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  • Reemisión del episodio con recomendaciones para estas navidades.

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  • La paciente y su relación amor-odio con la báscula

    Tiene 34 años, trabaja en una oficina desde casa y dedica más de 8 horas al día sentada frente al ordenador. Como muchas personas, lleva años luchando con el "efecto yo-yo". Su historia empieza con una dieta milagro que encontró en internet antes de su boda, con la que perdió 8 kilos en tres meses. El día de la boda estaba encantada, pero seis meses después ya había recuperado esos kilos… y unos cuantos más.

    Lo curioso es que la paciente no tiene malos hábitos evidentes: no come ultraprocesados de forma excesiva, no es fanática del dulce, y su consumo de alcohol es moderado. Aun así, siente que "come poco y engorda mucho".

    Además, su relación con la comida está marcada por un sentimiento de culpa cada vez que se permite un capricho, como un trozo de pizza o un helado. Todo se complica más cuando se sube a la báscula: si ha subido de peso, se siente derrotada y pasa días restringiéndose. Si ha bajado, se premia con comida, cerrando un círculo del que no sabe salir.

    La paciente llega a la consulta buscando una solución definitiva, pero sin darse cuenta de que no solo necesita un cambio en su alimentación, sino también en cómo se relaciona con la comida y su cuerpo.

    Abordaje:
    Relación con la comida: Cómo el ciclo de restricción y premio perpetúa el problema.El error de basarse en la báscula: Por qué el peso no debería ser el único indicador de progreso.Aspectos menos visibles que afectan el peso: Estrés, horas de sueño, metabolismo, sedentarismo en el trabajo.Enfoque no pesocentrista: Cómo cambiar el chip y centrarse en la salud en lugar del peso.Plan práctico: Incluir más movimiento diario (aunque sea estiramientos en casa), estrategias de organización de comidas, y trabajar su relación con la comida con ayuda de un psicólogo.


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  • ENTREVISTA JAVI AOIZ - Dietista Nutricionista especializado en Nutrición Deportiva

    Entrevista: Nutrición deportiva Introducción¿Cómo defines tú a un deportista de élite?¿Qué opinas de la población general que hace deporte a nivel amateur y ya considera que debe de comer muy diferente a la población general o que siente la necesidad de consumir mil suplementos?Temática 1: Suplementación¿Qué suplementación de toda la que hay en el mercado tiene realmente evidencia científica positiva asociada a un mejor rendimiento deportivo?¿Cuáles son los 5 suplementos con más evidencia que más pautas en consulta?¿Es realmente necesario e imprescindible consumir el típico batido de proteínas después de entrenar?¿Creatina para todos los males y para todo el mundo? ¿HMB?¿La nutrición de una persona deportista de élite es muy distinta a una alimentación saludable convencional?¿Es compatible llevar un estilo de alimentación flexible con el plan nutricional de un deportista de élite? ¿Dónde queda el ocio? ¿Tienen que ir con el tupper a todos los lados?Temática 2: Consulta nutricional clínica VS deportiva¿Por qué es tan importante la nutrición en un deportista? ¿Qué beneficios tiene en su rendimiento?¿Qué opinas de la BIA? ¿Es realmente fiable? ¿Qué es la antropometría? ¿Es más fiable y precisa?Temática 3: Ejercicio en Diferentes Etapas de la Vida¿Crees que los niños que empiezan a hacer deporte de élite acaban generando una mala relación con la alimentación?¿Se ve afectado el desarrollo de su crecimiento?Como son niños da igual lo que coman o también deberían llevar una pauta de alimentación estricta?¿Cómo revertir la amenorrea en niñas adolescentes sometidas a elevadas cargas de entrenamiento y dieta estricta para mantener un peso estético? ¿Son los suplementos un parche a este problema?Temática 4: Tipos de Ejercicio y nutrición¿Es necesario modificar la alimentación el día de descanso vs el día que entrenan?¿Debe comer distinto un runner vs alguien que entrena pesas?¿Puede la alimentación prevenir el riesgo de lesión o mejorar su recuperación? ¿Suplementación?Temática 5: Aspectos Psicológicos y Sociales¿Crees que tener que llevar una alimentación tan pautada en ciertos momentos de la temporada implica una mala relación con la alimentación?¿Te encuentras muchos casos de pacientes que realizan deporte (ya sea a nivel amateur o profesional) con TCA en consulta?Temática 6: Industria de suplementación y necesidad real¿Cómo identificar si un suplemento tiene realmente evidencia científica?¿Hay alguna página o listado donde se vean reflejados?¿Qué opinas de la masiva industria sobre suplementación que está saliendo últimamente?¿Marketing? ¿Necesidad real? ¿Cómo saber si una marca es realmente de buena calidad?Nutricionistas con códigos de descuento en este tipo de marcas. ¿Dónde queda la moral? ¿Obligados a recomendar suplementos con los que no están de acuerdo? ¿Todo vale?
    Temática 7: IA en consulta¿Qué opinas del uso de la IA en consulta?¿Buen soporte para agilizar trabajo? ¿Fiabilidad? ¿Contrastar fuente consultada?Deixar que es promicioni (MYLUNO)Conclusión¿Es realmente saludable la nutrición y estilo de vida en general de un deportista de élite?

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  • Hablar de fuerza de voluntad como factor principal en las dietas carece de sentido porque simplifica en exceso un proceso complejo que está influenciado por múltiples factores, entre ellos las emociones, el entorno y la fisiología. Aquí tienes una explicación más detallada:1. Por qué no tiene sentido hablar de fuerza de voluntad con las dietasMecanismos biológicos: El cuerpo tiene respuestas fisiológicas naturales, como el hambre, la saciedad y la regulación hormonal (leptina, grelina, insulina), que no dependen de la voluntad consciente. Por ejemplo, una restricción calórica prolongada puede desencadenar un aumento del hambre, haciendo insostenible depender únicamente de la fuerza de voluntad.Entorno alimentario: Vivimos en un entorno obesogénico, donde la comida ultraprocesada, hipercalórica y accesible está diseñada para ser altamente palatable y difícil de resistir. Culpar a la "falta de fuerza de voluntad" ignora el impacto del entorno.Psicología del cambio: Los hábitos alimentarios están profundamente arraigados en nuestra vida cotidiana. Cambiar estos hábitos requiere más que fuerza de voluntad; necesita estrategias prácticas, educación nutricional y un entorno de apoyo.2. Por qué no se pueden desvincular las emociones de las ingestasComida y emociones: La comida no solo cumple una función nutricional, sino también emocional y social. Muchas personas recurren a la comida para regular emociones como estrés, ansiedad, tristeza o incluso aburrimiento.Conexiones cerebrales: El sistema de recompensa del cerebro está involucrado en el consumo de alimentos, especialmente aquellos altos en azúcar, grasas y sal. Esto puede crear una asociación entre ciertos estados emocionales y la ingesta de comida.Trastornos emocionales: Comer emocionalmente no es un problema de falta de autocontrol; a menudo está relacionado con experiencias pasadas, traumas o dificultades en la regulación emocional.3. Por qué hay que tener en cuenta todo el contexto de una persona en el tratamiento nutricionalFactores socioeconómicos: La capacidad de una persona para acceder a ciertos alimentos depende de su situación económica, su entorno y sus recursos. No se puede asumir que todas las personas tienen las mismas oportunidades.Estilo de vida: La actividad laboral, las responsabilidades familiares, los horarios y las prioridades personales afectan la capacidad de planificar y seguir pautas nutricionales.Salud mental y física: Ansiedad, depresión, TCA o enfermedades crónicas pueden influir directamente en la relación con la comida y la adherencia a un plan nutricional.Relación con la comida: Muchas personas tienen una relación complicada con la comida, marcada por restricciones, prohibiciones o culpa. Es fundamental entender esto para plantear un enfoque no pesocentrista, sostenible y respetuoso.En resumen:Un tratamiento nutricional eficaz debe ser integral, respetar la individualidad de la persona y abordar tanto los aspectos fisiológicos como los psicológicos y sociales. La "fuerza de voluntad" no es suficiente para lograr cambios sostenibles, y las emociones y el contexto son inseparables de la forma en que comemos y vivimos.

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  • No es cierto que las personas con hígado graso no puedan comer fruta; sin embargo, la confusión surge por el contenido de fructosa en las frutas y su impacto en el metabolismo hepático.
    ¿Por qué se relaciona la fruta con el hígado graso?

    La fructosa, un tipo de azúcar natural presente en frutas, se metaboliza en el hígado. Cuando se consume en exceso, especialmente a través de fuentes concentradas como refrescos, jarabe de maíz alto en fructosa y dulces procesados, puede contribuir a la acumulación de grasa en el hígado. Sin embargo, la fructosa de las frutas enteras no tiene el mismo efecto negativo.Diferencias clave entre la fructosa de la fruta y la fructosa añadida:
    Fibra en la fruta entera:La fibra retrasa la absorción de fructosa, evitando picos de glucosa e insulina. Esto reduce la sobrecarga metabólica en el hígado.También mejora la salud digestiva y ayuda a controlar el apetito.Cantidad de fructosa:La fructosa en una fruta entera (por ejemplo, una manzana) es mucho menor que la contenida en un refresco o jugo procesado. Las frutas se consumen en cantidades razonables, mientras que los alimentos procesados tienden a ser más concentrados en azúcares.Otros nutrientes beneficiosos:Las frutas aportan vitaminas, minerales y antioxidantes (como vitamina C, potasio y flavonoides) que son hepatoprotectores y antiinflamatorios.Evidencia científica:No hay pruebas sólidas de que el consumo de frutas enteras empeore el hígado graso. De hecho, dietas equilibradas que incluyen frutas suelen estar asociadas con una mejora en la salud metabólica.La cantidad de fructosa en una manzana y en un refresco azucarado varía significativamente. Aquí tienes una comparación aproximada:Fructosa en una manzana:
    Cantidad promedio: 5-7 gramos de fructosa por una manzana mediana (150-200 g).Contexto nutricional:Contiene fibra (aproximadamente 3-4 g), que ralentiza la absorción de azúcares.Proporciona vitaminas y antioxidantes como la vitamina C.Fructosa en un refresco azucarado:
    Cantidad promedio: Un refresco estándar de 330 ml contiene aproximadamente 15-20 gramos de fructosa, dependiendo de la fórmula.Esto es parte de los 35-40 g de azúcar total, ya que los refrescos suelen contener sacarosa (50% fructosa, 50% glucosa) o jarabe de maíz alto en fructosa (55-65% fructosa, dependiendo de la marca y el país).Comparación clave:
    Volumen de fructosa: Un refresco azucarado tiene 3-4 veces más fructosa que una manzana.Fibra y nutrientes:La manzana aporta fibra, antioxidantes y vitaminas, modulando la respuesta metabólica.El refresco es una fuente de calorías vacías: alta concentración de azúcar sin fibra ni micronutrientes beneficiosos.Impacto en el hígado:
    La fructosa en el refresco se absorbe rápidamente, sobrecargando el hígado y promoviendo la síntesis de grasas (lipogénesis de novo).La fructosa en la manzana, debido a la fibra y los nutrientes, tiene un impacto mucho menor en la acumulación de grasa hepática.En conclusión, mientras una manzana es un alimento saludable con fructosa natural, un refresco representa una carga de azúcar concentrada que puede contribuir al hígado graso y otros problemas metabólicos.

    El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, es una acumulación de grasa en las células hepáticas, generalmente relacionada con el síndrome metabólico, obesidad, resistencia a la insulina, consumo excesivo de alcohol (hígado graso alcohólico) o una dieta alta en fructosa (hígado graso no alcohólico). Aquí tienes recomendaciones dietéticas y de tratamiento general:

    Recomendaciones dietéticas:
    Reducir el consumo de fructosa:Limitar alimentos y bebidas con alto contenido de fructosa, como refrescos, jugos industriales, y productos procesados con jarabe de maíz alto en fructosa.Priorizar frutas enteras en lugar de jugos, ya que su contenido de fibra modula la absorción de fructosa.Controlar el consumo de grasas:Evitar grasas trans y saturadas (productos ultraprocesados, fritos, bollería industrial, carnes procesadas).Incorporar grasas saludables como las del aceite de oliva virgen extra, aguacates, frutos secos y pescado azul rico en omega-3 (ej. salmón, sardinas).Aumentar la fibra dietética:Consumir más vegetales, frutas enteras, legumbres, cereales integrales y semillas. La fibra ayuda a regular los niveles de glucosa e insulina.Evitar el consumo excesivo de alcohol:Reducir o eliminar el alcohol, especialmente en casos de hígado graso alcohólico.Optimizar la ingesta de proteínas:Consumir proteínas magras (pollo, pescado, huevos, tofu) para promover la reparación hepática y el metabolismo saludable.Reducir alimentos ricos en carbohidratos refinados:Evitar pan blanco, dulces, pasteles y productos ricos en harinas refinadas. Sustituirlos por carbohidratos integrales.Hidratarse adecuadamente:Consumir suficiente agua para apoyar las funciones metabólicas del hígado.Incluir alimentos con propiedades hepatoprotectoras:Café: Puede ser beneficioso en dosis moderadas, ya que está asociado con menor acumulación de grasa hepática.Té verde: Rico en antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación.Ajo y cúrcuma: Por sus posibles efectos antioxidantes y antiinflamatorios.Tratamiento general y estilo de vida:
    Pérdida de peso gradual:Perder entre un 5-10% del peso corporal puede mejorar significativamente el hígado graso y la inflamación hepática.Actividad física regular:Realizar ejercicio aeróbico y de fuerza 3-5 días por semana para mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la grasa visceral.Control metabólico:Mantener niveles normales de glucosa, colesterol y triglicéridos, ya que el hígado graso a menudo está relacionado con el síndrome metabólico.Monitoreo médico:Seguimiento regular con un médico, hepatólogo o nutricionista para evaluar la progresión del hígado graso y ajustar el tratamiento.Evitar medicamentos hepatotóxicos:Consultar al médico antes de tomar cualquier medicación que pueda afectar al hígado.Suplementación (si es necesario):Algunos estudios sugieren beneficios de la vitamina E, ácidos grasos omega-3 y probióticos, pero siempre deben ser indicados por un profesional.

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  • Desnutrición post-cirugía bariátrica con IMC dentro de rangos normalesAntecedentes:Paciente: Mujer de 38 años.Contexto personal:Profesión: Trabaja en una oficina como asistente administrativa, con jornadas de 8 horas diarias.Estilo de vida:Desde que alcanzó un peso más bajo tras la cirugía, en 2020, ha cambiado su vida significativamente:Realiza planes sociales con más frecuencia, como cenas, salidas nocturnas y viajes cortos.Mantiene una fuerte preocupación por su imagen corporal, lo que ha llevado a una restricción dietética extrema por miedo a recuperar peso.Cirugía bariátrica: En 2016, se sometió a un bypass gástrico en Y de Roux debido a obesidad mórbida (IMC inicial de 42). Perdió más de 40 kg en el primer año tras la cirugía.Alimentación: Muy limitada y con un patrón rígido:Dieta baja en calorías, basada en ensaladas, caldos y frutas.Evita carbohidratos y grasas casi por completo.Consumo insuficiente de proteínas, limitado a pequeñas porciones de pollo o pescado.Omite comidas si siente que ha “comido mucho” el día anterior.Ejercicio: Aunque no realiza actividad física estructurada, camina largas distancias para “quemar calorías”.Estado emocional: Vive con constante miedo a recuperar peso, lo que genera ansiedad y rechazo a alimentos que percibe como “engordantes”.Motivo de consulta:Acude por:Fatiga severa, que dificulta su desempeño laboral.Caída del cabello y fragilidad en uñas.Mareos frecuentes y sensación de debilidad generalizada.Episodios de irritabilidad y baja tolerancia al estrés.Evaluación inicial:El diagnóstico fue complicado debido a su IMC dentro de rangos normales (22,4), lo que inicialmente no levantó sospechas de desnutrición. Sin embargo, un análisis más detallado reveló:Antropometría:Peso: 61 kg.Talla: 1,65 m.IMC: 22,4 (normal), pero:Pérdida significativa de masa muscular (sarcopenia).Aumento relativo del tejido graso, especialmente en abdomen y caderas, lo que enmascaraba su estado de desnutrición.Laboratorio:Deficiencias severas:Vitaminas liposolubles (A, D, K).Vitaminas del complejo B (especialmente B12 y B1).Niveles bajos de hierro sérico y ferritina.Hipoalbuminemia leve y desequilibrios electrolíticos (hipopotasemia).Evaluación dietética:Ingesta calórica diaria muy baja (700-900 kcal/día).Consumo de macronutrientes desequilibrado: excesivamente bajo en proteínas y grasas.Patrón alimentario basado en restricción extrema por miedo a ganar peso.Pruebas funcionales:Fuerza muscular disminuida.Bajo rendimiento en pruebas de resistencia.Intervención terapéutica:1. Fase inicial (primer mes): Diagnóstico confirmado y estabilizaciónSuplementación inmediata:Hierro intravenoso y vitamina B12 intramuscular.Vitaminas liposolubles en dosis terapéuticas (A, D, K).Nutrición enteral parcial con fórmula hipercalórica e hiperproteica para mejorar su estado nutricional sin aumentar su ansiedad por la comida.Educación inicial sobre los riesgos de la desnutrición y las consecuencias a largo plazo.2. Fase intermedia (meses 2-4): Rehabilitación alimentariaPlan de alimentación personalizado:Introducción progresiva de alimentos con un enfoque en densidad nutricional:Desayunos: Tortilla de huevo con aguacate y una pieza de fruta.Comidas: Proteína magra (pollo, pescado, tofu) con guarnición de quinoa o arroz integral y verduras al vapor.Cenas: Ensaladas completas con fuentes de proteína (huevo, atún) y grasas saludables (aceite de oliva, frutos secos).Incremento gradual de calorías para alcanzar al menos 1500 kcal/día sin que la paciente se sienta “culpable”.Fortificación de alimentos con suplementos en polvo ricos en proteínas.Apoyo psicológico:Terapia cognitivo-conductual (TCC) para tratar la ansiedad relacionada con la comida y el peso.Estrategias para normalizar la relación con la alimentación.3. Fase de mantenimiento (mes 5 en adelante): Estabilización a largo plazoMonitorización mensual de composición corporal para reforzar los cambios positivos.Educación continua sobre las necesidades calóricas y nutricionales de su cuerpo.Incorporación progresiva de ejercicio de fuerza para recuperar la masa muscular.Resultados:Estado físico:Incremento de masa muscular (+3 kg en 4 meses).Disminución de síntomas como fatiga y mareos.Composición corporal:Mejor distribución entre masa muscular y grasa.Bioquímica:Corrección de deficiencias vitamínicas y minerales.Calidad de vida:Reducción de la ansiedad por la comida y mayor flexibilidad en su dieta.Mejora de la energía y mayor disfrute de su vida social.Conclusión:
    Este caso evidencia que un IMC normal puede enmascarar una desnutrición severa, especialmente en pacientes con antecedentes de cirugía bariátrica y conductas alimentarias restrictivas. La cirugía, aunque efectiva en el manejo de la obesidad, requiere un seguimiento nutricional continuo. Resalta la importancia del enfoque multidisciplinar para tratar no solo las deficiencias físicas, sino también los problemas emocionales relacionados con la comida y la imagen corporal.

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  • La inteligencia artificial (IA) en nutrición puede ser una herramienta increíblemente útil, pero también plantea desafíos específicos dependiendo del enfoque profesional del nutricionista.

    Por qué es una herramienta útil:Automatización de tareas rutinarias:La IA puede realizar cálculos precisos y rápidos de requerimientos calóricos, planes de menús y análisis nutricionales. Esto permite ahorrar tiempo en tareas repetitivas.Ofrece recomendaciones basadas en bases de datos actualizadas, como sustituciones alimentarias para alergias o intolerancias (como la lactosa).Acceso a datos personalizados:Mediante algoritmos avanzados, puede analizar grandes cantidades de información (como historia clínica, preferencias y objetivos del paciente) para generar planes personalizados.Seguimiento y motivación:Aplicaciones y dispositivos de IA ayudan a monitorizar hábitos alimenticios, niveles de actividad física y progresos, fomentando la adherencia a los planes nutricionales.Educación y accesibilidad:La IA democratiza el acceso a información nutricional para aquellos que no pueden pagar consultas regulares.Por qué puede ser un peligro para quienes solo pesan y dan un menú:Competencia directa:Nutricionistas que se limitan a pesar a los pacientes y proporcionar menús estándar se enfrentan al riesgo de ser reemplazados por herramientas de IA. Estas son capaces de realizar esas mismas tareas de manera más económica, rápida y con menos errores.Falta de personalización profunda:Si el nutricionista no va más allá de lo básico, como investigar aspectos psicológicos, sociales o emocionales del paciente, la IA podría hacer su trabajo de manera más eficiente.Por qué no es un peligro para quienes trabajan más allá:Relación humana y empatía:La IA no puede reemplazar la conexión emocional y el apoyo que un nutricionista brinda. Trabajar con la relación del paciente con la comida, emociones y hábitos va más allá de los datos y números.Visión integral:Los nutricionistas que integran aspectos como la psicología, la educación alimentaria y el contexto cultural ofrecen un valor que la IA no puede imitar. Este enfoque holístico es clave para cambiar conductas y mejorar la calidad de vida a largo plazo.Adaptación a matices:Situaciones complejas, como trastornos de la conducta alimentaria, requieren habilidades de análisis y comunicación que la IA no posee.Creatividad y flexibilidad:Los planes que van más allá de un "menú perfecto" y se adaptan constantemente al contexto, preferencias y circunstancias del paciente son el resultado de un pensamiento crítico humano.Conclusión:
    La IA es un aliado poderoso que puede facilitar el trabajo del nutricionista, pero nunca podrá reemplazar el valor único de una consulta centrada en la persona, la relación interpersonal y los matices emocionales y sociales que rodean la alimentación. Por lo tanto, aquellos que trabajan solo en tareas técnicas deberían evolucionar hacia un enfoque más integral para mantenerse relevantes y ofrecer un servicio insustituible.

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  • ENTREVISTA VALENTINA DE OLIMPIAH
    Presentación. De donde viene tanta obsesión por la imagen y por los cuerpos?Muchas de nuestras pacientes acuden a consulta buscando un cambio físico centrándose únicamente en conseguir un físico determinado, comparándose con celebrities y famosas, o intentando recuperar el físico de hace 10 años, o el físico de antes de dar a luz… ¿de dónde viene esa obsesión por el físico?¿Qué estrategias propones para la autoestima y confianza en sí mismas?¿Qué espera la sociedad de una mujer? ¿Por qué las mujeres luchan constantemente por estar perfectas? ¿De dónde vienen las expectativas que se tienen sobre la mujer hoy en día? ¿Crees que ha mejorado en los últimos años?¿Cómo crees que afectan las redes sociales en todo esto?¿Cómo afectan las dietas a la relación con nuestra imagen corporal?¿Cuáles son las afecciones psicológicas más comunes en la mujer?síndrome de la impostorasíndrome de la niña buenanormalización 24/7síndrome de la “super women”depresión/ansiedad/TCA¿Cómo afecta y por qué afectan tanto los cambios físicos en la mujer?¿Cómo afecta haber escuchado comentarios en casa desde la infancia con la relación con nuestro cuerpo?Desde la consulta de nutrición trabajamos esa necesidad marcando objetivos realistas y analizando expectativas, pero, ¿cómo se trabaja desde la psicología?¿Cuándo hay que trabajar la aceptación? ¿Cómo diferenciar aceptación y resignación?¿Cómo podemos luchar cada día con las opiniones de nuestro entorno o de la sociedad con respecto al cuerpo?

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  • Aquí tienes algunos ejemplos de frases que indican prohibición de alimentos o una relación rígida con la comida. Estas frases reflejan pensamientos que los pacientes podrían verbalizar en consulta:

    1. Creencias rígidas:“No puedo comer pan, engorda mucho.”“Los carbohidratos por la noche están prohibidos.”“El azúcar es veneno, lo tengo totalmente prohibido.”“No como nada frito, es malísimo para la salud.”“La pasta y el arroz son lo peor si quieres perder peso.”2. Culpa y emociones negativas:“Si como chocolate, me siento fatal después.”“No puedo permitirme comer pizza, me haría engordar.”“Cada vez que como algo dulce, me arrepiento.”“No puedo confiar en mí mismo si hay patatas fritas en casa.”3. Comparaciones o juicios:“Mi amiga nunca come snacks y por eso está delgada.”“Solo como alimentos saludables, no quiero cosas procesadas.”“Eso está lleno de calorías, ni lo toco.”“El queso es demasiado graso, no lo incluyo en mi dieta.”4. Conductas compensatorias o control rígido:“Si como un pastel, tengo que hacer una hora extra de ejercicio.”“No puedo comer nada antes de salir a correr.”“Prefiero no desayunar si cené mucho anoche.”“Hoy me salté el postre porque ayer me pasé.”5. Restricción justificada:“Mejor no como pan para poder disfrutar del postre.”“Solo como fruta de postre, nunca algo dulce.”“Si empiezo con un snack, no puedo parar, así que es mejor no probar.”“No como fuera de casa porque no sé lo que lleva la comida.”6. Miedo al descontrol:“No puedo tener chocolate en casa porque me lo como todo de una vez.”“Si pruebo una galleta, no podré parar.”“Es mejor no empezar con los dulces, no me sé controlar.”Cómo abordar estas frases:Cuando escuches estas frases, puedes invitar a la reflexión sin juicio:“¿De dónde crees que viene esa idea?”“¿Cómo te hace sentir tener esta norma?”“¿Qué pasaría si incluyeras ese alimento de vez en cuando?”“¿Crees que esa prohibición te ayuda o te genera más ansiedad?”El objetivo es acompañar al paciente a reconocer el impacto de esas creencias y trabajar hacia una relación más flexible y saludable con los alimentos.







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  • La alimentación es un componente clave en el manejo del Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), ya que puede ayudar a mejorar los síntomas y prevenir complicaciones asociadas, como resistencia a la insulina, obesidad y problemas cardiovasculares. Aquí te detallo algunos puntos esenciales:

    1. Enfoque en un índice glucémico bajoEl SOP está relacionado con la resistencia a la insulina, por lo que es importante consumir alimentos que no causen picos elevados de azúcar en sangre.Recomendados: Verduras, legumbres, cereales integrales (avena, quinoa, arroz integral), frutas enteras (manzana, frutos rojos).Evitar: Azúcares refinados, bebidas azucaradas, harinas blancas.2. Aumentar el consumo de grasas saludablesLas grasas saludables ayudan a regular las hormonas y reducir la inflamación.Recomendados: Aguacate, frutos secos, semillas (chía, lino), aceite de oliva virgen extra, pescados grasos (salmón, caballa, sardinas).Evitar: Grasas trans y saturadas en exceso (productos procesados, bollería industrial).3. Elegir proteínas magrasLa proteína estabiliza los niveles de azúcar en sangre y proporciona saciedad.Recomendados: Pollo, pavo, pescados, huevos, legumbres, tofu, tempeh.Evitar: Carnes procesadas (salchichas, embutidos).4. Controlar las porciones y el equilibrioEquilibrar los macronutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas) en cada comida para mantener estables los niveles de insulina.Practicar la alimentación consciente, evitando comer en exceso o muy rápido.5. Consumir alimentos ricos en antioxidantesEl SOP a menudo está asociado con inflamación, y los antioxidantes ayudan a reducirla.Recomendados: Frutas y verduras de colores intensos, como arándanos, espinacas, zanahorias, cúrcuma, jengibre.6. Incluir alimentos con propiedades antiandrogénicasEstos alimentos pueden ayudar a reducir los niveles de andrógenos (hormonas masculinas) elevados en mujeres con SOP.Recomendados: Té verde, menta, alimentos ricos en zinc (mariscos, semillas de calabaza).7. Mantener un peso saludable
    Aunque no todas las personas con SOP tienen sobrepeso, lograr un peso saludable puede mejorar la ovulación y reducir los síntomas.

    8. Suplementos útilesConsulta con un profesional antes de tomarlos:Inositol: Mejora la sensibilidad a la insulina y regula el ciclo menstrual.Vitamina D: Muchas mujeres con SOP tienen deficiencia de vitamina D.Omega-3: Reduce la inflamación y mejora el perfil hormonal.9. Hidratación y actividad físicaAgua: Mantén una hidratación adecuada.Ejercicio: Incorpora ejercicios de fuerza y cardiovasculares para mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación.Si necesitas un plan personalizado o recetas específicas para el SOP, puedo ayudarte con opciones adaptadas a tus preferencias alimenticias. 😊

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  • Motivo de consulta
    Una mujer de 35 años acude a la consulta con el objetivo de mejorar su relación con la comida y reducir el estrés que siente al comer ciertos alimentos. Refiere episodios frecuentes de culpa tras consumir alimentos considerados "no saludables" y ha intentado múltiples dietas restrictivas en el pasado, lo que ha resultado en ciclos de restricción y atracones.

    AbordajePrimera sesión (evaluación inicial):Historia clínica completa, hábitos alimentarios, y evaluación emocional relacionada con la comida.Identificación de patrones de restricción y atracones.Revisión de creencias alimentarias y su impacto en el comportamiento.Plan inicial:Abordaje no pesocentrista, enfocado en la salud integral.Introducción al enfoque de alimentación intuitiva: distinguir hambre fisiológica de hambre emocional.Educación nutricional para desmitificar alimentos "buenos" y "malos".Sesiones de seguimiento:Trabajo en la identificación y gestión de emociones que llevan a comer emocionalmente.Implementación de estrategias de mindfulness durante las comidas.Reintroducción gradual de alimentos prohibidos en un contexto de normalización y disfrute.Ajuste del entorno alimentario para reducir factores de estrés (por ejemplo, comer en un lugar tranquilo).Colaboración interdisciplinar:Derivación a una psicóloga especialista en trastornos de la conducta alimentaria (TCA) para abordar aspectos emocionales profundos.ResultadosTras 4 meses de trabajo conjunto, la paciente logró disminuir significativamente los episodios de atracones.Mejoró su relación con la comida, disfrutando de alimentos antes prohibidos sin experimentar culpa.Incorporó hábitos de alimentación consciente, lo que aumentó su satisfacción y redujo el estrés al comer.Se observó una mejora general en su bienestar emocional y mental.Informó haber dejado de seguir dietas restrictivas, manteniendo un enfoque de autocuidado y respeto hacia su cuerpo.El caso destaca la importancia de un enfoque integral y colaborativo en la nutrición, priorizando la salud emocional junto con la física.

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  • Una ginecóloga que pone un énfasis excesivo en controlar el peso durante el embarazo, especialmente cuando sabe que la paciente tiene una relación complicada con la comida o antecedentes de problemas relacionados con el peso, no está priorizando la salud integral de la paciente ni el bienestar emocional y físico de esta etapa tan delicada. Aquí algunas razones por las que esta postura puede ser problemática:

    Fomenta una visión pesocentrista en lugar de una basada en la saludEl embarazo no es el momento para enfocarse exclusivamente en el peso. Las prioridades deben ser la salud del bebé y la madre, y eso no se reduce a un número en la báscula. La obsesión con el peso puede desviar la atención de aspectos más importantes, como la nutrición adecuada, el bienestar mental y la prevención de complicaciones obstétricas reales.Riesgo de perpetuar trastornos alimentariosSi la paciente ya tiene una relación conflictiva con la comida, hablar de controlar el peso puede reforzar patrones de restricción, culpa o miedo, que son especialmente peligrosos durante el embarazo. Esto puede llevar a desnutrición materna, deficiencias en nutrientes esenciales y, en casos extremos, poner en riesgo al bebé.Ignora las necesidades nutricionales únicas del embarazoDurante el embarazo, es normal y necesario aumentar de peso para sostener el desarrollo del bebé, la placenta y otros cambios fisiológicos. Tratar de limitar este proceso natural puede interferir con el desarrollo fetal, comprometer el parto y aumentar el riesgo de complicaciones, como bebés con bajo peso al nacer.Puede generar estrés y ansiedad innecesariosEl embarazo ya es una etapa cargada de emociones y cambios físicos. Centrarse en el peso, especialmente si la paciente ya tiene preocupaciones al respecto, puede aumentar el estrés, la ansiedad y el malestar, lo que a su vez puede afectar negativamente tanto a la madre como al bebé.Falta de sensibilidad profesionalUna buena ginecóloga debe adoptar un enfoque personalizado y comprensivo, teniendo en cuenta la historia de salud física y mental de la paciente. Insistir en el control del peso sin considerar la relación de la paciente con la comida muestra una falta de sensibilidad hacia sus necesidades emocionales y psicológicas.Podría descuidar otros factores importantes del embarazoUna atención excesiva en el peso puede llevar a ignorar problemas más relevantes, como el control de la presión arterial, los niveles de azúcar en sangre, la anemia o los hábitos de estilo de vida que realmente impactan en la salud de la madre y el bebé.Conclusión
    Un enfoque saludable para el embarazo no se centra en el peso, sino en la salud general. Una ginecóloga que insiste en controlar el peso sin atender a las complejidades emocionales y físicas de la paciente no está brindando una atención integral ni empática. Lo ideal sería trabajar con profesionales que prioricen el bienestar global de la madre y el bebé, fomentando una relación saludable con la alimentación y evitando reforzar problemas relacionados con el peso o la comida.





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  • Una persona con resistencia a la insulina debe llevar una alimentación enfocada en mejorar la sensibilidad a la insulina y mantener niveles estables de glucosa en sangre. Aquí te detallo las principales recomendaciones:

    Priorizar alimentos de bajo índice glucémico (IG):
    Estos alimentos liberan glucosa de forma más lenta y evitan picos de insulina.Ejemplos: legumbres, vegetales de hoja verde, frutas como manzana, pera o frutos rojos, avena integral, quinoa, y pan integral 100%.2. Consumir proteínas en cada comida:
    Las proteínas ayudan a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y promueven la saciedad.Ejemplos: pollo, pescado, huevos, tofu, legumbres, lácteos bajos en grasa o sin azúcar.3. Grasas saludables:
    Las grasas saludables mejoran la respuesta a la insulina y reducen la inflamación.Ejemplos: aguacate, aceite de oliva virgen extra, frutos secos, semillas y pescados grasos (salmón, sardinas).4. Aumentar el consumo de fibra:
    La fibra disminuye la absorción de glucosa y favorece la salud intestinal.Ejemplos: verduras, frutas con piel, cereales integrales, semillas como la chía o el lino.5. Evitar carbohidratos refinados y azúcares:
    Estos alimentos generan picos bruscos de insulina.Evitar: pan blanco, bollería, refrescos azucarados, zumos comerciales, pasteles y dulces.6. Realizar comidas regulares y equilibradas:
    Evitar largos periodos de ayuno y comer en horarios regulares ayuda a estabilizar la glucosa en sangre.


    7. Hidratación adecuada:
    Beber suficiente agua es clave para el metabolismo general. Se deben evitar bebidas azucaradas y preferir infusiones, agua o agua con limón.

    8. Evitar el alcohol y las grasas trans:
    El alcohol y las grasas trans pueden empeorar la resistencia a la insulina y la inflamación.

    9. Incorporar alimentos con efecto antiinflamatorio:Ejemplos: cúrcuma, jengibre, té verde, verduras crucíferas (brócoli, coliflor).10. Controlar las porciones:
    Es importante no excederse en las calorías, incluso si los alimentos son saludables, para evitar un aumento de peso, que puede empeorar la resistencia a la insulina.

    11. Actividad física regular:
    Aunque no es parte de la alimentación, el ejercicio mejora considerablemente la sensibilidad a la insulina.Para una dieta personalizada, lo ideal es consultar a un profesional de la salud, como un nutricionista, que pueda adaptarla a las necesidades individuales, considerando factores como peso, actividad física y otros problemas de salud.

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  • La resistencia a la pérdida de peso debido a un historial amplio de dietas puede estar relacionada con factores metabólicos, hormonales, psicológicos y conductuales. Aquí tienes estrategias que podrían ayudarte a mejorar tu situación:

    1. Revisar tu Metabolismo y Salud General
    Consulta con un profesional de la salud: Un nutricionista o endocrinólogo puede evaluar tu metabolismo basal, niveles hormonales (tiroides, insulina, cortisol, etc.), y cualquier otra alteración.Análisis del gasto energético: Realizar estudios como la calorimetría indirecta puede ser útil para ajustar las necesidades calóricas reales.2. Evita el Déficit Calórico Extremo
    Aumenta el gasto antes que reducir la ingesta: Focaliza en incrementar la actividad física antes de reducir más calorías.Prueba un enfoque de alimentación más flexible: La dieta intuitiva o estrategias no restrictivas pueden ayudar a reducir la "adaptación metabólica" asociada a dietas prolongadas.3. Regula las Hormonas del Hambre y Saciedad
    Prioriza alimentos densos en nutrientes: Incluye proteínas de calidad, grasas saludables, fibra, y alimentos ricos en micronutrientes.Evita la restricción excesiva: Restringir demasiado tiempo puede elevar el cortisol y desregular las hormonas del apetito como la leptina y grelina.4. Entrenamiento de Fuerza
    Aumenta tu masa muscular: El entrenamiento de fuerza ayuda a elevar el metabolismo basal y mejora la sensibilidad a la insulina.Enfócate en progresión: Trabajar hacia el fallo muscular y realizar ejercicios compuestos (sentadillas, peso muerto, press) son estrategias efectivas.5. Mejora la Relación con la Comida
    Evita la mentalidad de "todo o nada": Si tienes una comida diferente a la planificada, no te castigues ni intentes compensarlo.Trabaja la alimentación emocional: Consulta con un psicólogo especializado en TCA para identificar patrones de estrés, ansiedad o emociones que afectan tus hábitos.6. Explora el "Efecto Dieta Inversa"
    Restablece tu metabolismo: Un plan de dieta inversa (aumentar gradualmente las calorías mientras mantienes el peso) puede reactivar tu metabolismo tras un historial de restricción.7. Incorpora Estrategias Conductuales
    Mantén un registro alimentario: Pero enfócate en patrones, no en conteo estricto de calorías.Haz cambios sostenibles: Cambios pequeños y graduales suelen ser más efectivos a largo plazo.Prioriza el sueño: Un sueño deficiente puede afectar hormonas clave como la leptina y el cortisol.8. Redefine tus Objetivos
    Enfócate en salud, no en peso: Mide tu progreso con indicadores como fuerza, energía, calidad del sueño, o mejoras en parámetros de salud como colesterol o presión arterial.La clave está en adoptar una estrategia personalizada, sostenible y libre de restricciones extremas. Si necesitas ayuda más específica, buscar apoyo de un equipo interdisciplinar de profesionales (nutricionista, psicólogo, entrenador) puede marcar la diferencia.




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  • Caso real: Acné y alimentación

    Una mujer acudió a consulta buscando mejorar su acné, un problema que la acompañaba desde la adolescencia y que había empeorado en los últimos meses. Tras probar diferentes tratamientos dermatológicos sin éxito, decidió explorar la relación entre su alimentación y su piel.

    Evaluación inicial: identificando pistas
    En la primera sesión, analizamos sus hábitos alimenticios, historial médico y estilo de vida. Rápidamente notamos dos aspectos clave:
    1️⃣ Su acné estaba ligado a momentos específicos del ciclo menstrual, lo que indicaba una posible desregulación hormonal.
    2️⃣ Había ciertos alimentos que consumía a diario, pero ninguno destacaba a simple vista como un posible desencadenante.

    Investigación y cambios progresivos
    Comenzamos ajustando su dieta para estabilizar sus niveles hormonales, aumentando el consumo de grasas saludables (como el aguacate y el aceite de oliva), alimentos ricos en fibra, y eliminando azúcares refinados en lo posible. También incorporamos estrategias para regular el estrés, que suele agravar el acné hormonal.Sin embargo, tras varias semanas de mejora parcial, los brotes persistían.

    Fue entonces cuando realizamos un seguimiento más exhaustivo de su ingesta diaria y encontramos la clave:
    Consumía a diario un producto aparentemente “inofensivo”: un suplemento proteico que contenía lácteos ultrafiltrados, conocido por ser un desencadenante común en casos de acné hormonal.

    Resultado final
    Al sustituir este suplemento por uno vegetal y continuar con las estrategias hormonales, su piel comenzó a mejorar significativamente en solo un mes. Después de 3 meses, los brotes prácticamente habían desaparecido.

    Conclusión:
    Este caso demuestra que el acné puede tener causas multifactoriales y que, a través de un enfoque integral, es posible identificar y abordar los desencadenantes. La nutrición no es una solución mágica, pero juega un papel esencial en problemas como este.

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  • Un sistema inmunológico debilitado se manifiesta con una serie de síntomas comunes, aunque varían de persona a persona. Algunos signos de alerta incluyen:Infecciones frecuentes: Si contraes resfriados, gripe o infecciones de garganta, oído o urinarias con frecuencia, puede ser una señal.Cicatrización lenta: Las heridas o cortes que tardan más de lo habitual en sanar pueden indicar un sistema inmune comprometido.Fatiga constante: Sentirte cansado incluso después de dormir bien podría ser un síntoma.Problemas digestivos: Un sistema inmunológico debilitado a veces se refleja en molestias digestivas, como diarrea o estreñimiento frecuentes.Respuestas alérgicas exacerbadas: Puede haber un aumento en las alergias o en las reacciones a ciertos alimentos o sustancias.Para reforzar el sistema inmunológico, puedes adoptar algunos hábitos y cambios en tu alimentación:Hábitos para mejorar el sistema inmunológicoDormir bien: La falta de sueño debilita el sistema inmune. Intenta dormir de 7 a 8 horas diarias.Reducir el estrés: El estrés crónico eleva el cortisol, una hormona que puede disminuir la efectividad del sistema inmunológico. Practicar mindfulness, yoga o técnicas de respiración profunda puede ayudar.Ejercicio regular: Realizar actividad física moderada de manera constante, como caminar, nadar o hacer ejercicios de fuerza, fortalece las defensas.Mantener una buena higiene: Lavarse las manos con frecuencia es fundamental para evitar infecciones.Alimentación para reforzar el sistema inmunológicoAumenta el consumo de frutas y verduras: Son ricas en antioxidantes y vitaminas que ayudan a proteger el organismo. La vitamina C, por ejemplo, es fundamental y se encuentra en frutas como naranjas, fresas y kiwi.Incorpora alimentos probióticos: Yogur, kéfir y alimentos fermentados como el chucrut o el kimchi promueven una flora intestinal saludable, clave para una buena inmunidad.Consume grasas saludables: Los omega-3, presentes en pescados grasos, semillas de chía y lino, ayudan a reducir la inflamación y mejorar la función inmunológica.Proteínas de calidad: La carne, el pescado, los huevos, las legumbres y los frutos secos son necesarios para la producción de anticuerpos y la regeneración celular.Hidratación: Mantenerse bien hidratado ayuda al organismo a eliminar toxinas y permite que el sistema inmune funcione correctamente.Con estos cambios, podrías notar mejoras en tu vitalidad y una mayor resistencia a las infecciones.

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  • Educar en nutrición en casa de una manera saludable y equilibrada puede ser todo un reto, especialmente en la era de las redes sociales, donde proliferan ideas poco realistas sobre la alimentación. La clave está en promover una relación sana con la comida sin caer en rigidez o extremismos, y para ello, además del ejemplo, hay varios aspectos que puedes considerar:
    Evitar las etiquetas de "bueno" o "malo": Los alimentos no deberían categorizarse como prohibidos o peligrosos. Mejor enfócate en enseñar que hay alimentos que aportan diferentes beneficios y que algunos son mejores para consumir regularmente, mientras que otros pueden disfrutarse de vez en cuando sin culpa.Involucrar a los niños en la cocina: Permitirles participar en la preparación de las comidas les da una conexión positiva con los alimentos. Pueden ver de dónde viene la comida y qué tan divertido es cocinar, lo cual es un enfoque más amable que hablar solo de calorías o nutrientes.Promover la escucha de las señales de hambre y saciedad: Enséñales a reconocer cuándo tienen hambre y cuándo están satisfechos, en lugar de forzarlos a terminar el plato o a dejar de comer porque ya han tenido "suficiente". Esto ayuda a crear una relación de respeto hacia el cuerpo y sus necesidades.Hablar sobre el propósito de la alimentación: Más allá de la energía y los nutrientes, también está el placer, la cultura y el disfrute. Los alimentos no solo son “combustible”, sino también un medio para compartir, celebrar y crear recuerdos en familia.Evitar comentarios sobre el peso: Trata de no centrarte en la apariencia física ni en el peso, ya que esto puede crear asociaciones negativas con la comida y el cuerpo. Lo importante es sentirse bien y estar saludable, no alcanzar una talla específica.Ser flexible y no obsesionarse con “lo perfecto”: La idea no es que sigan al pie de la letra una dieta ideal ni que nunca prueben alimentos ultraprocesados. La flexibilidad y el balance son fundamentales para que no sientan que la comida es algo restrictivo o estresante.En resumen, lo importante es ser un guía para tus hijos y promover un ambiente donde la comida y la nutrición sean temas normales, sin presiones ni restricciones rígidas.

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