Episodi

  • Su excelencia en la improvisación, sobre todo en los sones montunos, consagró a Pío Leyva.

    Los primeros minutos del programa los acompaña en tres tiempos este legendario cantor quien, a lo largo de su extensa trayectoria, mantuvo en alto el emblema sonero.

    Lo escucharemos con la orquesta de Nabú Antúnez, andadura musical que lo llevó poco tiempo después al catálogo Panart, la pionera disquera independiente cubana, como parte del grupo de Francisco Repilado "Compay Segundo".

    Para los últimos años 50s el inquieto sonero de Morón ya sentaba cátedra en los salones bailables cristalizando la leyenda de "el montunero de Cuba". El desarrollo alcanzado por la industria del disco, como parte de la sólida maquinaria de producción y difusión musicales en la Isla, propiciaba el surgimiento de numerosas etiquetas.

    Bebo con su banda 'Sabor' le brindó apoyo al inquieto Pío Leyva en numerosos singles.

    'Pío mentiroso', uno de sus grandes éxitos, nos permite disfrutar del arte de este incansable sonero. El inesperado boom comercial del 'Buenavista Social Club' le dió la oportunidad de despedirse en grande. El 22 de marzo de 2006, a los 88 años, se detuvo su corazón. Había nacido el 5 de mayo de 1917.

    Los históricos catálogos discográficos RCA Víctor, Panart y Maype nos permitirán recordar a Roberto Espí en el 25 aniversario de su partida.

    Con el respaldo de su Conjunto Casino, y en tiempo de bolero, nos acompañará este trovador que vio la luz el 26 de mayo en el Cienfuegos de 1913.

    Siendo apenas un adolescente se vinculó al mundo de la trova y el son. En 1931 fundó el Conjunto Lírico Caunabó y cuatro años más tarde su travesía artística lo llevó a trasladarse a La Habana donde integrará varios tríos junto a Mario Soto, Angel Alday y los hermanos Izquierdo.

    Desde 1940 hasta 1974 completó las diferentes trilogías y cuartetas vocales del Conjunto Casino. Al frente de esta agrupación la influencia del mundo trovadoresco lo llevó a fomentar la combinación de las voces prima, segunda y tercera.

    Memorables en ese sentido fueron los numerosos duetos que dejó en discos y presentaciones radiofónicas, combinando su voz segunda con las primas de Nelo Sosa, Alfredito Valdés, Roberto Faz y Orlando Vallejo, entre otros.

    En 1962 se despidió del mundo del disco estrenando -para la etiqueta independiente Maype- el bolero de su antiguo colega de trovas Jesús Díaz titulado: "Así me pagas tú".

    Buen recuerdo para Roberto Espí quién falleció en La Habana el 14 de mayo de 1999.

    Seguidamente los catálogos de los sellos independientes Panart y Kubaney nos acercarán algo de la vida y obra del maestro Luis Carbonell.

    Artista todo terreno, a la par de su brillante carrera como declamador, desarrolló igualmente en lo musical una notable labor como repertorista, director coral, productor discográfico y pianista acompañante.

    Hoy comenzamos recordándolo junto al trío femenino "Antillano", conformado por Francis Nápoles, Isaura Mendoza y Nelia Núñez. Acompañó la orquesta Panart bajo la dirección del Niño Rivera.

    Luis Carbonell y un álbum joya que vio la luz gracias a su notable talento como productor y director coral: "Esther Borja canta a dos, tres y cuatro voces". Una producción "Kubaney" donde intervino como instrumentista y donde también destacó la compositora y pianista santiaguera Nutmidia Vaillant.

    Y el 6 mayo de 1995 se despedía la voz de cristal del danzón cantado: Barbarito Diez. La mítica danzonera del "mago de las teclas" Antonio María Romeu fue la orquesta de sus triunfos definitivos.

    Los tiempos dorados de la bohemia, la trova y las tertulias del habanero Café "Vista Alegre" de los primeros años 30, regresan gracias a otro buen empeño de Ramón Sabat y su etiqueta Panart.

    Barbarito junto a Isaac Oviedo y Graciano Gómez, las entrañables voces del mítico café habanero.

  • El estilo del trío 'La Rosa' nos permite repasar el catálogo inicial del primer sello independiente cubano: Panart.

    Fundado por el guitarrista y cantante Julio León en el Santiago de Cuba de 1943, como muchos de sus contemporáneos sus integrantes tardaron sólo unos años en trasladarse a la capital cubana en busca de mejor fortuna.

    Las grabaciones que efectúan a partir de la segunda mitad de los años 40, para la etiqueta de Ramón Sabat, tienen buena acogida siendo sus integrantes: Juan Serrano, primera voz y percusión; Julio León Rodríguez en la guitarra acompañante, y Juan Francisco de la Rosa, tercera voz y guitarra prima.

    El trío 'La Rosa' triunfa imponiendo un variado repertorio donde, a la par de boleros, guajiras, sones y montunos, sobresalen las guarachas. Entre estás últimas las escritas por el gran Ñico Saquito.

    La histórica señal de la radio independiente cubana nos permite sintonizar la CMQ Radio de Monte y Prado. Como parte del elenco artístico que animaba las fabulosas audiciones del 'Club del Swing': un juvenil Mario Romeu.

    Perteneciente a la importante dinastía musical de los Romeu, Mario vio la luz en la localidad habanera de Regla el 27 de abril de 1924.

    Su inmenso talento le permitió moverse entre lo sinfónico, el jazz y lo popular como pianista, arreglista, compositor y conductor de orquesta.

    A cien años de su natalicio recordaremos algo de su prolífico legado.

    'La comparsa', el clásico de Ernesto Lecuona, a la manera de Mario Romeu, conduciendo además la orquesta del Instituto Cubano de Radio y Televisión del año 1988.

    Su dominio sobre el mundo rítmico, armónico y melódico de los jazz bands cubanos le permitió, finalizando los años 80, asumir junto a Gonzalo Romeu, la banda sonora de la película de Enrique Pineda Barnet: 'La bella del Alhambra'.

    Las palabras de la veterana actriz del teatro criollo: Amalia Sorg, caracterizada por Beatriz Valdés nos devuelven la 'Canción de Rachel'.

    El hermoso tema principal de la formidable producción fílmica, compuesto y ejecutado por Mario Romeu, nos recuerda el centenario de este importante músico cubano fallecido en La Habana el 8 de enero de 2017.

    Ernesto Duarte no fue sólo el autor del clásico 'Cómo fué'.

    Desde que fundó su propia jazz band, finalizando los años 40, y conocida entonces como Orquesta 'Continental', demostró cualidades excelentes como pianista, arreglista y conductor.

    Arropados por la orquesta de Ernesto Duarte le pondrán voz y sentimiento a este segmento: Tata Ramos, Rolando Laserie, Rolo Martínez, Fernando González y Celeste Mendoza.

    Así también validamos la incidencia del concepto rítmico, armónico y melódico de Duarte en la sonoridad de los jazz bands cubanos.

    En la despedida uno de los grandes intérpretes de la guajira y el montuno cubanos: Cheo Marquetti.

    Improvisador de altos quilates dejó honda huella entre los cantores de su tiempo. Con diferentes apoyos instrumentales, donde sobresalió el conjunto sonero, fue uno de los referentes vocales que tuvieron en cuenta (en pleno auge la maquinaria 'salsera') intérpretes como Papaíto, Pete 'Conde' Rodríguez y Roberto Torres, entre muchos más.

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  • En tres tiempos recordaremos al Sonero de Regla: Roberto Faz. El 26 de abril de 1966, partió a la luz en la madurez de su carrera artística.

    Su prolífico legado discográfico, registrado inicialmente con el Conjunto "Kubavana", después con el Conjunto "Casino" y a partir de 1956 con su propia agrupación, aquilata su inmenso magisterio.

    Idolo del pueblo hay quienes insisten en distinguirlo como "el mejor sonero blanco" ignorando que el mismo origen humilde de Faz (como el de la inmensa mayoría de los músicos populares) impidió extender las barreras clasistas y raciales impuestas, hasta hoy, por los grupos de poder en la isla.

    Roberto Faz a los 51 años dejaba una profunda huella sentimental y sonora que, medio siglo después, continúa resonando entre los amantes de la música cubana.

    Nacido en la localidad habanera de Regla, el 18 de septiembre de 1914, luego de un incesante bregar artístico que, desde su niñez, alcanzó buena parte de los años 30, comenzó a imponer su arte en los salones bailables mediando los 40, hasta pocos días antes de sorprenderlo la muerte.

    Buen recuerdo para Carlos Díaz. "Hojas muertas" el clásico del binomio autoral Kosma y Prevert, fue uno de sus primeros grandes éxitos en 1954.

    Producción editada por la recién fundada etiqueta "Puchito" de Jesús Gorís quien, con un atractivo catálogo y a la par de la pionera "Panart", comenzaba a situarse entre las disqueras de importancia en la isla.

    Carlos Díaz, quien fuera cantante de planta de la veterana jazz band Hermanos Castro, continúa acompañándonos, esta vez desde un álbum joya editado por la etiqueta Panart finalizando los años 50. Excelente trabajo discográfico rememorando el repertorio de otra jazz band histórica que vio la luz gracias a un desprendimiento de la Hermanos Castro en 1937: la "Casino de la Playa".

    Ernesto Lecuona. Nacido en la localidad habanera de Guanabacoa el 6 de agosto de 1895, murió lejos de su tierra, en Santa Cruz de Tenerife, España, el 29 de noviembre de 1963.

    Durante los próximos minutos cuatro piezas del genio de Guanabacoa.

    "La comparsa" a la manera de la Orquesta Aragón.
    Otro clásico de Lecuona, traducido armónicamente por el Niño Rivera. Arreglo para la orquesta de cuerdas Panart teniendo como vocalista a Orlando Vallejo. Condujo el maestro Rafael Somavilla: "Siempre en mi corazón".

    Gracias a la entrega del maestro Huberal Herrera, rescatamos el vals-jota "Aragón".

    El maestro Lecuona acompaña al tenor de las Américas: Pedro Vargas. Catálogo Victor de los años 30 del siglo XX. Es el vals canción: "Muñeca de cristal".

    En la despedida retomamos algo de la obra de la leyenda Matamoros. Para ello contamos con algunas veteranas ediciones de la etiqueta norteamericana RCA Víctor. Sonidos que nos permiten aquilartar la premonitoria visión de Don Miguel al reconocer los talentos de dos grandes soneros: Beny Moré y Carlos Embale. Elementos que sumó a su magnífico conjunto entre 1945 y 1946.

    Completaban las voces del conjunto Matamoros: Juana María Casas "La Mariposa" y, por supuesto, Siro Rodríguez con su inconfundible voz segunda.

  • Uno de los horcones fundamentales de la música popular cubana.

    La inmensa obra autoral e interpretativa de Miguel Matamoros, cantante, guitarrista y compositor santiaguero (a 53 años de su muerte) sigue representando lo más auténtico de nuestra música a nivel mundial.

    Una verdadera suerte que esta cápsula del tiempo despegue al compás de ciertos sones de Don Miguel. El 15 de abril de 1971, en su natal Santiago de Cuba, la leyenda Matamoros partió a la luz. Había nacido el 8 de mayo de 1894.

    Los sucesivos éxodos provocados por la dictadura, desde de los primeros años 60, han incidido indiscutiblemente en la suerte del sector artístico musical. Durante más de seis décadas importantes figuras del canto lirico como Xiomara Alfaro, Marta Pérez, Panchito Naya, Zoraida Marrero, Hortensia Coalla, Sarita Escarpenter, Armando Pico, Manolo Alvarez Mera, Ninón Lima y Humberto Diez, por sólo citar algunos, murieron lejos de Cuba.

    Desafortunadamente el 13 de abril de 2024 se sumó a esa lista el destacado barítono Ramón Calzadilla quien falleció en Cuernavaca, México, su segunda patria desde los años 90.

    Hoy recordaremos el arte de este maestro del canto lirico con dos canciones que interpretó el 23 de mayo de 1965 en el entrañable espacio televisivo "Album de Cuba".

    "Nunca te lo diré" y "Seré feliz cuando tú me quieras", dos piezas originales de los maestros Gonzalo Roig y Adolfo Guzmán, respectivamente.

    Otra de las creaciones de Matamoros nos permite seguir viaje y regresar a los míticos estudios de la CMQ RadioCentro, estrenados en marzo de 1948 en la intersección de 23 y M del Vedado habanero.

    Es el trío de Servando Díaz con su formación del año 1950: Otilio Portal, Mario Recio y Servando.

    El 10 de octubre de 1922 la señal de la PWX inauguró con carácter oficial la era radiofónica en Cuba. Desde el primer día la música en directo presentó credenciales.

    Así, en las décadas siguientes, y en un país tan musical como el nuestro fue elemento indispensable a la hora de vertebrar las más variadas programaciones.

    Rita Montaner, la legendaria figura del teatro, el cine, la radio y la televisión, formó parte del elenco escogido por la directiva de la pionera PWX de la Cuban Telephone Company para estrenar su señal.

    Verdadero monstruo de la escena, casi tres décadas después, "La Única" continuaba dando batalla, siendo presencia habitual en los espacios de más rating.

    El ambiente y la energía de estas presentaciones en directo (y con público) nos permiten descubrir a una Rita Montaner libre de las limitaciones de tiempo de los discos de la época y por tanto más desenvuelta.

    Su voz, gracias a la avanzada técnica de grabación que, a finales de los años 40, instalaba Mestre en los estudios de CMQ, llega con mayor calidez, en contraste con las añejas grabaciones que efectuó para la etiqueta norteamericana Columbia, finalizando los años 20.

    Registros que a pesar de su deficiente sonido impulsaron, sin lugar a dudas, su carrera artística.

    Desde los estudios de la calle 25 y 10, en el Vedado, el incansable Laureano Suárez hacia historia produciendo cientos de miles de grabaciones para marcar la diferencia en el dial con su Radio Cadena Suaritos.

    Se despedían los años 40 y entre las estrellas que presentaba Suaritos sobresalía Miguelito Díaz (ex cantante del trío "Pinareño") como parte de "Los Cumbancheros".

    María Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo divulgaron, en infinidad de audiciones en la Radio Cadena Suaritos, lo más valioso del cancionero trovadoresco.

    Como breve muestra le arrebatamos al olvido estas versiones de "La rosa número 1" y "La rosa número 2", creaciones del insigne compositor Pepe Sánchez. Interpretar ambas piezas, según los trovadores de la primera mitad del siglo XX, era una verdadera prueba de fuego.

  • Buen recuerdo para Graciela Pérez. Radicada en el Nueva York de comienzos de los años 40, se convirtió en la carismática voz que por más de cuatro décadas identificó, junto a Machito, la sonoridad de los "Afrocubans", una de las bandas más progresivas de su tiempo bajo la batuta musical de Mario Bauzá.

    Como parte inicial de su recorrido artístico recordamos la presencia de la juvenil Graciela en formaciones habaneras de importancia. Entre ellas la celebrada agrupación femenina "Anacaona" que, finalizando los años 30s, pasaba del septeto de sones al jazz band.

    Sus formidables cualidades interpretativas, acompañadas de un notable desenfado escénico, le abrieron muy pronto las puertas del éxito.

    Si en la Habana de mediados de los años 40, el más influyente de los cantantes cubanos: Orlando Guerra "Cascarita", triunfaba en el show radial "Pinilla" incluyendo en su repertorio el son montuno del compositor Blanco Suazo "Esto es lo último", en la ciudad de los rascacielos Graciela arrebataba al público latino y norteamericano con una original versión que ha quedado para la historia con otro título: "Mi cerebro".

    Unos minutos más junto al recuerdo de la tremenda Graciela Pérez quien falleció en Nueva York, la ciudad de sus grandes éxitos, el 7 de abril de 2010, a los 95 años.

    "Aquellos a quienes los dioses aman mueren jóvenes" sentenciaba Menandro, el antiguo escritor griego.

    Con la temprana muerte de Amado Borcelá, bien conocido en el ambiente musical de la frontera de los años 50 a los 60 como "Guapachá", la música popular, y en especial el jazz, perdía a uno de sus más grandes exponentes.

    Hoy rescatamos a Guapachá repasando el catálogo RCA Víctor. Así reproducimos una de sus primeras grabaciones acompañado por la banda de Bebo Valdés y el trío de Luisito Plá.

    Sus trabajos para el mundo del disco con Bebo fueron el puente perfecto para que Guapachá comenzara a colaborar, a comienzos de los años 60, con Chucho Valdés. Acompañado por el quinteto de jazz del joven pianista grabó un repertorio considerable editado por la etiqueta estatal Areito.

    Buen recuerdo para Amado Borcelá, el más guapachoso de los pioneros del jazz cubano.

    Cachao López se despidió del siglo XX en grande, gracias al decisivo apoyo del actor Andy García, devenido productor de dos formidables álbumes donde intervinieron además otros valiosos músicos.

    En su doble faceta de instrumentista y arreglista, revisitó un selecto y cubanísimo repertorio.

    En el mes de octubre de 1993 comenzó a trazarse el destino de estos sonidos que al año siguiente el emporio discográfico Sony Music editó bajo el emblema "Cachao Master Session".
    Casi en la despedida seleccionamos algunos tracks de esta formidable producción.

    Andy García intervino poniéndole voz y sentimiento a la conga "El Alcalde", sentido homenaje a su terruño Bejucal y especialmente a su padre René J.García. Adaptación del poema de Federico García Lorca "Son de negros en Cuba" con arreglo musical de Cachao.

    En 1954 hacia mucho que los años de gloria del gran Abelardo Barroso habían quedado atrás. Era cosa del pasado aquellos tiempos maravillosos de los años 20 cuando la fiebre del son se adueñaba de los salones bailables y el sonero entonaba sabroso poniéndole voz a los toques y alambres del "Habanero" y el "Nacional".

    Con el respaldo comercial de "Puchito", la etiqueta de Jesús Gorís, Barroso con la orquesta "Sensación" volvía al ruedo, y está vez para siempre.

    Un repertorio más bien clásico, donde Barroso retomó algunos de los viejos sones que solía cantar, le permitió reafirmar su sitial entre los grandes soneros de la escena cubana, extendiendo su ya longeva trayectoria hasta su retiro de la música, pocos años antes de su muerte.

    Con Abelardo Barroso y la orquesta "Sensación" de Rolando Valdés, nos despedimos.

  • Bienvenido León, trovador y sonero de altos quilates destacó en el ambiente musical de principios del siglo XX por su formidable voz segunda.

    Una grabación de comienzos de los años 20 (producida por la etiqueta norteamericana Columbia) nos permite recordar su etapa como trovador en compañía de Juan de la Cruz y Alberto Villalón en la guitarra.

    "Esa chiquita que me eché en Bayamo", un antiquísimo estribillo, nos acerca el alma de aquellos trovadores que recorrían incansablemente la geografía cubana con sus voces y guitarras.

    El Son, aún despreciado por la sociedad habanera y reducido al ámbito más marginal, ni siquiera soñaba con conquistar los grandes salones bailables cuando en un ambiente más acompasado las trovas y serenatas andaban de moda.

    A pesar de su imperfección estas grabaciones testimonian como, a la par de los tríos, cuartetos y sextetos soneros, los trovadores de principios del siglo XX divulgaban rumbas, sones y guarachas dentro y fuera de la isla de Cuba.

    Bienvenido León también formó parte de esa evolución. Así, poco a poco, fue ganando prestigio entre los buenos cantores ejerciendo al mismo tiempo su oficio de tabaquero para ganarse el sustento.

    Parte indisoluble de la génesis sonera, integrando formaciones como el celebrado Cuarteto Nano, Bienvenido León dejó su obra de mayor peso en el septeto "Nacional" de Ignacio Piñeiro donde su segunda voz fue un sello distintivo junto a grandes como Joseito Núñez, Alfredito Valdés y Carlos Embale, entre otros.

    A continuación recordaremos en tres tiempos al cantante de Santiago de Cuba: René del Mar. Entre 1956 y 1957 integró varias de las armazones vocales del Conjunto Casino junto a Roberto Espí, Orlando Reyes, Felo Martinez, Alberto Díaz, Alberto Ruiz y su coterráneo Fernando Álvarez.

    Su verdadero nombre: René Sarmientos y afincado en La Habana, entre 1951 y finales de 1952 (con el respaldo comercial de la etiqueta Panart) grabó numerosos discos al frente de su propio conjunto.

    En el repertorio de aquella agrupación que llevaba su nombre tuvieron muy buena acogida los boleros "Mil congojas" de Juan Pablo Miranda y "Sinfonía nocturnal" de Adolfo O'Reilly.

    Cantante de los buenos interpretó sones, guarachas, montunos y boleros. A finales de los años 50's, una etapa de mucho movimiento de música y músicos, integró la nómina de una de las jazz bands más antiguas de Cuba: la "Hermanos Castro".

    A René del Mar le perdimos el rastro a comienzos de los años 60.

    La veterana señal de CMQ Radio nos permitirá cubrir los siguientes minutos junto al decano de los animadores y presentadores de Cuba: Germán Pinelli.

    Aunque la radio en directo tuvo una incidencia crucial en su desarrollo artístico, los inicios de su carrera estuvieron vinculados al ambiente teatral donde fue determinante la influencia de su hermana Sol Pinelli, también figura de peso en el desarrollo de la radio y la televisión durante los años 40 y 50.

    Su capacidad para la improvisación, así como su amplísima cultura, le permitieron a Germán Pinelli abrirse un exitoso camino como animador y presentador vinculado a infinidad de shows y espectáculos teatrales, radiofónicos y televisivos.

    Artista talentoso lo mismo se desdoblaba como actor, reportero, redactor noticioso, articulista, o locutor de cabina.

    En infinidad de transmisiones, sobre todo en el emporio CMQ, fue sentando cátedra, vinculado a los shows musicales en directo.
    Innumerables figuras fueron presentadas por este genio de la improvisación quien, a pesar de los años, continúa siendo distinguido como uno de los más grandes exponentes de la animación en la Isla.

    En la memoria Germán Pinelli.

    Nos despedimos con la banda sonora de los tocadiscos cubanos de los primeros años 60.

    Raúl Planas, Fernando González y Guido Soto con el Conjunto "Rumbavana" del percusionista Ricardo Ferro, y Germán Piferrer con la Orquesta de Juanito Márquez.

    Ediciones de las etiquetas independientes Panart y Velvet.

  • 'Pan con timba' un título cubano a más no poder, nos permite comenzar recordando algo de la vida y obra del pianista, arreglista, líder de orquesta y compositor Bebo Valdés.

    Sin embargo (más que resaltar su legado como instrumentista, pionero del jazz y creador del ritmo 'Batanga'), hoy llamamos la atención sobre su inmensa labor como arreglista. En este apartado, durante los años 50, incidió en el sonido de formatos claves como la orquesta de cuerdas y los jazz bands.

    Ambas sonoridades, en función de la canción y el bolero, tuvieron en Bebo a uno de sus grandes artífices. Su labor como productor musical de la etiqueta Gema, fundada por los hermanos Álvarez Guedes en 1957, quedó plasmada en numerosos discos.

    Tres grandes cantantes: Fernando Álvarez, Pacho Alonso y Doris de la Torre interpretando a dos importantes compositoras del feeling cubano: Marta Valdés y Ela O'Farrill.

    Nació en Puerto Príncipe, la capital haitiana, el 21 de marzo de 1919.

    A propósito del 105 aniversario de su natalicio recordaremos en tres tiempos a la cantante, actriz, compositora y folklorista Martha Jean Claude.

    Invitada por Celia Cruz, con quién había hecho amistad durante una de sus presentaciones en Haití, llegó a Cuba por primera vez a mediados de 1952. Como testimonio invaluable, un registro del 26 de agosto de ese año para la etiqueta Seeco: Celia Cruz y Martha Jean Claude con el conjunto 'Sonora Matancera': 'Choucone' (Pájaro amarillo)

    Martha Jean Claude, a finales de 1952, se asentó definitivamente en La Habana. Su arte tiene buena acogida en el ambiente artístico y musical por lo que se le comienza a ver en algunos espacios de la televisión en directo, entre ellos 'El show del mediodía'.

    Su proyección escénica y el profundo conocimiento de los cantos populares y las danzas de su tierra natal le proporcionan una cierta atmósfera exótica que a su vez le abrirá las puertas del cabaret.

    En el mítico 'Tropicana' causa sensación la producción 'Voodu ritual'. Para reforzar su carga espiritual, se presenta justo a las 3 de la madrugada.

    Nos acompaña uno de los cortes del album que le produjo por esas fechas la etiqueta independiente Gema a la cantante haitiana.

    Bautizada como la 'Hija de dos Islas' en sus presentaciones en la radio y televisión cubanas difundió siempre los cantos y ritmos del folklore haitiano.

    Martha Jean Claude falleció en La Habana el 14 de noviembre de 2001. La orquesta Aragón nos recuerda su faceta como compositora.

    Recién estrenados sus estudios en el Vedado habanero, la CMQ ponía en antena al conjunto Matamoros.

    'Emisiones aniversario' de la formidable planta. Veteranos sonidos que nos devuelve la memoria radiofónica cubana.

    Año 1945 y las juveniles Hermanas Lago triunfaban en la CMQ Radio, estudios de Monte y Prado.

    Con la señal de la radio independiente cubana continuamos viaje. La jazz band 'Riverside', bajo la batuta del maestro Pedro Vila, formaba parte de la programación en directo de la CMQ RadioCentro allá por 1950.

    Fragmentos del estelar Show 'La Pausa que refresca' patrocinado por Coca Cola. Junto al cantante estrella de la banda: Tito Gómez solia presentarse Celia Cruz.

  • Una antigua producción de la etiqueta Víctor nos permite regresar a los albores del siglo XX y, de alguna manera, rescatar del olvido a estos veteranos músicos cubanos identificados como grupo "Apolo".

    De ellos no existe apenas información, pero al escuchar su versión de este viejo son adjudicado a María Teresa Vera con el título de "Oye Miguel los hombres no lloran", o "María Luisa", comprobamos que en marzo de 1927 ya utilizaban la trompeta.

    Ante la ausencia de una industria discográfica cubana, y de las mínimas condiciones técnicas para grabar, fueron estas veteranas etiquetas norteamericanas las que por entonces introdujeron en sus catálogos lo más sobresaliente en lo artístico y musical de esos años.

    María Cervantes grabó mucho para el sello Columbia. Con su gracia singular, acompañada de su piano de cola, allá por los años 20 comenzó a trazar un camino que un artista como Bola de Nieve más tarde llevaría a su máxima expresión.

    Trovadores, artistas del teatro criollo, agrupaciones populares e interpretes líricos comenzaron a dar fisonomia a los catálogos de aquellas etiquetas foráneas que muy pronto, a través de cientos de ediciones en 78 revoluciones por minuto, hicieron trascender el cancionero cubano más allá de nuestras costas.

    Año 1927: la guitarra de Alberto Villalón, uno de los cuatro grandes de la Trova Cubana, acompaña las voces prima y segunda de Juan de la Cruz y Bienvenido León.

    Las largas travesías en vapor con destino a Nueva York valieron la pena cuando de las tablas de míticos teatros como "Alhambra" y "Payret", felizmente llegaron al disco los bufos cubanos. La mulata y el negrito, fueron dos personajes arquetípicos que destacaron en infinidad de libretos de la época. Ramón Espigul y Lola Mayorga, llegan desde una edición Víctor del año 1916.

    Voces entrañables que fueron modelando el cauce evolutivo de la música popular cubana. Sin la existencia del dueto de Maria Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo, probablemente sus derroteros hubieran sido diferentes. Con dos piezas del poeta del Son Ignacio Piñeiro, despiden este primer segmento: "Cantares del abakuá" y "Que bonita es Cuba". Dos cortes que nos recuerdan además la importancia de la radio independiente con sus programaciones "enlatadas" y en directo.

    De los históricos registros fonográficos de principios del siglo XX pasamos al riquísimo mundo rítmico de la rumba y el guaguancó.

    Patato Valdés y Totico. Rumba y guaguancó en Nueva York. Transplante sonoro que, a día de hoy, resuena en sitios míticos de la gran ciudad como el Central Park.

    El 13 de marzo de 1917 nació en La Habana el pianista, arreglista y compositor Felipe Dulzaides. A la distancia del 107 aniversario de su natalicio, recordamos con algunas grabaciones históricas algo de la vida y obra de este pionero del jazz cubano.

    No hay dudas de que su aporte más notable lo dejó al frente de "Los Armónicos", formación que fundó a mediados de los 50s y que, en diversas etapas, pasó del formato de quinteto a sexteto adaptándose a las corrientes que marcaron el ambiente musical desde entonces hasta los primeros años 60s, siendo parte indispensable de la intensa banda sonora de clubes y cabarets.

    De la copiosa discografía del trompetista Arturo Sandoval escogemos tres temas que marcan diferentes puntos de giro en su extensa trayectoria en los escenarios: "Iyá", clásico del jazz afrocubano es un tema de su autoría que nos recuerda su paso por una de las bandas más influyentes del jazz y la música popular cubanas: "Irakere".

    "Groovin High", tema original de Dizzy Gillespie, figura icónica del jazz norteamericano con quién Sandoval mantuvo fuertes vínculos en lo musical y personal bien importantes, es uno de los temas con que el trompetista cubano ha reverenciado además su deuda con las corrientes del swing y, particularmente, el be bop.

    "Manteca", clásico que firma Chano Pozo, marcó en 1947 la feliz confluencia del mítico percusionista con Dizzy.J

    Jazz AfroCubano de altos quilates.

  • Los primeros minutos del programa los acompaña la música de Evaristo Aparicio, un percusionista y rumbero del barrio de Jesús María que, en el ambiente musical de su tiempo, fue bien conocido como "El Pícaro". Músico natural, su inclinación a la composición nos legó piezas que vale la pena recordar.

    El Conjunto "Estrellas de Chocolate" de finales de los 50s, nos trajo el son montuno de Evaristo Aparicio: "El kikirikí". A continuación otro conjunto emblemático y otra de las creaciones de "El Pícaro".

    Con la "Sonora Matancera" y el coro de Rogelio Martinez y Caito, llega Laito Sureda con la exitosa guaracha: "Cañonazos".

    En la memoria: Evaristo Aparicio. Cantante, percusionista y rumbero. Fundador del grupo "Los Papa Cun Cun".

    Eran "Los Papines" con "La china linda". A continuación: El Léle, vocalista estrella de "Los Van Van", que nos trae otra de las piezas de Evaristo Aparicio: "La bola de humo".

    Siguiendo el rastro de la radio independiente cubana recordamos las pruebas que solía efectuar la antigua CMQ RadioCentro a jóvenes aficionados. Así descubrimos a un juvenil Juan Formell, bien influenciado ya en 1958 por la balada y figuras contemporáneas como Neil Sedaka, Paul Anka, Luis Aguilé y, por supuesto, el italiano Domenico Modugno quien por esas fechas triunfaba en el festival de San Remo con su canción "Volare".

    Sólo una breve introducción a aquel bisoño músico que de cancionero se transformó en el prolífico compositor y timonel de una de las agrupaciones más importantes de la música popular cubana: Los Van Van.

    Sin dudas el mundo creativo del Juan Formell de los años 60 nos dejó además del llamado changüí 68 (antesala del songo) piezas verdaderamente entrañables que hoy nos devuelven a Elena Burke y Omara Portuondo.

    "Ya lo sé", "Y tal vez" y "De mis recuerdos". El Conjunto "Rumbavana" nos trae otro de los clásicos de Juan Formell: "Así quiero corazón".

    En tres tiempos el legado sonoro y estilístico del Conjunto Casino, y muy a propósito unas declaraciones de Roberto Espí, quién fuera cantante y director de la emblemática agrupación, sobre el fenómeno comercial de "la salsa". Mientras en la actualidad se efectúan en la isla "Festivales de la Salsa", y muchos cantantes de música cubana se autodenominan salseros (antes que soneros) los veteranos músicos que desarrollaron sus carreras durante los decisivos años 40 y 50, hacían franco rechazo a dicha etiqueta comercial.

    La recordada actriz y presentadora Aseneth Rodríguez es quien le pide al director del Conjunto Casino su opinión al respecto. Sucedió en mayo de 1983, en el programa "Rítmicas" de Radio Liberación, producido por José Lino Gallo.

    Y gracias al desarrollo de la industria del disco independiente, a finales de los 50s la categoría del jazz cubano comenzaba a tener una presencia más sólida en los catálogos.

    Además del pionero sello Panart vale destacar los esfuerzos de la disquera regenteada por los hermanos Álvarez Guedes.

    Por primera vez en una edición de 78 revoluciones por minuto aparecían los créditos de los músicos.

    "Descarga número uno", pieza original de Chico O'Farrill.
    All Stars Cubano: Emilio Peñalver (sax tenor) Osvaldo Peñalver (sax alto) Peruchín en piano, Tata Güines en tumbadoras y Richard Egües en flauta.

    El Álbum "Cuban Jazz", es otra de las joyas editadas por la etiqueta Gema de los Hermanos Álvarez Guedes.

    Luis Escalante en trompeta, Julio Guerrero en flauta, Jesús Caunedo en saxo alto, Paquito Echevarría en piano, Luis Rodríguez y Cachao López en los contrabajos, y Los Papines en las tumbadoras.

  • Su nombre: Miguel Arcángel Conill, pero por esos caprichos de la música y los músicos, su inmenso legado lo dejó escrito sencillamente como Miguelito Cuní.

    Con ciertas grabaciones históricas celebramos la presencia de este formidable sonero en los salones bailables de la nación cubana, durante poco más de 50 años.

    A comienzos de los años 40, afincado en la capital de la república, atrás quedaron su natal Pinar del Río y las primeras formaciones donde descubrió su vocación.

    Predestinado al conjunto de sones (donde definitivamente brilló su estrella con mayor intensidad) y después de una temporada en la orquesta del flautista Antonio Arcaño, Cuní pasó al conjunto de Arsenio Rodríguez. Con el ciego maravilloso llegaron los primeros discos. Cantante completo, desde entonces el bolero también fue parte de su repertorio.

    Avanzada ya la década del 40 se afianzaba mucho más la era de los conjuntos, despertando interés las innovaciones melódicas y armónicas de su coterráneo y antiguo compañero del Sexteto "Caridad": el tresero Niño Rivera.

    Mayo de 1950 en los estudios de la CMQ grababa la RCA Víctor. De nuevo el conjunto de Arsenio Rodríguez. Apenas un año después Chappottín se haría cargo del grupo.

    En 1952, antes de comenzar a grabar para Panart con el conjunto de Chappottín, Cuní probó suerte con el conjunto de Ñico Membiela, producido por el sello del compositor Rolando Membiela - Continentales Marabil - y el piano de Pepecito Reyes. Así quedó el rastro de este son montuno de Lilí Martinez: "Tumba Monte".

    Entre 1951 a 1955 destaca como cantante estrella de Chappottín grabando para los sellos Panart y Puchito.

    Tras una pausa de varios años separado del trompetista, forma parte del conjunto "Modelo", pasando fugazmente después por la banda del Beny Moré.

    Finalizando los años 50 recibe el apoyo de Álvarez Guedes con su etiqueta Gema. El actor y productor, siempre acertado, pone a la disposición del sonero diferentes acompañamientos.

    A comienzos de los años 60 vuelven a refulgir en los escenarios Chappottín y Cuní. Un dueto de oro que esta vez sólo pudo interrumpir la muerte. En la memoria: Miguelito Cuní. Sonero de los buenos.

    Las antiguas ediciones discográficas en 78 rpm nos permitirán rescatar del olvido a una de las grandes voces de la música popular cubana: Ana María García.

    En tres tiempos recordaremos el arte de esta importante cantante: primero cuando, mediando los años 30, completó el trío García. Junto a Ana María la imprescindible voz segunda de Justa García y la guitarra de Nené Ayué.

    Ana María García, fenomenal intérprete de sones, guarachas, montunos y boleros, hoy nos acompaña en clave de conga y comparsa.

    La escucharemos con el septeto "Favorito" de los primeros 50, a cargo de "Mañungo" y "Carusito" y los Tambores de Alfredito Valdés, con la trompeta de Óscar Velazco "Florecita".

    Así resuena este segmento junto a la gran Ana María García.
    Los tesoros de la música popular cubana, todas las semanas, los compartimos contigo.

    El catálogo de la etiqueta independiente Puchito del año 1957 (en colaboración con el sello Montilla) editó un fabuloso álbum reverenciando la obra del maestro Ernesto Lecuona.

    Con la conducción orquestal del genio de Guanabacoa:
    Sarita Escarpenter, Zoraida Marrero, la actriz María de los Angeles Santana, y el dueto de Rosa Elena Miró y Héctor Fernández Ramos.

    En ese orden escucharemos las canciones: "Al fin", "No es por ti", "Mariposa" y la habanera: "Se fue".

    Los rumberos de ayer y de hoy escriben sus crónicas con toques y cantos. En clave de rumba y guaguancó: Carlos Embale y "Ya no tengo amigos".

    Con Embale : Roberto Maza, las hermanas Romay y el Grupo Afrocubano "Lulu Yonkori", dirigido por el autor del tema: el folklorista Alberto Zayas.

    Con el magisterio de su canto Embale nos recuerda la importancia de esos grandes tesoros.

  • El 23 de febrero de 2024 la falsa noticia de su muerte disparó las redes, anticipando sentidas notas de despedida y provocando disímiles reacciones, marcadas en su mayoría por la inmensa popularidad que, durante más de sesenta años, se ganó en los escenarios.

    Corrían los primeros años 50, cuando Neris Amelia Martínez Salazar desaparecía para dar paso a su alter ego. Desde entonces a Juana Bacallao le tocó imponer su talento, a pesar de los escollos del racismo y el clasismo.

    Irónicamente, una década después, recién instaurada la política cultural "revolucionaria", tuvo que sumar a sus viejas batallas la indiferencia y el desprecio institucionales.

    Su arte, denostado por "kitsch" y "decadente", resultaba contrario a la pureza ideológica de los nuevos cánones sociales impuestos por la élite.

    Negra, pobre y poco agraciada, Juana entonces tuvo que reforzar su coraza de sangre, sudor y lágrimas. Jamás le perdonaron ser la guerrera que fue, capaz de conquistar el reino de la noche sin permiso, sin necesidad de trámites burocráticos, cuños, o evaluaciones artísticas.

    La irreverencia de sus improvisaciones causaban rechazo y preocupación en ciertas esferas de la cultura oficial. Probablemente por eso, desde hace décadas, sus simpáticas anécdotas (ficcionadas o reales) resuenan en la memoria afectiva de su gente, protegiéndola de la tristeza como un resguardo.

    El 24 de febrero "Juana la cubana" partió a la luz.

    La indiferencia oficial, el éxodo masivo de los últimos tiempos y la crisis extrema que ahora mismo padece el pueblo cubano incidieron, sin dudas, en la tristisima desolación del sepelio de una artista tan querida.

    Quizás, al mismo tiempo, Juana nos estaba dando una última y tremenda lección de vida. La más digna sobreviviente del cabaret cubano se despidió, sencillamente, como vivió: en soledad y de la manera más humilde.

    "Feita pero contenta", "pobre pero elegante", fueron algunos de los códigos con que pasó por la vida y los escenarios, o viceversa, pues para Juana la misma vida fue un escenario todo el tiempo.

    Resumió sin proponérselo, con su chispa y alegría inagotables, toda una época de libertad en las pistas del club y el cabaret, esas extensiones de su cuerpo breve e incansable, donde conquistó el aplauso y las carcajadas de un público que, ya se sabe, a veces es fiel y otras no tanto.La irrepetible Juana Bacallao en la memoria eterna de Cuba.

    Recordamos el nacimiento de dos grandes exponentes de la canción y el bolero. Elena Burke y Ela O'Farrill, como un buen presagio para la cultura cubana, nacieron un 28 de febrero. Elena en La Habana de 1928 y Ela en Santa Clara, en 1930.

    Grandes del feeling: Elena, una de sus voces más altas, y Ela una de sus compositoras indispensables.

    "Cuando pasas tú", "Ni llorar puedo ya" y "Una melodía". Tres piezas de Ela a la manera de Elena.

    Unos minutos más junto a la señora sentimiento: Elena Burke. De su repertorio de los últimos años 60 y principios de los 70, escogemos: "Alma con alma" del maestro Juanito Márquez, "Lo material" de Juan Formell y "Persistiré" de Rubén Rodríguez.

    Cientos de salas teatrales, cabarets, clubes, estudios de grabación, radio y televisión, abrieron siempre sus puertas a jóvenes promesas y, por supuesto, a figuras ya establecidas.
    A comienzos de los años 40 llegaban a La Habana las hermanas Avelina y María Luisa Landín.

    De México traían cantos populares, rancheras y corridos, pero en Cuba desarrollaron un sólido repertorio de canciones y boleros.

    Le seguirán en ese orden: Jorge Negrete y Pedro Infante. Grandes del cine de oro azteca que también llegaron a La Habana para compartir su arte en vivo y en directo.

    En la despedida volvemos a sintonizar la señal de la radio independiente cubana.

    Del bolero afrancesado que brindó a los oyentes del show "De fiesta con Bacardi" Josephine Baker nos moveremos a "Cascabeles Candado" con Celia Cruz y el conjunto Sonora Matancera.

  • Con la orquesta "Melodías del 40" retomamos el pulso del "cha cha chá" en los atriles de las agrupaciones más destacadas de la segunda mitad de los años 50.

    A la "Melodías" de 1956 le ponían sabor y sentimiento dos grandes cantantes: René Álvarez y José Herrera. "Me voy pa Morón", un montuno original de este último, fue uno de los grandes exitos discográficos de la orquesta. Grabación donde sobresale por su virtuosismo: Miguel Barbón, conocido en el ambiente musical como "Brindis", en referencia al insigne violinista.

    La intensa bohemia de los últimos años 50, vinculada a la cultura semi subterránea de los clubes, nos trajo a La Lupe. Su temperamento explosivo le aseguró un sitio importante en la vorágine musical de los primeros años 60.

    Recordamos los inicios de su carrera escuchando al trío "Tropicuba", una intrascendente formación que completó la juvenil cantante junto a Yoyo y Tina, entre 1958 y principios de 1959.

    El desengaño amoroso que sufrió La Lupe con Yoyo cerró ese ciclo de su carrera para ponerle por delante otro camino. Como reza el viejo refrán: "no hay mal que por bien no venga" y, contra todo pronóstico, en pocos meses se convirtió en la revelación del club "La Red" del Vedado, acompañada por Homero Balboa al piano y Lacho Rivero en las percusiones.

    De ahí el salto a los discos gracias a la etiqueta RCA Víctor que al tiro le propició los arreglos y acompañamientos de los combos de Eddy Gaytán y Felipe Dulzaides.

    Etapa de profundos cambios en lo estético y formal en un país a punto de asumir cambios drásticos en lo social, económico y político.

    La Lupe entretanto fue parte indisoluble de aquel mundo de humo y neón que, aún teniendo sus días contados, seguía latiendo a lo largo y ancho de la isla a través de cientos de miles de clubes y cabarets. Antros que en su diversidad fueron únicos impulsando figuras determinantes, y diferentes entre sí, como Freddy, Doris de la Torre, o la Lupe.

    Inevitable en la banda sonora de aquel nuevo proyecto social que prometía cambiarlo todo. Un idilio transitorio al que le puso punto final el férreo control que comenzó a extenderse en todos los ámbitos de la sociedad hasta chocar frontalmente con el espíritu libre de la cantante.

    El exilio fue la única salida para una artista tan impredecible como la mismísima "Revolución".

    Recién llegada a los Estados Unidos su vínculo con los percusionistas Mongo Santamaría y Tito Puente fue decisivo para conquistar el aplauso de la colonia latina asentada en Nueva York, la ciudad de sus triunfos definitivos donde no paró hasta convertirse en "The Queen of Latín Soul".

    La señal de la radio independiente nos devuelve al gran Emilio Ramil. Conocido como "el Gardel Cubano" comenzó a hacerse notar a finales de los años 40.

    Por esa época la radio sostenía sus programaciones musicales con presentaciones "en vivo y en directo". El tango había conquistado el gusto popular de los años 30, principalmente con los filmes y discos del inmenso Gardel (acompañado por Razzano y otros guitarristas como Barbieri y Aguilar). Figuras como Agustín Magaldi, el dúo Gómez-Vila, o el trío "Irusta, Fugazot y De Mare", entre otros, también marcaron entonces los repertorios de cantantes e instrumentistas cubanos que sobresaldrían en la década siguiente.

    Recordamos hoy a Emilio Ramil, voz y memoria del Tango en Cuba.

    En la despedida algo de la vida y obra del prolífico compositor Jesús Guerra Zayas. En plena década del 40 su carpeta autoral cubrió, con especial énfasis, guarachas y montunos que, durante la llamada era de los conjuntos soneros, alcanzaron muchísima aceptación.

    "A mí qué", "Yo soy tiburón", "Bigote de Gato", "Esa si es cheque", "Dónde va María", "Ahí viene el tren" y "Un meneíto na má" son algunos de los títulos que nos permitirán resaltar su aporte a la difusión de la música popular cubana.

  • Con un grupo de grabaciones históricas recordamos hoy algo de la vida y obra del ingenioso guitarrista y compositor santiaguero Antonio Fernández, desde siempre conocido en el ambiente musical de su tiempo como Ñico Saquito.

    Su inventiva y facilidad para captar las situaciones más diversas y llevarlas a la guaracha, fueron inmejorable carta de presentación para insertarse en el ambiente trovadoresco habanero de los años 30s cuando Ñico, como muchos de sus contemporáneos, llegó a la capital de la república en busca de mejor fortuna.

    La era de la radio independiente transitaba su etapa romántica y aunque los 20 centavos que ganaban por audición apenas alcanzaban para tomarse un café con leche y pagar el pasaje en tranvía, muchos trovadores encontraron en sus programaciones la manera de dar a conocer su arte. Integrando diversas formaciones como el Cuarteto Castillo, Los Guaracheros de Oriente, Los Cumbancheros, y su Conjunto Oriental, Ñico Saquito desde esas fechas hasta bien entrados los años 50, conquistó el aplauso y las simpatías del público.

    "María Cristina", "Camina como Chencha ", "Compay gallo", "El muñequito", "Sagüita al bate", "Tócale la campana", "Silverio, Facundo y la Luna", "Estoy hecho tierra", "Adiós compay gato", "Menéame la cuna", son sólo algunos de los títulos con los que se ganó un sitio importante en el panteón de los grandes de la música popular cubana.

    Ñico Saquito murió en Santiago de Cuba el 4 de agosto de 1982. Había nacido en esa ciudad oriental el 13 de febrero de 1901.

    La señal antológica de la radio independiente cubana nos permite recordar la era dorada de las presentaciones en directo. Entre los años 1954 y 1955 el merengue dominicano que trajeron los cantantes Alberto Beltrán y Juan Polanco, pegó muchísimo en el gusto de los bailadores cubanos.

    Beltrán, el primero en triunfar en La Habana con el conjunto Sonora Matancera, poco después comenzó a trabajar con el Conjunto Casino.

    Juan Polanco con el Conjunto Casino se presentó con mucho éxito en el estudio teatro de "La onda de la alegría", Radio Progreso.

    Entre las grandes voces líricas de Cuba recordamos a Esther Borja.

    En 1935 debutó en las tablas del teatro Auditorium, hoy Amadeo Roldán, interpretando piezas de Lecuona como parte del elenco de "Lola Cruz", opereta con libreto del poeta y periodista Gustavo Sánchez Galarraga.

    Desde entonces fue éxito en su voz el clásico vals "Damisela encantadora", tema que marcó el inicio de 60 años de presencia continuada en salas teatrales, cabarets, radio y televisión.

    El clásico cha cha chá "Los marcianos", original del compositor Rosendo Ruiz Quevedo, acompaña los minutos finales del programa.

    Muy a propósito recordamos el triunfo y la supervivencia del pegajoso ritmo que ya, a comienzos de los 50, transpiraba el ambiente musical.

    La "pegada" que tuvo "La engañadora", tema compuesto por el violinista Enrique Jorrin cuando integraba la Orquesta América de Ninón Mondéjar, permitió al cha cha chá invadir los atriles de todas las orquestas cubanas.

    Para sorpresa de los habaneros el día de los inocentes de 1954 un platillo volador amaneció posado en la Ciudad Deportiva de la Avenida Rancho Boyeros.

    La inventiva del incansable productor Gaspar Pumarejo, patrocinado por la cerveza Cristal y desde su canal 4, sumaba el misterioso aterrizaje a su extensa lista de efectivas fórmulas comerciales en función del entretenimiento.

    La vedette Rosa Fornés, quien por entonces protagonizaba junto a su esposo el actor y cantante Armando Bianchi el show televisivo "Mi esposo favorito", versión criolla de la serie norteamericana "I love Lucy", sorprendió a la agitada concurrencia al descender del supuesto artefacto extraterrestre.

    En la despedida el ayer y hoy del cha cha chá: Carlos Díaz con la jazz band Hermanos Castro, la orquesta de Juanito Márquez de 1960, y Juan Carlos Marín: el trombón de Santa Amalia.

  • El pasado 30 de enero el gran Tito Gómez hubiera cumplido 104 años, y seguramente los hubiera celebrado haciendo lo que más le llenaba el alma: cantar como los dioses.

    Comenzamos el programa recordando la extensa carrera artística de este cantante cubano. Corrían los primeros años 40 cuando Tito debutaba en discos Musicraft como vocalista de la orquesta "Sevilla Biltmore", banda que hacia sus presentaciones en el Hotel Nacional bajo la dirección del pianista Osvaldo Estivill.

    Alrrededor de 1943 pasó a la nómina de la que será la jazz band de sus grandes triunfos: la "Riverside" para ser, durante más de 30 años, su voz distintiva. En 1975, con la orquesta del violinista Enrique Jorrin, reafirmaba la solidez de su trayectoria artística.

    Intérprete completo se adaptó fácilmente a la sonoridad de la charanga. Tito Gómez, sin dudas una de las voces altas de la música popular cubana de todos los tiempos.

    En un estudio con piso de tierra, apenas insonorizado con paneles de bagazo de caña, forrados con tela de yute, comenzó a forjarse la industria discográfica cubana hace 80 años, un importante aniversario que no debería continuar siendo pasado por alto.

    En 1944, cuando el ingeniero de sonido Ramón Sabat fundaba en La Habana el primer sello discográfico independiente: Panart, todo lo atractivo y apetecible que acontecía en el panorama musical nuestro lo registraban poderosos sellos norteamericanos como RCA Victor, Emerson, Columbia, Brunswick, entre muchos otros.

    Merceditas Valdés, "la pequeña aché" canta desde una de las primeras grandes producciones Panart de finales de los años 40, dedicadas a preservar el acervo AfroCubano: "Toques de Santo".

    La floreciente industria fonográfica independiente, que ya en 1960 representaban poco más de 30 sellos, fue coartada por la rigidez de una política cultural marcada por el extremismo y absoluto control de todos los medios de difusión por parte del llamado gobierno "revolucionario".

    El 30 de mayo de 1961, la pionera casa discográfica fue intervenida bajo la denominada "nacionalización".
    La desaparición de Panart, junto al resto de disqueras independientes, fue otro durísimo golpe que eclipsó un importante y efectivo entramado de difusión y edición de música popular que funcionaba maravillosamente, situando a Cuba como uno de los puntos de producción musicales del mundo.

    La era de los conjuntos soneros estuvo bien representada en el catálogo Panart con los estilos de la Sonora Matancera, el Conjunto Casino y el Conjunto de Félix Chappottín.

    Con un grupo de grabaciones Panart recordamos hoy a Ramón Sabat y su notable aporte a la cultura cubana. Murió en los Estados Unidos el 15 de marzo de 1986 completamente olvidado.

    A comienzos de la década del 60, con una tradición de más de dos décadas, los cuartetos vocales en Cuba alcanzaban muchísima popularidad.

    Formaciones como las míticas "D'Aida ", "Los Zafiros", el cuarteto de Méme Solis, Los Bucaneros, Voces Latinas, el cuarteto del Rey, entre otros, ofrecieron al público de esa época un variado repertorio, acorde por supuesto a la inmensa red de clubes y cabarets independientes que -sin descanso- mantenían encendida la noche habanera.

    Luis Garcia "el principe del feeling" con Los Bucaneros, "Los Zafiros", el Cuarteto del Rey y el cuarteto de Méme Solís nos devuelven algo de aquella riquísima banda sonora. Como ejemplo de la grandeza espiritual de la música como lenguaje unificador y universal, por encima de la estrechez de los dogmas políticos, los maestros Chucho Valdés, Paquito de Rivera y Arturo Sandoval (al cabo de sus notables carreras por separado) vuelven a coincidir en los escenarios para celebrar los 50 años de la fundación de una de las bandas míticas nuestras: "Irakere".

    Nos vamos con el sonido más progresivo del cauce musical cubano de comienzos de los años 70 que vinculó, como nunca antes, lo bailable con el jazz.

    Buen recuerdo además para la voz que identificó el esplendor de "Irakere": Oscar Valdés.

  • Comenzamos con el sonido subterráneo habanero del año 2005 registrado en TheFeelinClub Studios y producido por los chilenos Cristian y Esteban Jara en colaboración con varios músicos cubanos bajo el emblema "ByPass".

    Lino Díaz en guitarras y teclados, Robertico Vázquez y Nestor del Prado en bajos, y Roberto Martínez en saxo alto, entre otros, apoyados por las bases electrónicas de Ban Jara, equilibraron los tracks del álbum "Sincronía".

    William Vivanco se fue al Sur incluyendo un tango de su autoría.

    En tiempo de bolero volvemos al álbum "Sincronía": "El gigante de la melancolía" es un tema original del saxofonista Roberto Martínez. Así lo cantaron Cristian Jara y Haydée Milanés.

    Regresamos con Haydée. "Como un bolero" es un tema compuesto por mi por aquellos días. Sigo disfrutando mucho la interpretación de quien ya prometía ser una de las grandes voces del feeling cubano.

    Desde latitudes madrileñas llega la finísima interpretación de Yanicet Lobaina.

    Así nos presenta su proyecto: "Alma", registrado en 2023 en Cezanne Studios, auténtico oasis artístico y musical a cargo del entrañable amigo Javier Monteverde, excelente ingeniero de sonido y productor.

    La maravillosa memoria del disco nos acerca el ambiente musical habanero del año 1937.

    Casi a la par de su aparición en los salones bailables se produjo el debut discográfico de la jazz band "Casino de la Playa", bajo la dirección del violinista Guillermo Portela y el canto principal de Miguelito Valdés.

    El notable cantante y rumbero de Cayo Hueso destacaba además como compositor. Así lo atestigua este bolero suyo incluído entre las primeras grabaciones de la banda el 17 de junio de 1937. Su título: "Dolor cobarde". Catálogo de la etiqueta norteamericana Víctor.

    Miguelito Valdés. Interpretó de manera increíble todos los ritmos cubanos, pero brilló especialmente en lo afro.

    Desde los tiempos del bohemio trasiego en la zona costera de la playa de Marianao, donde cantaba con la recién fundada jazz band, la amistad con el tresero Arsenio Rodríguez ejerció en el cantante una gran influencia.

    Fruto de esa interacción el "ciego maravilloso" participó en una sesión de estudio junto a Miguelito y la mítica "Casino de la Playa". La inclusión del tres de Arsenio fue, sin proponérselo, un paso más en la "cubanización" del formato orquestal norteamericano.

    En la despedida Daymé Arocena acompañada de sonoridades más contemporáneas. Sin dudas una de las revelaciones de la música popular cubana, y en especial del jazz, de los últimos tiempos.

    Daymé, con la grandeza y la humildad del artista de pueblo que no puede evitar resonar con las alegrías y tristezas de su gente, nos recuerda la proeza de otras veteranas intérpretes imponiendo su arte en los escenarios, pese a los persistentes lastres del clasismo y el racismo en la sociedad y las instituciones.

    El álbum "Cubafonía" continúa siendo un trabajo altamente recomendable.

  • Felipe Dulzaides, uno de los pioneros del jazz cubano. Durante los primeros 15 minutos del programa los catálogos de las etiquetas RCA Víctor, Gema y Caribe nos permitirán rememorar algo de su paso por la escena musical de los años 50 y 60.

    Hacia 1951 el variado repertorio que proponía el cuarteto Llópiz-Dulzaides a una audiencia mayormente juvenil era grabado por el sello Panart. Apoyo comercial que abrió nuevos caminos a la novel formación, multiplicando su destaque en los shows radiales y televisivos de esos años.

    Sin embargo el exitoso rol de Felipe junto a su primo Javier y los hermanos Nolo y Francisco Llópiz, no impidió que su inclinación hacia el jazz y en especial su admiración por el pianista inglés George Shearing al frente de su quinteto, lo llevaran a fundar hacia 1955 una formación similar.

    Desde esa fecha hasta que el riquísimo entramado de clubes nocturnos desapareciera, clausurado por la llamada "ofensiva revolucionaria" de 1968, el sonido de "Los Armónicos" fue referente indisoluble de aquella banda sonora.

    Fernando Álvarez y Doris de la Torre, dos voces representativas del feeling cubano cantan con "Los Armónicos".


    El 22 de enero de 1991 falleció en La Habana Felipe Dulzaides. Recordar la vida y obra de estos músicos valiosos será siempre la mejor manera de preservar nuestra identidad.

    Una de las voces legendarias de la música popular cubana de todos los tiempos: Barbarito Diez.

    El catálogo de la etiqueta norteamericana Víctor nos permite recordarlo primero como una de aquellas voces que, durante los años 30 del siglo pasado, identificaron la modalidad creada en Matanzas por el flautista, compositor, arreglista y director de orquesta Aniceto Díaz: el danzonete.

    Barbarito Diez y Antonio María Romeu. Una fórmula criollísima que, durante buena parte de los años 50s, la etiqueta independiente Panart de Ramón Sabat se encargó de preservar para la posteridad en cientos de singles, agrupados luego en una valiosa serie de álbumes bajo un sugerente título: "Así bailaba Cuba".

    Para la segunda mitad de los años 50 los conjuntos "Estrellas de Chocolate" y "Rumbavana" fundían en sus repertorios los patrones estilísticos del Conjunto "Casino" y el Conjunto de Arsenio Rodríguez.

    Con el "Rumbavana", fundado en septiembre de 1956 por el percusionista Ricardo Ferro, cantó a comienzos de los 60s: Raúl Planas con el coro de Guido Soto y Fernando González.

    Sonero de los buenos es un gusto siempre disfrutar del arte de Raúl Planas. Su paso por el conjunto "Sonora Matancera" fue más bien discreto. En la agrupación dónde realmente alcanzó sus éxitos más sobresalientes fue en el Conjunto "Rumbavana".

    Raúl Planas, un sonero cubano que en estos tiempos de "salsa", inteligencia artificial y rebajas culturales, es importante recordar.

    La despedida correrá a cargo de Paulina Álvarez quien fuera una de las figuras femeninas influyentes de la música popular cubana.

    Como tal, desde los años 30 y hasta el final de su vida el 22 de julio de 1965, fue bien reconocida en los escenarios con el peculiar nombre artístico de "La emperatriz del danzonete".

    Año 1960 y bajo la batuta del pianista, compositor y arreglista Gilberto Valdés, la etiqueta "Puchito" produjo un notable álbum donde sobresale esta versión del clásico danzonete: "Rompiendo la rutina", original del matancero Aniceto Díaz, a cargo por supuesto de la gran Paulina Álvarez.

    Paulina y Barbarito. Dos grandes que coincidieron alguna vez en uno de aquellos shows en directo teniendo como lazo el clásico de Matamoros: "Lágrimas negras".

    Con arreglos y conducción orquestales del maestro Rafael Somavilla escogemos algunas de las grabaciones que, casi al final de su vida, efectuó Paulina Álvarez con el respaldo del sello estatal EGREM.

    La mejor manera de contar la historia de la música popular cubana será volviendo, una y otra vez, a estos sonidos.

  • Celeste Mendoza, una de las grandes de la música popular cubana.

    Finalizando la década de los 50s el respaldo comercial de la etiqueta independiente Gema, de los hermanos Álvarez Guedes, le brindó además los arreglos y conducciones orquestales de los maestros Ernesto Duarte y Bebo Valdés.

    Su formidable despliegue escénico y el dominio de la rumba y el guaguancó la convirtieron por designio popular, hasta el final de sus días, en "la reina del guaguancó".

    Hace 68 años: el 16 de enero de 1956 un nuevo conjunto salía a la palestra musical. Después de poco más de 11 años como vocalista del Conjunto Casino, el sonero de Regla: Roberto Faz fundaba su propia agrupación.

    Sus primeras grabaciones desde esa fecha hasta 1961, efectuadas para etiquetas independientes como Puchito, Panart, Rosy, Seeco y Maype, además de las apariciones en radio, televisión y bailables de la época, fueron consolidando aún más su popularidad.

    A propósito de este aniversario recordamos a Roberto Faz con una de sus últimas intervenciones en la televisión cubana.
    En el canal 6, en diciembre de 1965, se produjo un show animado por Consuelo Vidal donde el sonero, quien fallecería apenas cuatro meses más tarde el 26 de abril, pudo despedirse en grande de su publico.

    Más de cien años nos separan de aquel 10 de octubre de 1922 cuando las antenas de la PWX de la Cuban Telephone Company inauguraban con carácter oficial la era radiofónica en la Isla. Desde el primer día la música en directo demostró su marcada importancia para sostener las futuras programaciones.

    En los variados elencos artístico-musicales que con el auge de la radio cubana articularon las diferentes emisoras para reforzar sus programaciones, comenzaron a sobresalir las formaciones femeninas, en especial los dúos y tríos completados por hermanas.

    Así recordamos a las hermanas santiagueras Cusa, Trini y Nerza Márquez. Antes de radicar en los Estados Unidos en 1951, participaron activamente en espacios estelares de la radio como el "Gran Show de la Mañana" de la CMQ, entre 1948 y 1949.

    En dos tiempos las cubanísimas Hermanas Márquez. A la altura del nuevo milenio, y gracias al empeño de Paquito de Rivera y el productor español José Luis Rupérez, Trini y Nerza pudieron despedirse en grande del público amante de la música popular cubana.

    Seguimos el rastro de la memoria radiofónica. Así el gran Bola de Nieve nos recuerda aquellos años de música en directo.

    Un círculo extrañamente mágico se cerró con su muerte el 2 de octubre de 1971 en México, la tierra que le había abierto las puertas del éxito a comienzos de los años 30.

  • Una sonoridad que es Cuba por los cuatro costados. A cien años de que el tresero y percusionista Valentín Cané (fundador en Matanzas de la primigénea "Tuna Liberal") bautizara su agrupación con un nombre escrito con letras infinitas en los escenarios, celebramos la longeva proeza de la "Sonora Matancera".

    Asentada en La Habana a mediados de los años 20, entre las décadas del 40 y 50, sus músicos comenzaron a escribir un extenso capítulo en la evolución de la música popular cubana que ya a partir del exilio de los 60s multiplicaron con creces en la memoria afectiva de Latinoamérica.

    Imposible resumir en una hora, o en un brevísimo segmento, la importancia de este grupo de músicos cubanos. Destacable la incidencia de su patrón estilístico en el desarrollo de los "conjuntos soneros", sustrato innegable del posterior fenómeno comercial "salsero" que, a partir de los últimos años 60, comenzó a cobrar fuerza en todo el mundo.

    Rogelio Martinez, cantante, guitarrista y líder de visión comercial decisiva, junto a las sucesivas voces de planta del conjunto donde destacaron: Bienvenido Granda y Caito Alonso le brindaron respaldo y sabor a innumerables figuras entre las que recordamos hoy a la inmensa Celia Cruz, al boricua Daniel Santos, y al colombiano Nelson Pinedo.

    Buena memoria con el decano de los conjuntos soneros de Cuba: la "Sonora Matancera".

    Un juvenil Frank Sinatra, como vocalista estrella de la banda de Tommy Dorsey del año 1940, con el respaldo vocal del cuarteto "The Pied Pipers" nos trae de vuelta la banda sonora del swing, las big bands y aquellas formaciones vocales que incidieron positivamente en el cauce melódico y armónico nuestro.

    Uno de los sobrevivientes de aquella oleada fue Gilberto Valdes Zequeira, otro grande que se nos fue hace unos días a los 95 años de edad.

    Pionero del jazz cubano como percusionista e integrante de aquel movimiento armónico renovador que refulgió con la aparición de numerosos cuartetos vocales criollos en plena década de los 40s.

    El cuarteto vocal "Los Cavaliers" nos recuerda el paso de este entrañable músico por los escenarios de los años 50s. Desde una antológica presentación radiofónica llegan el astro del jazz norteamericano Cab Calloway con el trompetista Jonah Jones y el sutil apoyo de "Los Cavaliers".

    Seguidamente algo del álbum "Cuban Feeling", producción del compositor Eduardo Ferrer para su etiqueta independiente Ferrer Records.

    Arreglos y conducción orquestales de Enriqueta Almanza y el Niño Rivera en función de dos cancioneros precursores: Olga Rivero y Pepe Reyes. Junto a este último nuevamente el recuerdo de "Los Cavaliers".

    Los tesoros de la música popular cubana, todas las semanas los reservamos aquí para ti. Desde una producción EGREM del año 1981 seleccionamos uno de esos clásicos del feeling compuestos por la inmensa Marta Valdés.

    "Llora", título infaltable en los repertorios donde lo mejor de la canción y el bolero son reverenciados, cumplió hace unos días 55 años. La versión de la notable arreglista, compositora y saxofonista Lucia Huergo es la excusa perfecta para que la gran Marta Valdés nos siga acompañando en dos tiempos.

    Con treinta años de distancia cada una de estas versiones de sus clásicos: "Palabras" y "En la imaginación".

    Pável Urquiza, un todo terreno de la música cubana, comparte con nosotros un hermoso tributo a Celia Cruz: "La bandera que canta".

  • Recibimos el 2024 en Cubakústica con la música y los buenos deseos del saxofonista Carlos Miyares, Boris Larramendi, Athanai BR, Alexis Baró, Rafaelito Lay y la orquesta Aragón, el trompetista Alejandro Delgado, Alejandro Gutiérrez y el Combo Batanga, Mane Ferret, Roly Berrío y William Vivanco.

    Cubakústica, todas las semanas, más de cien años de música popular cubana

  • Por esos caprichos del destino una hermosa canción de amor, hoy un clásico del feeling cubano, se convirtió en el triste leit motiv de quienes, durante los años 60, se vieron forzados a dejar atrás patria, afectos y familia.

    Con su canción "Adiós felicidad", Ela O'Farrill, sin proponérselo, resonó de manera singular con aquel fenómeno histórico que lamentablemente, multiplicado en innumerables éxodos durante más de seis décadas, ha marcado a la familia cubana.

    Último día del año 2023 que aprovechamos para repasar algunos tracks de la fabulosa producción "Con el permiso de Bola". Magnífico trabajo protagonizado en 2006 por Pancho Céspedes con la complicidad del pianista Gonzalo Rubalcaba,.

    Travesía musical completada por Dagoberto González en violín, René Toledo en guitarra, Carlos Miyares en saxo tenor, Yasek Manzano en trompeta, Maykel Elizalde en el tres, Ignacio Berroa en drums y Carlos del Puerto en contrabajo. Todos con el respaldo del poderoso emporio discográfico norteamericano Warner.

    Dentro de la historia cultural del barrio de Cayo Hueso, tendremos que volver, una y otra vez, al reconocimiento necesario de sus rumberos. Algo de la obra del percusionista, rumbero y compositor Luciano "Chano" Pozo acompañará este segmento del programa.

    Efectivo repertorio que, ya a comienzos de los años 40, ponía en el éter la señal de la RHC Cadena Azul del guajiro Amado Trinidad Velazco y que en la década siguiente reproducían agrupaciones como la orquesta "Sensación" de Rolando Valdés con su cantante Elpidio Piedra "El Chino". "Ariñáñara", edición Puchito donde sobresalen los solos de Juan Pablo Miranda en flauta y Yeyito Iglesias en bongoes.

    Más de la obra de Chano Pozo, está vez vinculada a las ediciones de las etiquetas Coda y SMC Pro Arte.

    Panchito Riset, Marcelino Guerra "Rapindey" y Alonso en las voces. Arsenio Rodríguez en el tres, y Chano en las tumbadoras.

    Los tesoros de la música popular cubana: La voz y los tambores de Chano.

    Buen recuerdo para el importante pianista, arreglista y compositor Pedro Justiz, bien conocido en el ambiente artístico musical con el sobrenombre de "Peruchín".

    Nacido en la localidad oriental de Banes en 1913 como muchos de sus contemporáneos se trasladó a La Habana en busca de mejor fortuna.

    Su paso por jazz bands de la región oriental de la isla, entre las que sobresalieron la orquesta Chepín Chovén y la de Mariano Mercerón, le permitieron desarrollar un riquísimo diapasón creativo. En el teclado blanquinegro Peruchín combinó lo más genuino de la música popular cubana con elementos del jazz.

    Ya en la capital de la república, en plena esfervescencia la era de los jazz bands y los conjuntos soneros, con un concepto melódico y armónico adelantado a su tiempo, no le resultó difícil figurar en bandas de primera línea como la "Casino de la Playa" y la "Riverside". Con el auge de la industria discográfica independiente participó en numerosas sesiones de estudio.

    El 24 de diciembre del año 1977, falleció “Peruchín”, uno de los grandes de la música popular cubana que habrá que tener siempre muy en cuenta.

    A propósito de barrios rumberos como Cayo Hueso, el rastro de sus toques y cantos nos conduce a la vida y obra del gran Virgilio Martí.

    Completamente desconocido por muchos músicos cubanos, dentro y fuera de la isla, en el Nueva York de los años sesenta y hasta su muerte en 1995, defendió con fuerza y verdad, el legado de la rumba y el guaguancó.

    Hasta el sol de hoy sus intervenciones en los míticos álbumes de "Patato y Totico" y el Grupo Folklórico y Experimental Nuevayorquino, son referentes importantes.