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Rafai, llegó la Teresa con el chamaco bien enfermo--¡Ay Cuca!, ya va empezar la boda--Atiéndelos rapidito pues- el chamaco en cuestión traía las amígdalas del tamaño de dos guayabas a punto de reventar -Teresa, sienta al chamaco y ponlo con la cabeza hacia atrás-
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¡Ay viene la María! ¡Teresaaa, apúrate a bañarte!
El reloj apenas marcaba la 1 de la mañana, en medio del callejón se vislumbraba la figura de una mujer de mediana estatura iluminada por el brillo de la luna. “Toc, toc” -Buenas noches, o días. ¿Ya está lista la novia?- dijo María en voz baja... -
Fehlende Folgen?
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Hipólita arrímame la bandeja! ¡Hipólitaaa! ¿Estás sordaaa? ¡Polaaa, te estoy hablando!--¡Ay voy, Coyo!-Con dos trenzas largas y un vestido blanco con flores rosas, Hipólita, de 8 años, corría de un lado a otro en la plaza de la Capital del Mundo brincando y bailando al ritmo del “Son de los Aguacates”, la boda estaba a punto de comenzar.-Polaaaaa, ¡ah muchacha tan desentendida!, tráeme la bandeja-
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Noé siempre era el primero en atravesar la puerta y abrir cancha a lo largo del pasillo para bajar corriendo las escalinatas y descender cuesta abajo mediante saltos gigantescos para hacer lo menos larga posible la penitencia de cada día: llegar a casa cuanto antes para conocer lo que había preparado de comer su mamá....
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¡Quién sacó la revista del baño! ¡Ching...!-Yo no la agarré, a lo mejor fue mi mamá- contestó el pequeño Saúl--Ya les he dicho que no se debe mover la revista del escusado--¡Saúl, no me andes levantando falsos!- y con el dedo apretado, su mamá le dio un coscorrón--Vale más que la encuentren y la traigan, no me voy a poder concentrar- gritó Tito furibundo mientras pujaba con fuerzas.
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El tal Rómulo era la locura de chicas y grandes-¡Miren, miren, ahí viene!- gritaban entre suspiros y respiros agitados; Rómulo era un caballero, su brillo tan especial las traía de un ala; sin embargo, no a todas les movía igual la cola…
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“Remigia, regreso pasado mañana, te dejo dinero para la comida”, firma Julián.En la mesa del comedor, junto a un billete de 20 pesos, la mujer encontró un trozo de empaque de harina con el puño y letra de su esposo. En el momento que tomó el billete en sus manos, llegaron Anita, Tavito y Javier , se pararon junto a ella y al unísono suplicaron: tenemos hambre mamá.
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¡Dientón, Dientón, no seas bizcocho, dame el papelito que escribiste para la Chiquis!- la maestra apenas había salido de la puerta y ya iniciaba el enlace entre ambas aulas para que el Dientón pudiera comunicarse efectivamente con la Chiquis, su enamorada...
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Ya se están poniendo prietas las botellas!- decía Amalia entre dientes mientras las tomaba, para sacudirlas, desde la parte más alta del estante de madera color verde -Qué se me hace que mejor las voy a mover de lugar para ver si así llaman más la atención de la clientela-
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Amaaaá, creo que voy a vomitar- y como si se tratara de la peste negra, Adelaida jaloneó a Joselino desde la cocina, atravesaron el corredor, pasaron por la sala y lo sacó a la calle ¡A mí no me vienes con cosas! ¡Crúzate la calle y vomitas del otro lado de la banqueta, en el baldío
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La Jesús del Retacado salió muy espichadita junto a la Delia por un costado de la iglesia para acortar camino y no encontrarse con las celadoras mitoteras que a toda costa querían cambiarles los días en que les tocaba abrir, limpiar, celar y cerrar el templo de San Pedro Apóstol.
-Pásale comadre, aquí tengo en el patio lo que le voy a dar- dijjo Delia, mientras la Jesús miró al suelo recién regado... -
¡Catalina, te vas a resbalar, deja ahí mujer!-
-¡No estés neceando viejo, me gusta mucho estar aquí!- contestó la susodicha mientra zambullía los pies hinchados en el zoquete para atravesar un bordo de tierra deshecho por la lluvia -¡Agárrame de la mano, cabezón, y deja de estarme criticando!- Catalina levantó sus enaguas y tomada de la mano de su esposo dio un gran salto... -
El 14 de febrero, en la Capital del Mundo, desaparecían las baterías de radios y lámparas, y si no había las suficientes, las pedían fiadas contraesquina de la plaza, en la tienda de Manuel Cruz -Ya van a tener bochinche baquetones- decía entredientes mientras anotaba en el libro de contabilidad que atesoraba debajo del mostrador verde de madera...
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¡Habla chamaco del demonio!-
-Ya le dije oiga, yo no sé nada-
Un soldado desenfundó el revólver, se aseguró que el tambor tuviera las 6 balas y puso el cañón sobre la sien -Dime chamaco, ¿dónde está Luis y tu papá? ¡Dime o te vas a morir!- -
¡Ya te dije, es un lugar sagrado!--¡Ay no me vengas con esas cosas!--Pues mira, tú sabes, si quieres recuperar la fe, tienes que ir-La calle era larga y oscura, a lo lejos entre un par de arboles tintineaba una lámpara que sobrevivía para iluminar el templo que Luisito me había recomendado con desmedida contundencia.
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¡Los dos se van al orfanato, ya dije, los dos!-
-Pero nooo, papaaá, noooo-
-¡Y se van lejos, no los quiero aquí!-
Ese mismo día, los pequeños Luciano y Óscar, de 4 y 5 años, partieron de Ciudad Obregón rumbo a Nogales. -
¡Córrele Noé, ya lo están armando!-
-Pitaaaaa, veeeeen, ¡ya van a empezar!
-A la bestiaaaa, miraaaa…-
-¡Este va ser enormeee!- -
¡Se va caer el chamaco pendejo!- gritó la vecina de enseguida mientras alimentaba a los cerdos que retozaban en el charco de lodo –Comadree, se le va ir de hocico el chamaco- exclamó nuevamente.
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Mira qué pípirisnais la Julia-
-¿A poco no van a dar barbacoa con frijoles?-
-Nomás se casan en la ciudad y pierden las tradiciones-
En todas las mesas llegaban platos hondos llenos de un menjurje verde que la mayoría veía con rareza. -
¡Está loca la vieja!-
-¿Qué te dijo Ramiro?-
-Dice la mujer que quiere 500 panes para mañana-
-Y se le ocurre pedirlos a las 6 de la tarde, pues- - Mehr anzeigen