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  • Episodio 3 de la serie "La guerra fría", desde 1947 a 1952, El Plan Marshal, su origen y consecuencias para el futuro de Europa así como su contraparte Sovietica.

    Foto: U.S. National Archives

  • Fulton, Missouri, recibió a Winston Churchill en 1946, quien advirtió sobre el peligro soviético. Su discurso, inicialmente criticado, se reconoció luego como crucial para prevenir la expansión soviética. Tras la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. y la URSS emergieron como superpotencias, pero las tensiones crecieron. Stalin consolidó su control en Europa del Este, mientras EE.UU. buscaba contener el comunismo. Churchill alertó sobre la "Cortina de Hierro", marcando el inicio de la Guerra Fría. Ambos bloques compitieron globalmente, con conflictos indirectos y una carrera armamentística, definiendo décadas de rivalidad geopolítica.

    Marzo de 1946: El presidente de EE. UU., Harry S. Truman (en el escenario, a la izquierda), escucha al primer ministro británico, Winston Churchill, pronunciar un discurso sobre la amenaza comunista, que se hizo famoso como el discurso del Telón de Acero. (Foto de George Skadding/The LIFE Picture Collection vía Getty Images).

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  • En este primer capítulo de nuestra serie sobre la Guerra Fría, exploramos los eventos que marcaron el inicio de este intenso período histórico. Comenzamos con el final de la Segunda Guerra Mundial, un momento en el que Estados Unidos y la Unión Soviética, aliados contra el nazismo, empezaron a chocar por sus visiones opuestas del mundo.

    Nos remontamos a los orígenes de la rivalidad, desde la Revolución Rusa y la intervención occidental contra los bolcheviques, hasta la Gran Depresión y el ascenso de Stalin en la URSS. Durante la guerra, la alianza entre las potencias fue frágil: aunque colaboraron para derrotar a la Alemania nazi, las diferencias ideológicas y las ambiciones territoriales de Stalin generaron tensiones.

    Analizamos las conferencias clave, como Teherán, Yalta y Potsdam, donde líderes como Stalin, Truman y Churchill intentaron definir el futuro de Europa. Sin embargo, los desacuerdos sobre el destino de Europa del Este, especialmente Polonia, evidenciaron la desconfianza mutua. Stalin buscaba asegurar una zona de influencia soviética, mientras que Occidente promovía la democracia y las elecciones libres.

    El episodio también aborda el impacto de la bomba atómica, cuyo uso en Hiroshima y Nagasaki no solo puso fin a la guerra con Japón, sino que también marcó el inicio de la era nuclear. Este evento, junto con el espionaje y la carrera armamentística, intensificó la rivalidad entre ambos bloques, consolidando la Guerra Fría como un enfrentamiento global entre el capitalismo liderado por Estados Unidos y el comunismo encabezado por la Unión Soviética.

    Sentados, de izquierda a derecha: Winston Churchill, Primer ministro del Reino Unido, Franklin D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, y Yósif Stalin, dirigente de la Unión Soviética.

    Foto: AP

  • La Revolución Francesa surge como un conflicto entre la monarquía absoluta y las ideas de la Ilustración, . Maximilien Robespierre, un joven abogado influenciado por estas ideas, se convierte en uno de sus principales defensores, siendo, al final, como muchos de sus partidarios, víctima de su propia revolución.

    Francia atraviesa una grave crisis económica debido a la participación en guerras, incluyendo la Revolución Americana, y la vida de lujo de la corte real. Luis XVI y María Antonieta, conocida por su despilfarro, viven una vida de extravagancia mientras el pueblo sufre hambre por la subida del precio del pan. La reina es apodada "Madame Déficit" debido a sus enormes deudas.

    En 1789, ante la creciente insatisfacción popular, se convocan los Estados Generales, pero los representantes del tercer estado (el pueblo) se sienten marginados y se proclaman la Asamblea Nacional, exigiendo reformas. Tras ser bloqueados, juran no separarse hasta tener una nueva constitución. La situación empeora cuando el rey moviliza tropas, y el pueblo de París responde tomando la Bastilla el 14 de julio, simbolizando el fin del absolutismo.

    La Revolución se convierte en un movimiento que cuestiona la jerarquía social y política, dando inicio a una transformación radical en Francia.