedas de cobre? Sin embargo, Dios no olvida ni a uno solo de ellos. Y en cuanto a ustedes, cada cabello de su cabeza está contado. ¡Así que no tengan miedo! Para Dios ustedes son más valiosos que una gran cantidad de gorriones" (NTV).
Jesús nos anima a confiar en Dios en lugar de preocuparnos por el futuro. Luego, en Lucas 12:22-24, declara:
"Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento para comer o suficiente ropa para vestirse. Pues la vida es más que la comida, y el cuerpo es más que la ropa. Miren los cuervos: no plantan, ni cosechan, ni guardan comida en graneros, porque Dios los alimenta. Y ustedes son mucho más valiosos para Él que cualquier pájaro" (NTV).
Jesús nos desafía a vivir con una fe real, confiando en que Dios provee todo lo que necesitamos.
Finalmente, Jesús nos llama a buscar primeramente el reino de Dios en Lucas 12:31:
"Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él les dará todo lo que necesiten" (NTV).
Reflexiona: ¿Estás confiando en Dios y poniendo Su reino en primer lugar en tu vida?
En Salmo 55, David clama a Dios en medio de la traición y la angustia. En Salmo 55:18, declara con confianza:
"Él me rescata y me mantiene a salvo de la batalla que se libra en mi contra" (NTV).
David reconoce que Dios es su refugio y su salvación en tiempos de prueba.
En Salmo 55:22, nos da un consejo poderoso:
"Entrégale tus cargas al Señor, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan" (NTV).
Esto nos recuerda que Dios no solo escucha nuestras oraciones, sino que nos sostiene y nos da paz en medio de cualquier dificultad.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 19-20, Lucas 11:29-54 y el Salmo 55:12-17. En Deuteronomio 19, Dios ordena la creación de ciudades de refugio para aquellos que mataban a alguien accidentalmente. En Deuteronomio 19:3, dice:
"En cada región de la tierra que el Señor tu Dios te da como posesión, separa tres ciudades de refugio" (NTV).
Dios nos muestra que Él es un Dios de justicia, pero también de misericordia.
En Deuteronomio 20, Dios da instrucciones para la guerra. Antes de cada batalla, los sacerdotes debían animar al pueblo con estas palabras en Deuteronomio 20:4:
"Pues el Señor su Dios va con ustedes. Él peleará por ustedes contra sus enemigos, y les dará la victoria" (NTV).
Dios nos recuerda que nuestras batallas no las peleamos solos, sino con Él a nuestro lado.
Reflexiona: ¿Estás confiando en que Dios pelea tus batallas y te protege en todo momento?
En Lucas 11, Jesús confronta a los líderes religiosos que buscan señales pero no creen en Él. En Lucas 11:29, dice:
"Esta generación malvada insiste en pedir una señal milagrosa, pero la única señal que les daré es la señal de Jonás" (NTV).
Jonás estuvo tres días en el vientre del pez, señal que prefiguraba la muerte y resurrección de Jesús.
Luego, Jesús enseña que la luz de Dios debe brillar en nosotros. En Lucas 11:34, dice:
"Tu ojo es una lámpara que ilumina tu cuerpo. Cuando tu ojo es sano, todo tu cuerpo está lleno de luz. Pero cuando tu ojo está enfermo, tu cuerpo está lleno de oscuridad" (NTV).
Jesús nos advierte que si nuestro corazón está lleno de hipocresía o incredulidad, estaremos en oscuridad, pero si buscamos la verdad, Su luz nos llenará.
Finalmente, Jesús denuncia a los fariseos por su religiosidad externa sin un verdadero cambio de corazón. En Lucas 11:42, les dice:
"¡Qué aflicción les espera, fariseos! Pues se cuidan de dar el diezmo sobre el más mínimo ingreso de sus jardines de hierbas, pero pasan por alto la justicia y el amor de Dios" (NTV).
Jesús deja claro que la vida cristiana no se trata solo de reglas externas, sino de vivir con amor y justicia genuina.
Reflexiona: ¿Tu fe es solo externa, o realmente estás permitiendo que la luz de Jesús transforme tu corazón?
En Salmo 55, David expresa el dolor de ser traicionado por alguien cercano. En Salmo 55:12-13, dice:
"No es mi enemigo el que me insulta; si lo fuera, podría soportarlo. No es mi adversario el que se levanta contra mí; de él podría esconderme. En cambio, eres tú, mi igual, mi compañero y mi amigo íntimo" (NTV).
David no solo enfrenta enemigos, sino que siente el dolor de la traición de alguien en quien confiaba.
Pero en medio de su angustia, David no se desespera, sino que clama a Dios. En Salmo 55:16-17, declara:
"Yo clamaré a Dios, y el Señor me rescatará. Mañana, tarde y noche clamo en medio de mi angustia, y el Señor oye mi voz" (NTV).
Esto nos recuerda que cuando somos traicionados o enfrentamos angustia, podemos encontrar refugio en Dios a través de la oración.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 17-18, Lucas 11:1-28 y el Salmo 55:6-11. En Deuteronomio 17, Dios establece las normas para el liderazgo de Su pueblo, especialmente para los futuros reyes de Israel. En Deuteronomio 17:18-19, dice:
"Cuando suba al trono real, deberá hacer una copia de este conjunto de instrucciones en un rollo en presencia de los sacerdotes levitas. Tendrá que mantener esa copia siempre consigo y leerla todos los días de su vida" (NTV).
Dios establece que el verdadero liderazgo está fundamentado en Su Palabra y que los líderes deben vivir en humildad y obediencia.
En Deuteronomio 18, Dios advierte sobre los falsos profetas y establece que el pueblo debe escuchar solo a aquellos que hablan en Su nombre. En Deuteronomio 18:18, Dios promete:
"Levantaré de entre sus propios hermanos un profeta como tú. Pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le ordene" (NTV).
Esta es una profecía que apunta a Jesús, el Profeta definitivo enviado por Dios para guiarnos a la verdad.
Reflexiona: ¿Estás guiando tu vida y liderazgo basado en la Palabra de Dios?
En Lucas 11, los discípulos le piden a Jesús que les enseñe a orar, y Él les da el Padre Nuestro. En Lucas 11:2, dice:
"Padre, que siempre sea santificado tu nombre. Que tu reino venga pronto" (NTV).
Jesús nos enseña a orar con reverencia, buscando la voluntad de Dios y confiando en Su provisión diaria.
Más adelante, Jesús comparte la parábola del amigo insistente, enseñando que debemos orar con persistencia y confianza. En Lucas 11:9, Jesús nos anima:
"Sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando y la puerta se les abrirá"(NTV).
Luego, Jesús expulsa un demonio y responde a quienes lo acusan de hacerlo por el poder de Satanás. En Lucas 11:20, Él declara:
"Si echo fuera demonios por el poder de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes" (NTV).
Esto nos recuerda que el poder de Dios es mayor que cualquier oposición del enemigo.
Finalmente, en Lucas 11:28, Jesús dice:
"Pero aún más benditos son todos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica" (NTV).
Reflexiona: ¿Estás orando con fe y viviendo en obediencia a la Palabra de Dios?
En Salmo 55, David expresa su deseo de escapar de la angustia. En Salmo 55:6-7, dice:
"Si tan solo tuviera alas como una paloma, me iría volando y descansaría. Saldría muy lejos, a la paz del desierto"(NTV).
David enfrenta un gran dolor, pero en lugar de huir, elige clamar a Dios.
En Salmo 55:9, ora:
"Confunde a mis enemigos, Señor, y frustra sus planes, porque veo violencia y conflicto en la ciudad" (NTV).
Esto nos recuerda que cuando enfrentamos angustia, la mejor respuesta es acudir a Dios en oración y confianza.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 15-16, Lucas 10 y el Salmo 55:1-5. En Deuteronomio 15, Dios establece el año de remisión, un tiempo donde las deudas eran perdonadas y se liberaba a los esclavos hebreos. En Deuteronomio 15:7-8, Dios manda:
"Pero si hay israelitas pobres en tu pueblo, en la tierra que el Señor tu Dios te da, no endurecerás tu corazón ni le cerrarás la mano a tu hermano pobre. Más bien, sé generoso y préstale lo que necesite" (NTV).
Dios nos enseña que la generosidad no debe depender de nuestras circunstancias, sino de nuestra confianza en Él.
En Deuteronomio 16, Dios recuerda la celebración de la Pascua, la Fiesta de las Semanas y la Fiesta de los Tabernáculos, estableciendo tiempos de gratitud y adoración. En Deuteronomio 16:17, dice:
"Cada uno debe dar según sus posibilidades, en proporción a las bendiciones que haya recibido del Señor tu Dios"(NTV).
Esto nos recuerda que nuestra adoración a Dios incluye dar con gratitud y generosidad.
Reflexiona: ¿Estás siendo generoso con lo que Dios te ha dado y confiando en Su provisión?
En Lucas 10, Jesús envía a setenta y dos discípulos a predicar el reino de Dios. Les dice en Lucas 10:2:
"La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos" (NTV).
Jesús nos muestra que el evangelio es un llamado a ir, servir y proclamar el mensaje de salvación.
Luego, un experto en la ley le pregunta a Jesús: "¿Quién es mi prójimo?", y Jesús responde con la Parábola del Buen Samaritano. En Lucas 10:36-37, Jesús pregunta:
"¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del hombre atacado por los bandidos?"El hombre contestó: 'El que mostró compasión'. Entonces Jesús le dijo: 'Así es, ahora ve y haz lo mismo'" (NTV).
Este pasaje nos enseña que el amor a Dios se refleja en la manera en que servimos y ayudamos a los demás, sin importar quiénes sean.
Finalmente, Jesús visita a Marta y María. Marta está ocupada sirviendo, mientras que María se sienta a los pies de Jesús a escucharle. Jesús le dice en Lucas 10:41-42:
"Mi apreciada Marta, estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles. Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse, y María la ha descubierto" (NTV).
Esto nos recuerda que el servicio es importante, pero nunca debe reemplazar nuestra comunión con Jesús.
Reflexiona: ¿Estás equilibrando el servicio a Dios con una relación íntima con Él?
En Salmo 55, David clama a Dios en medio de una gran angustia. En Salmo 55:1-2, dice:
"Escucha mi oración, oh Dios, no ignores mi ruego. Por favor, escúchame y respóndeme, porque me abruma mi angustia" (NTV).
David describe su miedo y desesperación, pero esto nos enseña que podemos traer nuestras cargas ante Dios, sin importar cuán pesadas sean.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 13-14, Lucas 9:37-62 y el Salmo 54:1-7. En Deuteronomio 13, Dios da una advertencia fuerte sobre los falsos profetas y aquellos que intentan desviar a Su pueblo hacia la idolatría. En Deuteronomio 13:4, dice:
"Sirvan solo al Señor su Dios y teman solo a Él. Obedezcan Sus mandatos, escuchen Su voz y aférrense a Él"(NTV).
Dios deja claro que nada ni nadie debe apartarnos de nuestra devoción a Él.
En Deuteronomio 14, Dios establece leyes sobre la pureza y la alimentación, recordando a Israel que son un pueblo santo y apartado. En Deuteronomio 14:2, dice:
"Fueron apartados como pueblo santo para el Señor su Dios, y Él los eligió de entre todas las naciones de la tierra para que sean Su tesoro especial" (NTV).
Dios nos llama a vivir una vida diferente, reflejando Su santidad y fidelidad en cada aspecto de nuestra vida.
Reflexiona: ¿Estás viviendo apartado para Dios, evitando todo lo que pueda apartarte de Su camino?
En Lucas 9:37-62, Jesús enseña sobre fe, humildad y el compromiso total de seguirlo.
Primero, un padre desesperado trae a su hijo endemoniado, y los discípulos no logran liberarlo. Jesús reprende su falta de fe y, con autoridad, sana al niño. Esto nos recuerda que sin fe en Jesús, no podemos experimentar Su poder.
Luego, Jesús habla sobre la verdadera grandeza, diciendo en Lucas 9:48:
"El más insignificante entre ustedes es el más importante" (NTV).
En el camino, alguien le dice a Jesús que quiere seguirlo, pero primero debe atender otras prioridades. Jesús responde en Lucas 9:62:
"El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios" (NTV).
Esto nos enseña que seguir a Jesús requiere entrega total, sin distracciones ni excusas.
Reflexiona: ¿Estás dispuesto a dejar todo por seguir a Jesús sin mirar atrás?
En Salmo 54, David clama a Dios cuando es perseguido y traicionado. En Salmo 54:4, declara con confianza:
"Dios es mi ayudador; el Señor me mantiene con vida" (NTV).
A pesar de la traición y el peligro, David confía en que Dios lo defenderá y lo librará.
En el versículo 7, David proclama victoria antes de verla cumplida:
"Porque me has rescatado de mis dificultades y he visto la destrucción de mis enemigos" (NTV).
Esto nos recuerda que cuando confiamos en Dios, podemos estar seguros de que Él nos sostendrá y nos librará en Su tiempo perfecto.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 11-12, Lucas 9:1-36 y el Salmo 53:1-6. En Deuteronomio 11, Moisés recuerda al pueblo las bendiciones de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia. En Deuteronomio 11:13-14, Dios promete:
"Si obedecen fielmente los mandatos que hoy les entrego y aman al Señor su Dios y lo sirven con todo el corazón y con toda el alma, entonces él enviará las lluvias apropiadas en las estaciones tempranas y tardías, para que puedan traer sus cosechas de grano, vino nuevo y aceite de oliva" (NTV).
Dios quiere un amor y una obediencia genuina. No se trata solo de cumplir reglas, sino de confiar en Él con todo nuestro ser.
En Deuteronomio 12, Dios manda destruir toda idolatría y adorarle solo en el lugar que Él elija. En Deuteronomio 12:28, Moisés les dice:
"Asegúrense de obedecer todos mis mandatos para que les vaya bien a ustedes y a sus hijos después de ustedes, porque estarán haciendo lo que es bueno y agradable ante los ojos del Señor su Dios" (NTV).
Esto nos recuerda que obedecer a Dios no solo nos bendice a nosotros, sino también a las generaciones futuras.
Reflexiona: ¿Estás amando a Dios con todo tu corazón y obedeciéndolo en cada área de tu vida?
En Lucas 9, Jesús envía a Sus discípulos a predicar y sanar con poder y autoridad. En Lucas 9:2, dice:
"Luego los envió para que anunciaran a todos acerca del reino de Dios y sanaran a los enfermos" (NTV).
Jesús nos muestra que los que le siguen no solo son oyentes, sino también enviados a llevar Su mensaje con poder.
Más adelante, Jesús hace un milagro impresionante: la multiplicación de los panes y los peces, alimentando a más de cinco mil personas. Esto nos recuerda que cuando ponemos lo poco que tenemos en Sus manos, Él lo multiplica para bendición de muchos.
Luego, en Lucas 9:23, Jesús deja una enseñanza clave para quienes desean seguirlo:
"Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme" (NTV).
Ser discípulo de Jesús significa rendición total, entrega y confianza en Él cada día.
Finalmente, en Lucas 9:28-36, vemos la Transfiguración de Jesús, donde Su gloria es revelada y aparece con Moisés y Elías. En ese momento, una voz del cielo declara:
"Este es mi Hijo, mi elegido. ¡Escúchenlo!" (Lucas 9:35, NTV).
Aquí Dios confirma la identidad de Jesús como Su Hijo y nos llama a escucharle y seguirle.
Reflexiona: ¿Estás dispuesto a tomar tu cruz cada día y seguir a Jesús, confiando en Su poder y autoridad?
En Salmo 53, el salmista describe la corrupción de quienes niegan a Dios. En Salmo 53:1, dice:
"Solo los necios dicen en su corazón: ‘No hay Dios’. Son corruptos, y sus acciones son malas; no hay ni uno solo que haga lo bueno" (NTV).
Pero el salmo concluye con una nota de esperanza en Salmo 53:6:
"¿Quién vendrá del monte Sión para rescatar a Israel? Cuando el Señor restaure a su pueblo, ¡Jacob se alegrará, e Israel se gozará!" (NTV).
Esto nos recuerda que aunque el mundo sea corrupto, nuestra salvación y esperanza vienen solo de Dios.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 9-10, Lucas 8:40-56 y el Salmo 52:1-9. En Deuteronomio 9, Moisés recuerda al pueblo de Israel que su éxito y bendición no son por su justicia, sino por la fidelidad y gracia de Dios. En Deuteronomio 9:6, dice:
"Tengan por seguro que el Señor su Dios no les da esta buena tierra porque ustedes sean justos, porque no lo son; son un pueblo terco" (NTV).
Moisés menciona cómo Israel falló repetidamente, incluyendo la adoración al becerro de oro, y cómo él intercedió por ellos ante Dios.
En Deuteronomio 10, Moisés habla de la misericordia de Dios y Su llamado a una vida de obediencia y amor. En Deuteronomio 10:12-13, dice:
"Ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Solo que temas al Señor tu Dios, que vivas de una manera que le agrada, que lo ames y lo sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma" (NTV).
Esto nos recuerda que Dios nos llama a caminar en humildad, reconociendo que todo lo que tenemos es por Su gracia, no por nuestros méritos.
Reflexiona: ¿Estás viviendo con gratitud y humildad, reconociendo que todo lo que tienes es por la gracia de Dios?
En Lucas 8:40-56, vemos dos milagros poderosos que nos muestran el amor y el poder de Jesús.
Primero, un líder de la sinagoga llamado Jairo le ruega a Jesús que sane a su hija de 12 años que está muriendo. Mientras Jesús va en camino, una mujer que había estado enferma por 12 años toca Su manto con fe y es sanada instantáneamente. Jesús le dice en Lucas 8:48:
"Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz" (NTV).
Poco después, llegan noticias de que la hija de Jairo ha muerto, pero Jesús le dice:
"No tengas miedo; solo ten fe, y ella será sanada" (Lucas 8:50, NTV).
Jesús entra en la casa, toma a la niña de la mano y le dice:
"¡Niña, levántate!" (Lucas 8:54, NTV).
La niña vuelve a la vida, demostrando que para Jesús, nada es imposible.
Estos relatos nos enseñan que la fe genuina nos acerca al poder de Dios y que Jesús es nuestra fuente de sanidad y restauración.
Reflexiona: ¿Estás confiando en Jesús para sanar y restaurar las áreas rotas de tu vida?
En Salmo 52, el salmista contrasta la arrogancia del malvado con la seguridad de aquel que confía en Dios. En Salmo 52:7, dice:
"Miren lo que sucede con los poderosos, aquellos que no buscan refugio en Dios, sino que confían en su gran riqueza y tramaban su destrucción" (NTV).
Pero en el versículo 8, el salmista describe a los justos:
"Pero yo soy como un olivo que florece en la casa de Dios; siempre confiaré en el amor inagotable de Dios" (NTV).
Esto nos recuerda que la verdadera seguridad no está en el dinero ni en el poder, sino en la fidelidad de Dios.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 7-8, Lucas 8:1-39 y el Salmo 51:14-19. En Deuteronomio 7, Dios promete bendiciones a Israel si permanecen fieles a Su pacto y se apartan de la idolatría. En Deuteronomio 7:9, Moisés recuerda al pueblo:
"Entiende, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, que cumple Su pacto por mil generaciones y derrama Su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen Sus mandatos" (NTV).
Dios deja claro que la obediencia trae bendición, pero la desobediencia tiene consecuencias.
En Deuteronomio 8, Moisés advierte a Israel que no se olvide de Dios cuando experimenten abundancia. En Deuteronomio 8:17-18, dice:
"Tal vez pienses: ‘Es mi propio poder y la fuerza de mi mano lo que me ha hecho rico’. Acuérdate del Señor tu Dios. Él es quien te da las fuerzas para obtener riquezas" (NTV).
Esto nos recuerda que todo lo que tenemos es por gracia de Dios y que debemos vivir con gratitud y dependencia de Él.
Reflexiona: ¿Estás reconociendo que toda bendición viene de Dios y viviendo en obediencia a Él?
En Lucas 8, vemos a Jesús enseñando y realizando milagros que demuestran Su autoridad.
Primero, Jesús cuenta la parábola del sembrador, donde describe cómo diferentes tipos de corazones reciben la Palabra de Dios. En Lucas 8:15, dice:
"Pero la semilla que cayó en buena tierra representa a los que oyen la palabra de Dios, la retienen en un corazón bueno y sincero, y con paciencia producen una cosecha abundante" (NTV).
Más adelante, Jesús calma la tormenta en el mar con solo una palabra, mostrando que Él tiene poder sobre la naturaleza.
Luego, en Lucas 8:26-39, Jesús libera a un hombre poseído por una legión de demonios, quien vivía en las tumbas y era considerado un caso perdido. Después de su liberación, el hombre es encontrado "sentado a los pies de Jesús, vestido y en su sano juicio" (Lucas 8:35, NTV).
Jesús le dice en Lucas 8:39:
"Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti" (NTV).
Este pasaje nos muestra que no hay vida que Jesús no pueda transformar.
Reflexiona: ¿Estás permitiendo que Jesús transforme tu vida y compartiendo Su obra con los demás?
En Salmo 51, David expresa su arrepentimiento después de pecar. En Salmo 51:17, dice:
"El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y humilde, oh Dios" (NTV).
Dios no busca solo rituales o palabras, sino un corazón verdaderamente arrepentido.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 5-6, Lucas 7:18-50 y el Salmo 51:7-13. En Deuteronomio 5, Moisés recuerda al pueblo los Diez Mandamientos, resaltando la importancia de obedecerlos. Dios les recuerda en Deuteronomio 5:29:
"¡Oh, si siempre tuvieran un corazón así, que me temiera y obedeciera todos mis mandatos! Entonces les iría bien a ellos y a sus descendientes para siempre" (NTV).
Dios no da mandamientos solo para imponer reglas, sino para el bien de Su pueblo.
En Deuteronomio 6, encontramos uno de los pasajes más importantes de la Biblia, el Shemá, que dice en Deuteronomio 6:4-5:
"Escucha, oh Israel: ¡El Señor nuestro Dios es el único Señor! Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas" (NTV).
Dios no solo busca obediencia externa, sino un amor completo y sincero.
Reflexiona: ¿Estás amando a Dios con todo tu corazón y obedeciendo Sus mandamientos con gozo?
En Lucas 7, vemos cómo la fe en Jesús transforma vidas.
Primero, Juan el Bautista, desde la cárcel, envía a sus discípulos a preguntar si Jesús es el Mesías. Jesús responde mostrando Sus obras:
"Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les predica la Buena Noticia" (Lucas 7:22, NTV).
Jesús no solo hablaba, sino que su poder se manifestaba en hechos.
Luego, Jesús es invitado a la casa de un fariseo llamado Simón, donde una mujer pecadora entra y unge Sus pies con perfume, llorando y secándolos con su cabello. Simón critica esto en su corazón, pero Jesús le responde con una parábola sobre el perdón y dice en Lucas 7:47:
"Te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados, por eso me mostró tanto amor. Pero una persona a quien se le perdona poco muestra poco amor" (NTV).
Jesús declara en Lucas 7:50:
"Tu fe te ha salvado; ve en paz" (NTV).
Esta historia nos muestra que el verdadero amor y la gratitud nacen del perdón de Dios en nuestras vidas.
Reflexiona: ¿Estás acercándote a Jesús con humildad, reconociendo Su gracia y amor?
En Salmo 51, David clama a Dios por perdón y restauración. En Salmo 51:7, dice:
"Purifícame de mis pecados, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve" (NTV).
David no solo pide perdón, sino un cambio profundo en su corazón. En Salmo 51:10, clama:
"Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí" (NTV).
Esto nos recuerda que el arrepentimiento no es solo decir “lo siento”, sino desear una transformación real en nuestra vida.
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Hoy estaremos leyendo Deuteronomio 3-4, Lucas 7:1-17 y el Salmo 51:1-6. En Deuteronomio 3, Moisés recuerda cómo Dios les dio la victoria sobre los reyes de Basán y los amorreos, entregando su tierra a Israel. Sin embargo, Moisés también menciona que Dios no le permitió entrar en la Tierra Prometida debido a su desobediencia en el pasado. En Deuteronomio 3:27, Dios le dice:
"Sube a la cima del monte Pisga y mira la tierra en todas direcciones. Obsérvala bien, porque no cruzarás el río Jordán" (NTV).
Aunque Dios no le permitió entrar a Moises, sigue siendo fiel a Su promesa de dar la tierra a Su pueblo.
En Deuteronomio 4, Moisés llama a Israel a obedecer los mandamientos de Dios y no apartarse de ellos, recordándoles en Deuteronomio 4:9:
"Pero cuídense y guarden bien su alma, para que nunca se olviden de las cosas que han visto. Transmítanlas a sus hijos y a sus nietos" (NTV).
Esto nos enseña que Dios es fiel en Sus promesas, pero espera que vivamos en obediencia y enseñemos Su verdad a las próximas generaciones.
Reflexiona: ¿Estás recordando la fidelidad de Dios en tu vida y caminando en obediencia a Su Palabra?
En Lucas 7, encontramos dos historias poderosas que muestran la autoridad y compasión de Jesús.
Primero, un centurión romano, cuya fe sorprende a Jesús. Aunque no era judío, este hombre entendía el poder de la palabra de Jesús y le dice en Lucas 7:7:
"Ni siquiera soy digno de ir a verte. Solo di la palabra desde donde estás y mi siervo sanará" (NTV).
Jesús responde con admiración:
"Les digo, ni siquiera en Israel he visto una fe como esta" (Lucas 7:9, NTV).
El siervo del centurión es sanado en ese mismo momento, mostrándonos que la fe en la autoridad de Jesús trae milagros.
Luego, Jesús resucita al hijo de una viuda en la ciudad de Naín. En Lucas 7:13-14, dice:
"Cuando el Señor la vio, su corazón rebosó de compasión. ‘No llores’, le dijo. Luego se acercó al ataúd y lo tocó"(NTV).
Con solo Su palabra, el joven volvió a la vida, dejando claro que Jesús no solo sana, sino que tiene poder sobre la muerte misma.
Reflexiona: ¿Estás confiando en el poder de Jesús para sanar, restaurar y traer vida a las áreas muertas de tu vida?
El Salmo 51 es una oración de arrepentimiento profundo de David después de su pecado con Betsabé. En Salmo 51:1-2, él clama:
"Ten misericordia de mí, oh Dios, debido a tu amor inagotable. Debido a tu gran compasión, borra la mancha de mis pecados. Lávame de mi culpa, purifícame de mi pecado" (NTV).
David no justifica su pecado, sino que reconoce su maldad y busca un cambio real en su corazón. En Salmo 51:6, dice:
"Pero tú deseas honradez desde el vientre, y aun allí me enseñas sabiduría" (NTV).
Esto nos recuerda que el arrepentimiento verdadero no es solo pedir perdón, sino desear un corazón renovado y transformado por Dios.
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